miércoles, 24 de septiembre de 2008

ESTAMOS EN PROBLEMAS

La puerta corrió sobre sus viejas ruedas con el chirrido de hierro contra hierro, y se cerró con sordo estrépito. De afuera se oyó el ruido característico de un candado que se cierra. Fue un ¡clic! metálico sonoro, claro, inconfundible. Los hombres que se encontraban dentro del vagón, diecinueve en total, tuvieron un lúgubre presentimiento.

«Estamos en problemas», dijo, con voz preocupada, uno de ellos. Y como no sabían qué hacer, sus dieciocho compañeros solamente lo miraron en silencio.

Estaban, por cierto, en una grave situación. Se encontraban en un vagón de ferrocarril de carga que iba a cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, pero que se convertiría en la tumba de todos ellos, menos uno.

Todavía resuenan los ecos de la tragedia que ocurrió en las vías del tren en El Paso, Texas. Se trataba de inmigrantes mexicanos que un 2 de julio pretendían cruzar, ilegalmente, la frontera. Ese día diecinueve personas entraron a los Estados Unidos metidas dentro de un vagón metálico que fue cerrado por fuera. Una vez que cruzó la frontera, el vagón con todos sus pasajeros fue abandonado.

El calor, que en el exterior llegó a 40 grados centígrados, en el interior seguramente pasó de los 60. Y dieciocho hombres, prisioneros dentro de un vagón metálico que no podían abrir, murieron de extenuación, de convulsiones y de hemorragias incontenibles. Uno solo, Miguel Tostado Rodríguez, de veintiún años de edad, sobrevivió para contar la horrible muerte de sus compañeros.

«Estamos en problemas.» Esa fue la frase lapidaria que selló el destino de todos ellos. Encerrados en un atestado vagón; sin luz, sin comida, sin agua, y soportando un calor espantoso, totalmente impotentes para abrir la puerta o llamar la atención de alguien, estos hombres experimentaron la muerte más espantosa que se puede imaginar.

Los problemas de la vida en general tienen algo en común con esta horrible tragedia. Hay muchos que viven como víctimas del problema del encierro en sus vicios y temores, y que carecen de fuerzas para abrir la puerta. El horror sube por días, por horas, por minutos. Gritan, pero nadie los oye. Pierden la calma, la razón, la fe. Si alguien no los salva, de seguro morirán.

Jesucristo quiere acudir en nuestro auxilio. Sólo Él puede salvarnos de las tenazas de los problemas de esta vida. Clamemos con fe a Él, que está cerca. Cristo oye y se interesa y atiende y salva. Clamemos con todo nuestro ser. Él nos oirá.

Hermano Pablo.

ALZA LA VISTA AL SEÑOR

Cuando te sientas triste, sola o desconsolada,alza la vista al Señor y te dará lindas avesque te cantarán bellas melodías para que te sientas relajada,y, por las noches, te dará las estrellas para que te acompañen.

Cuando estés enojada, desesperada u olvidada,alza la vista al Señor y te dará calma en la lluvia,sentirás la fresca brisa en tu cara cual tierna cariciay te dará la brillantez y el reflejo de la sublime luna.
Cuando te sientas defraudada, frustrada o engañada,alza la vista al Señor que te dará el encanto de las flores,y te perfumarán en una delicada y sutil fraganciay te dará la fuerza de los mares y el suave murmullo de las olasen la calmada noche

Cuando te sientas tranquila, contenta, alegre y feliz,tal vez, sin saber, ya alzaste tu mirada al Señor,que siempre te da señales que está aquíy que siempre te abraza, te cuida y sostiene con amor.
El Señor no te deja sola, está siempre contigo,está a tu lado, en la flor, en la hoja, en la piedra, en el aire…te da la razón de vivir y seguir, te da el verdadero camino,te da todo por amor a ti, te da el más bello paisaje.

Él te ofrece regalos día a día desde que te dio vida,te ha entregado con amor todo lo que tienes a tu alrededor,también te dio seres que te quieren, te aman y te cuidan,y, me tienes a mí, que dondequiera que esté, te mando mi cariño sincero, esta poesía y mi corazón.

Dios, El Señor te bendice siempre. Amén.

EL LANZADOR DE DISCOS

Un atleta escocés del siglo XIX hizo un disco de hierro basándose en una descripción que leyó en un libro. Lo que no sabía era que el disco usado en la competencia oficial estaba hecho de madera y sólo tenía un anillo exterior de hierro. El suyo era de metal sólido y pesaba tres o cuatro veces más que los que usaban los otros lanzadores.
Según el escritor John Eldregde, el hombre señaló en un campo de su casa lo que hasta ese momento era la marca en distancia, y entrenó día y noche para alcanzar esa marca. Trabajó durante años hasta que pudo batir la marca. Entonces llevó su disco de hierro a Inglaterra para su primera competencia.
Cuando llegó a los juegos le entregaron el disco oficial. Fácilmente batió una nueva marca. Durante años fue campeón invicto. Este hombre entrenó, bajo una pesada carga y mejoró por ello.
Cuando nos dan una carga pesada para llevar necesitamos aprender a llevarla en la fortaleza de Jesús y por amor a Él. Cualquiera que sea la carga o el sufrimiento, Dios lo usará para perfeccionarnos, afirmarnos, fortalecernos y establecernos.
Nuestras cargas nos pueden hacer mejores de lo que nos imaginamos: más fuertes, más pacientes, más valientes, más amables y más amorosos de lo que hubiéramos sido de no ser por ellas.
1Pedro 5:10Y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia…Él mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá.

ACEPTANDO LA PALABRA DE DIOS

LEA: 1 Juan 5:1-13
Estas cosas os he escrito a vosotros que creeis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepais que teneis vida eterna. -1 Juan 5:13
Muchos verdaderos creyentes en Cristo estan plagados de dudas en cuanto a su salvacion. Aunque han venido a Cristo en arrependimiento y con fe, todavia se preguntan, «¿Realmente ire al cielo?»
Mi difunto esposo Bill a menudo contaba acerca de algo que le sucedio cuando tenia dos años. Un dia, desobedientemente vajo de su casa y se perdio. Cuando sus padres se dieron cuenta que no estaba, salieron a buscarlo. Finalmente, para el inmenso alivio de todos, vieron a su niño lloroso y lo llevaron de vuelta seguramente a casa.
Dias despues, Billy escucho a su madre contarle el incidente a un visitante. Cuando llego a la parte cuando salieron a buscarlo, Billy comenzo a revivir la historia. «¡Mama, mama!» sollozo. «¿Y me encontraron?» Sorprendida y profundamente conmovida por la duda de su niño, lo abrazo y dijo, «¡Por supuesto mi hijito! ¿No te acuerdas de aquel feliz momento? Mira, ahora estas con nosotros, y nos aseguraremos de que siempre lo estes». Eso consolo a Billy, porque acepto la palabra de su madre.
La carta de 1 Juan en el Nuevo Testamento fue escrita para darles a los creyentes la seguridad de la salvacion. Dicha seguridad puede ser tuya cuando le tomas la palabra a Dios.

martes, 23 de septiembre de 2008

DIOS NOS DA LA MEJOR RESPUESTA

Dios, oye mi clamor, atiende mi oración.
Salmo 61:1
Mi Dios es un Dios de maravillas y responde a nuestras plegarias sin decirnos cuándo ni cómo. Por eso quiero compartir contigo una parte de mi vida, y estoy convencida de que es la mejor de todas.

Llevaba casada varios años y mi anhelo y el de mi esposo era el de toda pareja que se une: formar una familia; tener un bebé. Pero esto no había sido posible. Habíamos utilizado varios mecanismos, pero todos habían fracasado.

Seguíamos pidiéndole al Señor que fuese su voluntad. Pasó el tiempo y les confieso que nunca imaginé que la voluntad del Señor fuese diferente a la mía.

Un día mi esposo salió de vacaciones a su ciudad de origen. Cuando ya llevaba varios días allí, recibí una llamada telefónica que puso mi corazón a latir fuertemente. El me dijo: “Mi amor, me dan un bebé, pero no es un bebé que esperábamos. Este está enfermo y desnutrido; tiene lesiones en su piel y, además, presenta problemas respiratorios”. Al escuchar las palabras de mi esposo, me sentí muy triste y desanimada y me preguntaba a mi misma y al Señor: “¿Qué le digo?”

Lo consulté con una amiga muy querida y Dios me respondió a través de ella. Con mucha seguridad y gran ternura, mi buena amiga me dijo: “No lo pienses más. ¡Decídete! ¡Ese es tu bebé!” inmediatamente llamé a mi esposo por teléfono y le dije: “Sí, búscalo. Acéptalo. Ese bebé es para nosotros”. ¡Qué experiencia maravillosa!
fgc 67
Recibimos al niño en esas condiciones. Oramos fervientemente al Señor para que lo sanara; lo llevamos al pediatra y estuvo dos meses hospitalizado. Hoy da gusto verlo. Es un niño sano, fuerte, inteligente y, sobre todo, feliz. Este niño ha llenado nuestro hogar de dicha y felicidad. Muchos conocen su historia y disfrutan de verlo tan sano y feliz. Ese niño fue y será siempre un regalo de Dios, el más preciado de mi hogar. No sé exactamente como hace el Señor para responder, ni que criterios utiliza al hacerlo, pero de lo que si estoy segura es que a mí me respondió y me dio el mejor de todos los regalos que yo jamás habría podido soñar.

Gracias, Jesús, por ser quien eres y por estar dispuesto a darnos tu mejor respuesta!!!

HOY.. TOMARE CON FIRMEZA EL ESCUDO DE LA FE

“Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos
los dardos de fuego del maligno”
Efesios 6:16.

Hoy, levanto mi alma ante el altar de Dios para darle gracias por todas las bendiciones que ha derramado sobre mi….
Doy gracias al Padre por darme la oportunidad de hacer frente al enemigo con firmeza.
Gracias por vestirme con toda su armadura y gracias por darme la espada del Espíritu. Oh, este verso 16 del capítulo 6 de Efesios comienza con dos interesantes palabras. SOBRE TODO. Con esto el Apóstol Pablo me dice….que esta es el arma más importante pero también me dice que además de esto….como un agregado indispensable. Hoy necesito tomar la escudo de la fe como una arma importante y un agregado indispensable.
Este escudo del que habla Pablo no es un escudo pequeño y redondo que dejaba desprotegido la mayor parte del cuerpo, sino uno largo y oblongo que media 1,20 de largo por 0,75 de ancho y cubría toda la persona.
Diseñado especialmente para repeler los peligrosos misiles incendiarios que se usaban en ese tiempo, flechas hundidas en brea y luego encendidas. Hoy, sin duda recibiré ataques con flechas semejantes pero en término espiritual…pero no temo…..Dios me ha dado el escudo de la fe.
Cuáles son los dardos de fuego que podría recibir hoy?
Incluyen acusaciones maliciosas que inflaman nuestra conciencia. Otros dardos son pensamientos de duda, desobediencia, rebelión. Lujuria, malicia o miedo.
Pero hoy puedo echar mano del Escudo de la fe con el que podamos apagar o extinguir tales dardos encendidos.
Escudo de la fe….Dios mismo es Escudo a los que en él esperan y es por fe que acudimos a él para refugiarnos. Qué es lo que puede alimentar la fe?….. sin duda que son las promesas de Dios.
Sus promesas en tiempos de duda y depresión encienden mi fe con un mayor poderoso fuego que los dardos encendidos del maligno.
El escudo de la confianza en si mismo es muy pequeño e inútil, pero el escudo de la Fe en Dios como mi verdadero y único refugio, es el escudo largo y ancho que cubre todo mi ser y nada..nada queda desprotegido.
Hoy enfrentare la vida cubriendo mi ser con el escudo de la fe.
Señor, gracias por tu presencia y porque eres mi refugio en medio de la tempestad. Aunque un ejercito acampe contra mi hoy, yo en ti estaré confiando. Tu vara y tu cayado me infundirán ali
Cuando me acerco a ti y creo que tu estas y que eres galardonador de los que te buscan. Siento tu escudo protector.

¿ Y TU QUE DIRIAS ?

De pie y en fila junto con su pelotón del Ejército Rojo, Taavi ya había resuelto en su mente lo que iba a decir.
Los oficiales se dirigían hacia él y en el camino le hacían la misma pregunta a cada uno de los soldados en la fila:
-”¿Eres cristiano?” “No”, fue la respuesta. Entonces se acercaron al próximo: “¿Eres cristiano?” “No”, contestó.
Los jóvenes reclutas permanecían parados en atención, con la mirada fija hacia delante. Los interrogadores se acercaron un poco más al joven estonio de dieciocho años de edad, que había sido reclutado por el Ejército Rojo durante la ocupación de su país por los soviéticos.
Taavi era creyente desde hacía varios años. Aunque en su país solo se les permitía ir a la iglesia a los mayores de edad, la abuela de Taavi había compartido el evangelio con su joven nieto. Él había aceptado al Señor como su Salvador, y aunque no le era permitido asistir al templo, su abuela le enseñaba lo que iba aprendiendo durante a semana.
Los interrogadores se acercaron. Taavi nunca dudó de cuál sería su respuesta. Varios años atrás había tomado una firme decisión, pero aún así estaba nervioso. Cuando los oficiales llegaron a su lugar en la fila, le preguntaron: “¿Eres cristiano?” Sin vacilar, Taavi dijo con voz clara, “Sí”.
“Entonces ven con nosotros”, fue la orden del oficial a cargo. Taavi los siguió al instante. Subieron a un vehículo y se dirigieron hacia el edificio donde estaba la cocina y el comedor. Taavi no tenía la más mínima idea de lo que estaba por suceder, pero obedeció las órdenes.
Los oficiales le dijeron: “Te vamos a sacar del entrenamiento de combate. Eres cristiano y sabemos que no vas a robar, por lo tanto te vamos a colocar en la cocina”. En la cocina se gestaba la mayor operación de mercado negro del Ejército Rojo. En ella se llevaba a cabo el contrabando y la venta ilegal de alimentos para los hambrientos soldados. Ellos sabían que la presencia de Taavi reduciría el robo.
Cuando seas retado por causa de tu fe, levántate y proclama con audacia la verdad. Dios estará contigo y Él te recompensará tu fidelidad.
Mateo 5:13,14Vosotros sois la sal de la tierra…Vosotros sois la luz del mundo.