miércoles, 21 de mayo de 2008

ESTRELLAS

Hay personas Estrella y hay personas Cometa.
Los Cometa pasan. Apenas son recordados por las fechas que pasan y vuelven.
Los Estrella, en cambio, permanecen.
Hay mucha gente Cometa. Pasa por nuestra vida apenas por instantes; no cautiva a nadie, y nadie la cautiva. Es gente sin amigos, que pasa por la vida sin iluminar, sin calentar, sin marcar presencia.
Así son muchos artistas. Brillan apenas por instantes en los escenarios de la vida.
Y con la misma rapidez que aparecen, desaparecen.Así son muchos reyes y reinas: de naciones, de clubes deportivos o concursos de belleza. También entran los hombres y mujeres que se enamoran y se dejan enamorar con la mayor facilidad.
Así son las personas que viven en una misma familia y pasan al lado de otro sin ser presencia, sin existir.
Lo importante es ser Estrella. Hacer sentir nuestra presencia, ser luz, calor, vida. Los amigos sonEstrella. Los años pueden pasar, pueden surgir distancias, pero en nuestros corazones quedan sus marcas.
Ser Cometa no es ser amigo, es ser compañero por instantes, explotar sentimientos, aprovecharse de las personas y de las situaciones.
Es hacer creer y hacer dudar al mismo tiempo.La soledad es el resultado de una vida Cometa.Nadie permanece, todos pasan.Y nosotros también pasamos por los otros.
Es necesario crear un mundo de personas Estrella, verlas y sentirlas todos los días, contar con ellas siempre, ver su luz y sentir su calor. Así son los Amigos: estrellas en nuestras vidas.
Se puede contar con los amigos. Ellos son refugio en los instantes de tensión, luz en los momentos oscuros, pan en los períodos de debilidad, seguridad en los pasajes de desánimo.
Al mirar a las personas Cometa es bueno no sentirnos como ellas, ni desear el agarrarnos de su cola. Al mirar a los Cometa, es bueno sentirse Estrella, dejar por sentada nuestra existencia, nuestra constante presencia, vivir y construir una historia personal.
Es bueno sentir que somos luz para muchos amigos y que ellos nos han iluminado a su vez. Es bueno sentir que somos calor para muchos corazones y que esos corazones nos arroparon cuando el frío nos castigó.
Ser Estrella en este mundo pasajero, en este mundo lleno de personas Cometa, es un desafío, pero por encima de todo, una recompensa.Ser Estrella es nacer, vivir, y no existir apenas.

Lucas 8:16Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz.
Juan 1:5La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Juan 8:12Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo;el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

CUANDO ES DIFICIL ORAR

Lectura: Romanos 8:26-27
Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda. --Salmo 139:4.
La Biblia nos dice que Dios conoce todos nuestros pensamientos y toda palabra que pronuncia nuestra lengua (Salmo 139:1-4). Y cuando no sabemos por qué orar, «el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles» (Romanos 8:26).
Estas verdades bíblicas nos aseguran que podemos tener comunicación con Dios incluso sin decir ni una palabra, porque Él conoce las intenciones y los deseos de nuestro corazón. ¡Qué consuelo para cuando estamos perplejos o muy angustiados! No tenemos que preocuparnos si no encontramos las palabras para expresar nuestros pensamientos y sentimientos. No tenemos que sentirnos avergonzados si a veces nuestras oraciones se quedan a medio acabar. Dios sabe lo que íbamos a decir. No tenemos que sentirnos culpables si vagan nuestros pensamientos y tenemos que luchar para mantener la mente enfocada en el Señor.
Y a propósito, no tenemos que preocuparnos por adoptar una postura correcta en la oración. Si hemos envejecido o tenemos artritis y no podemos arrodillarnos, no importa. Lo que a Dios le interesa es la postura de nuestro corazón.
¡Qué Dios tan maravilloso! Por mucho que titubees o que tropieces en la oración, Él te escucha. Su corazón de infinito amor responde a las necesidades y emociones de tu propio inarticulado corazón. Así que sigue orando.
LA ORACIÓN NO REQUIERE ELOCUENCIA, SINO FERVOR.

martes, 20 de mayo de 2008

EL AMIGO DE SU HIJO

Era una reunión del domingo por la noche en una iglesia cristiana evangélica. Después de cantar los himnos, el pastor se dirigió a la congregación y presentó al orador invitado. Se trataba de uno de sus amigos de la infancia, ya entrado en años.
Mientras todos lo seguían con la mirada, el anciano ocupó el púlpito y comenzó a contar esta historia:
"Un hombre junto con su hijo y un amigo de su hijo estaban navegando en un velero a lo largo de la costa del Pacifico, cuando una tormenta les impidió volver a tierra firme. Las olas se encresparon a tal grado que el padre, a pesar de ser un marinero de experiencia, no pudo mantener a flote la embarcación, y las aguas del océano arrastraron a los tres."
Al decir esto, el anciano se detuvo un momento y miró a dos adolescentes que, por primera vez desde el comienzo de la reunión, estaban mostrando interés. Y siguió narrando:
"El padre logró agarrar una soga, pero luego tuvo que tomar la decisión más terrible de su vida: escoger a cuál de los dos muchachos tirarle el otro extremo de la soga. Tuvo sólo escasos segundos para decidirse. El padre sabía que su hijo era cristiano, y también sabía que el amigo de su hijo no lo era. La agonia de la decisión era mucho mayor que los embates de las olas. Miró a su hijo y le gritó: ¡¡Te quiero, hijo mío!! y le tiró la soga al amigo de su hijo. En el tiempo que le llevó acercar al amigo hasta el velero volcado en campana, su hijo desapareció bajo los fuertes oleajes en la oscuridad de la noche. Jamás lograron encontrar su cuerpo."
Los dos adolescentes estaban escuchando con suma atención, atentos a las próximas palabras que pronunciara el orador invitado.
"El padre" -continuó el anciano- "sabía que su hijo pasaría la eternidad con Cristo y no podía soportar el hecho de que el amigo de su hijo no estuviera preparado para encontrarse con Dios. Por eso sacrifico a su hijo. Cuán grande es el amor de Dios que lo impulsó a hacer lo mismo por nosotros."
Dicho esto, el anciano volvió a sentarse, y hubo un tenso silencio.
Pocos minutos después de concluída la reunión, los dos adolescentes se encontraron con el anciano. Uno de ellos le dijo cortesmente: "Esa fue una historia muy bonita, pero a mí me cuesta mucho creer que ese padre haya sacrificado la vida de su hijo con la ilusión de que el otro muchacho algún día decidiera seguir a Cristo.
"Tienes toda la razon," -le contestó el anciano mientras miraba su Biblia gastada por el uso. Y mientras sonreía, miró fijamente a los dos jovenes y les dijo:- "Pero esa historia me ayuda a comprender lo difícil que debió haber sido para Dios entregar a Su Hijo por mí. A mí también me costaría trabajo creerlo si no fuera porque el amigo de ese hijo era YO.

"Acuerdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos,
y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento"
Eclesiastés 12:1

EL AMIGO

Ruth miro en su buzón del correo, pero solo había una carta. La cogió y la miró antes de abrirla, pero luego la miró con más cuidado. No había sello ni matasellos de correos, solamente su nombre y su dirección. En la carta decía...

Querida Ruth:
Estaré en tu vecindario el sábado por la tarde y pasaré a visitarte.
Con cariño,
Jesús.

Sus manos temblaban cuando puso la carta sobre la mesa. "Porque querrá venir a visitarme el Señor?. No soy nadie en especial, no tengo nada que ofrecerle...". Pensando en eso, Ruth recordó el vacio reinante en los estantes de su cocina.
-¡Ay no! No tengo nada para ofrecerle! Tendré que ir al mercado y conseguir algo para la cena".
Buscó la cartera y vació el contenido sobre la mesa: cinco dólares y cuarenta centavos.
-Bueno, comprare algo de pan y alguna otra cosa, al menos.
Se echo un abrigo encima y se apresuró a salir. Una hogaza de pan francés, media libra de pavo y un cartón de leche... y Ruth se quedó con solamente doce centavos que le deberían durar hasta el lunes. Aún así, se sintió bien camino a casa, con sus humildes ingredientes bajo el brazo.
-Oiga, señora, nos puede ayudar, señora?"
Ruth estaba tan absorta pensando en la cena que no vio las dos figuras que estaban de pie en el pasillo. Un hombre y una mujer, los dos vestidos con poco mas que harapos.
-Mire, señora, no tengo empleo, usted sabe, y mi mujer y yo hemos estado viviendo allí afuera en la calle y, bueno, esta haciendo frío y nos esta dando hambre, y bueno, si usted nos puede ayudar, señora, estaríamos muy agradecidos...

Ruth los miro con mas cuidado. Estaban sucios y tenían mal olor y, francamente, ella estaba segura de que ellos podrían obtener algún empleo si realmente quisieran.
-Señor, quisiera ayudar, pero yo misma soy una mujer pobre. Todo lo que tengo es unas rebanadas y pan, pero tengo un huésped importante para esta noche y planeaba servirle eso a Él. -Sí, bueno, sí señora, entiendo. Gracias de todos modos.
El hombre puso su brazo alrededor de los hombros de la mujer y se drigieron a la salida. A medida que los veía saliendo, Ruth sintió un latido familiar en su corazón.
-¡Señor, espere!
La pareja se detuvo y se volvió al escuchar su voz, y enseguida los alcanzó en la calle.
-Mire: ¿por que no toma esta comida?. Algo se me ocurrirá para servir a mi invitado..., y extendió la mano con la bolsa de viveres.
-¡Gracias, señora, muchas gracias!
-¡Si, gracias!, dijo la mujer y Ruth pudo notar que estaba temblando de frío.
-Saben tengo otro abrigo en casa. Tome este,- Ruth desabotono su abrigo o deslizó sobre los hombros de la mujer.
Y sonriendo, dió la vuelta y regresó camino a casa... sin su abrigo y sin nada que servir a su invitado.
-¡Gracias, señora, muchas gracias!
Ruth estaba tiritando cuando llego a la entrada. Ahora no tenia nada para ofrecerle al Señor. Buscó rápidamente la llave en la cartera.
Mientras lo hacia noto que había otra carta en el buzón.
-Que raro, el cartero no viene dos veces en un día.- Tomó el sobre y lo abrió:

Querida Ruth:
Que bueno fue volverte a ver. Gracias por la deliciosa cena, y gracias también por el hermoso abrigo.
Con cariño,
Jesús

El aire todavía estaba frío, pero aun sin su abrigo, Ruth no lo noto.

¿DONDE SE ENCUENTA EL CIELO?

Hubo un predicador metodista que predicó un domingo sobre el Cielo. A la mañana siguiente, cuando paseaba por el pueblo, se encontró con uno de los miembros ricos de su congregación.

- Pastor, -le dijo- usted predicó un buen sermón ayer sobre el Cielo. Nos habló sobre el Cielo, pero.. no nos dijo dónde está el Cielo...
- ¡Ah! -dijo el pastor-. Me alegro de tener la oportunidad ahora. Acabo de venir de la cumbre de esa colina. En esa cumbre hay una casa, donde vive un miembro de nuestra congregación. Está enferma en cama con fiebre; sus dos hijos pequeños están enfermos en otra cama, y no tiene carbón, madera, harina, azúcar ni pan. Si usted fuese a una tienda y comprase cinco libras de provisiones y se las enviase, y fuese a ella y le dije: "hermana mía, le traigo estas provisiones en el nombre de nuestro Señor y Salvador". Luego lee del Salmo 23 y orad. Y si usted no ve el Cielo antes de acabar de estar allí, yo pagaré el coste.

A la mañana siguiente el anciano rico fue al predicador y le dijo:

- Pastor, hice lo que me dijo, y vi el Cielo. Pasé 15 minutos enm el Cielo tan ciertamente como que usted me está escuchando...

PEQUEÑECES

Una señora de edad había esperado toda la vida la oportunidad de viajar en un tren. Quería contemplar, devorar cada paisaje con los ojos y disfrutar todo cuanto pudiera en los kilómetros que iría a recorrer.
Entró muy decida en el vagón de pasajeros y cuando el tren partió, comenzó a acomodar los paquetes y cestas que traía, trató de arreglar confortablemente su asiento y acomodar las cortinas, y colocarse en situación cómoda pero …de repente, cuando ya estaba lista para comenzar la contemplación del paisaje, el conductor voceó el nombre de la estación a la cual iban, ¡habían llegado!.
“Que pena”, dijo ella, “si hubiese sabido que llegaríamos tan pronto no habría perdido tiempo en pequeñeces”.
No perdamos el enfoque real en nuestra vida. Las pequeñeces muchas veces nos desvían y distraen del verdadero paisaje, de las cosas grandes que Dios tiene para nosotros.. démosle a Él, el lugar que merece…El Primer lugar.!“
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” Efesios 5:15,16
Mateo 6:33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Deuteronomio 6:5Y Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder.

NO MAS EXCUSAS

Lectura: Ezequiel 18:1-18
. . . El alma que peque, esa morirá. --Ezequiel 18:4.
Cuando los salmones viajan cientos de millas por los ríos y las corrientes para depositar sus huevos, actúan por instinto. En cierto sentido, son llevados por una fuerza incontrolable.
Leí acerca de un joven presidiario que piensa que la conducta humana es similar a la del salmón. Refiriéndose a los asesinatos que cometió y a su propio destino dijo: «Las cosas pasan.» Él cree que hubo una fuerza responsable de que él apretara el gatillo y matara a dos personas. Pero está equivocado. El hombre es libre y no puede echarle la culpa de sus acciones pecaminosas a una fuerza incontrolable como el instinto.
Hace más de 2.500 años, unos israelitas usaron una excusa similar para su pecado. Citaron un bien conocido proverbio que echaba la culpa de sus pecados a sus antepasados (Ezequiel 18:2). Pero Dios les dijo que estaban equivocados. Dijo que un buen hombre no sería castigado por los pecados de un hijo malvado. Tampoco sería castigado un hijo piadoso por los pecados de su mal padre.
No te equivoques. Cualquiera que sea tu situación eres responsable de lo que hagas. Deja de dar excusas por tus pecados. Antes bien, reconoce tu culpa delante de Dios y acepta el perdón que Él ofrece (Salmo 32:5). Ese es el primer paso para ejercer tu responsabilidad individual.
NO HAY EXCUSA QUE EXCUSE EL PECADO.