jueves, 8 de mayo de 2008

NO ESTACIONARSE

Un ministro estacionó su automóvil en una zona donde estaba prohibido hacerlo en medio de una gran ciudad y colocó el siguiente mensaje en el parabrisas:
-He dado diez vueltas a esta cuadra. Tengo una cita que cumplir. Perdona nuestras ofensas.
Cuando regresó a su automóvil, encontró esta respuesta escrita en su nota, junto con una boleta de infracción:
- Yo llevo diez años dándole vueltas a esta cuadra. Si no le impongo una multa, pierdo mi trabajo. No nos dejes caer en la tentación.
Lucas 11:4
Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos á todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del malo.

UN RAYO DE ESPERANZA

Lectura: 1 Tesalonicenses 4:13-18
Pero no queremos . . . que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como . . . los demás que no tienen esperanza. --1 Tesalonicenses 4:13.
Iba a ser un verano emocionante para nuestra familia. Habíamos planificado muchas actividades, incluyendo un viaje a la Florida para ayudar a nuestra hija Julie a empezar su carrera de maestra.
Pero en lugar de eso, el verano del 2002 empezó con una tragedia. Cuando Melissa, nuestra hija adolescente, murió en un accidente de automóvil el último día de clases, nuestro verano de esperanza se convirtió en una pesadilla.
De inmediato empecé a orar para que la pérdida de nuestra brillante, atlética y amistosa hija causara un impacto positivo en los adolescentes, primero entre sus amigos y luego de otras maneras más amplias.
Hacia el final del verano hicimos el viaje a la Florida para ayudar a Julie a empezar su nueva vida, a pesar de lo tristes que estábamos. Cuando empezó a dar clases, Julie nunca olvidó el deseo de que la vida de Melissa cambiara la vida de otras personas. Habló a sus alumnos de su hermana y de la fe de ella.
Un día, una estudiante conversó con Julie después de clases. «Tengo miedo --dijo-- porque no soy cristiana como lo era Melissa.» Julie entonces la llevó a la fe en Jesucristo. Me imagino a Melissa regocijándose desde el cielo.
El verano del 2002 no fue como lo planeamos, pero damos gracias por ver algún fruto de una vida bien vivida. Aun en nuestra tristeza, Dios nos dio un rayo de esperanza.
HASTA EN LA HORA MÁS OSCURA DE LA VIDA, LOS CRISTIANOS TIENEN LA MÁS BRILLANTE ESPERANZA.

miércoles, 7 de mayo de 2008

BOBBY: CUANDO NO PUEDES SER FUERTE POR TI MISMO

Cómo médico dedicado al cuidado de los niños, tengo la fortuna de experimentar a diario la extraordinaria energía, fortaleza y fe de los físicamente más frágiles entre nosotros. Uno de tales casos tiene que ver con Bobby, un niño de cinco años a quien le habían diagnosticado leucemia cuando apenas tenía cuatro.
El cáncer de Bobby había sido controlado, ya no padecía de esta enfermedad, y había venido al hospital para someterse a una serie de pruebas.
Bobby tenía ojos de un azul muy intenso y una tímida sonrisa que a primera vista no revelaba la sabiduría que había adquirido durante ese año de lucha contra el cáncer. Él había perdido todo el cabello como consecuencia de la quimioterapia, que muchas veces lo dejaba nauseabundo y sin ganas de comer. Había pasado por numerosos procedimientos y tratamientos dolorosos y este día no era la excepción.
Sabía exactamente lo que le esperaba, ya había pasado por lo mismo antes. Le expliqué lo que íbamos a hacer, y por qué, y la importancia de que permaneciera muy quieto. Bobby me aseguró que no se movería, y me prometió que las enfermeras y tecnólogos que lo atendían no iban a tener que sujetarlo a la camilla.
Antes de empezar, Bobby preguntó:
- Dr. Brown, ¿está bien si recito el salmo 23 mientras me pincha?
- Por supuestos, me parece bien -le dije y comenzamos nuestra labor.
Bobby recetó bellamente, sin derramar ninguna lágrima ni moverse. El procedimiento se realizó sin contratiempos. Bobby, con su tierna sabiduría, trataba de tranquilizarme:
- Dr. Brown, eso realmente no me dolió mucho.
Todos sabíamos que sí le había dolido. Entonces Bobby me tomó por sorpresa cuando preguntó:
- ¿ Dr. Brown, se sabe usted el salmo 23?
- Claro que sí, respondí.
- ¿ Puede decirlo de memoria como yo ? -se dirigió a mí, mostrándose un poco dubitativo.
- Vaya, no estoy seguro, pero creo que puedo hacerlo -le dije, al percatarme de que no tenía escapatoria.
- Entonces recítelo en frente de todos -señaló Bobby.
Comencé a pronunciar el salmo equivocándome en cada verso. Mi interpretación fue bastante pobre comparada con la de Bobby, y eso que yo no tenía ninguna aguja clavada en la espalda. Me di cuenta que todos los profesionales de delantal blanco que estaban en la sala trataban de escabullirse por miedo a ser los próximos invitados a recitar, una posibilidad mucho más aterradora que la de actuar ante un gran auditorio.
El encantador y calvo Bobby nos dijo a todos:
- Saben, ustedes deberían aprenderse el salmo 23 de memoria, porque cuando uno lo recita en voz alta, Dios te escucha y reconforta tu corazón todas las veces que no puedes ser fuerte por ti mismo.
…Puesto que el reino de Dios pertenece a aquéllos que depositan su confianza en él.Salmo 23
El Señor es mi pastor nada mi faltará…
Tomado de: Sopa de pollo para el alma del cristiano.

EL PRECIO DE LA COMIDA

Lectura: Isaías 55
¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no sacia?. . . --Isaías 55:2.
En una ciudad de Utah se vio a un colibrí presionando el pico contra la «flor» roja más grande de la ciudad. Nadie sabe exactamente cuánto tiempo le tomó darse cuenta de que ¡no se puede sacar néctar de un semáforo!
La revista National Wildlife también contó acerca de un halcón de cola roja en Carolina del Norte que fue visto abalanzándose sobre un gato en un intento de llevárselo. El gato peleó con tanta furia, que el halcón apenas pudo salvar su vida.
Este tipo de locura no es típico de las aves. Todos sabemos lo que es emplear tiempo alimentando el alma con comida que no satisface. A veces solamente quedamos vacíos, mientras que otras, casi somos consumidos por las cosas que perseguimos. Es por eso que son tan pertinentes las palabras del Señor en Isaías 55. Él pregunta: «¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro salario en lo que no sacia?»
Dios no nos deja simplemente con la pregunta, sino que prosigue para asegurarnos que el deseo más profundo de nuestro corazón puede ser satisfecho. . . únicamente en Él (vv.1-7). Cuando uno se alimenta de misericordia y no de venganza, de verdad y no de falsedad, de paz y no de conflicto, encuentra la paz. Es por eso que debemos escoger a Cristo en vez de a la religión, y la Biblia en lugar de la tradición. Cuando nos alimentemos de lo correcto, descubriremos que el Señor es bueno (v.2).
HAY UN ANHELO EN TODO CORAZÓN QUE SÓLO CRISTO PUEDE SATISFACER.

martes, 6 de mayo de 2008

POBREZA

Una vez, un padre de una familia acaudalada llevo a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de que su hijo viera cuan pobres eran las gentes del campo.
Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en una granja de una familia campesina muy humilde.
Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo:
-¿Qué te pareció el viaje?
-¡Muy bonito Papa!
-¿Viste que tan pobre puede ser la gente?
-¡Sí!
-¿Y que aprendiste?
-Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una alberca que llega de una barda a la mitad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lamparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. El patio llega hasta la barda de la casa, ellos tienen todo un horizonte de patio.
Al terminar el relato, el padre se quedo mudo....y su hijo agregó:
-¡Gracias Papá por enseñarme lo pobre que somos!

HACER CON LO QUE TENEMOS

En Noviembre 18 de 1995, el violinista Itzhatk Perlman, subió al escenario para dar un concierto en el salón Avery Fisher del "Lincoln Center" en la ciudad de Nueva York. Si usted alguna vez ha estado en un concierto de Perlman, sabe que subir al escenario no es un logro pequeño para él.
Él fue afligido de polio cuando era niño, tiene abrazaderas en ambas piernas y camina con la ayuda de muletas. Verlo caminar sobre el escenario de un lado al otro, paso a paso, lenta y penosamente, es una escena impresionante. Él camina penosamente pero majestuosamente, hasta que alcanza su silla.

Después se sienta y lentamente pone las muletas sobre el piso, abre los broches de las abrazaderas en sus piernas, recoge un pie y extiende el otro hacia adelante. Después se inclina y recoge el violín, lo pone bajo su barbilla, hace seña al Director y procede a tocar.

Hasta ahora, la audiencia ya estaba acostumbrada a este ritual.
Permanecían silenciosamente sentados mientras él caminaba por el escenario hasta su silla. Permanecían respetuosamente en silencio hasta que él estuviera listo para tocar; pero esta vez, algo ocurrió. Justo cuando él terminaba de tocar sus primeras barras, una cuerda de su violín se rompió. Uno podía oír el estallido.
Salió disparada como bala por el salón. No había duda de lo que ese sonido significaba. No había duda de lo que él tendría que hacer.

Los que estaban ahí esa noche tal vez pensaron: "Para esta, él va a tener que ponerse de pie, abrocharse las abrazaderas, recoger las muletas, y cojear hasta a fuera del escenario para encontrar otro violín u otra cuerda" Pero no fue así. En su lugar, el espero un momento, cerró sus ojos y después hizo seña al Director para empezar a tocar. La orquesta empezó y él tocó desde donde había parado. El tocó con tanta pasión, con tanto poder y con una claridad que nunca antes nadie había escuchado.

Claro, cualquiera sabe que es imposible tocar una obra sinfónica con sólo tres cuerdas. Lo sé yo y lo sabe usted, pero esa noche Itzhak Perlman se rehusó a saberlo. Uno podía observar como modulaba, cambiaba y recomponía esa pieza en su cabeza. En una instancia, sonaba como que él estuviera desentonando las cuerdas para obtener sonidos que estas ellas habían hecho.

Cuando él termina, había un silencio impresionante en el salón. Después la gente se levanto y lo aclamó. Había una explosión de aplausos desde cada rincón del auditorio. Todos estábamos de pie, gritando y aclamando, haciendo todo lo posible para mostrar cuanto apreciábamos lo que él había hecho.
Él sonrió, se secó el sudor de sus cejas, alzó su arco para callarnos, y después dijo, no presumidamente, pero en un tono tranquilo, pensativo, y reverente:
"Ustedes saben, algunas veces la tarea del artista es la de averiguar cuanta música podemos producir con lo que nos queda."

Qué renglón tan poderoso. Se ha quedado en mi mente desde que lo oí. ¿Y quien sabe? Tal vez esa sea la definición de la vida, no sólo para los artistas pero para todos nosotros. He aquí un hombre que se ha preparado por toda su vida para producir música con un violín de cuatro cuerdas, quien, se encuentra de repente en medio de un concierto con solo tres cuerdas; y entonces produce música con tres cuerdas, y la música que él produjo esa noche con sólo tres cuerdas era más bonita y más memorable, que cualquier otra que él haya producido con cuatro cuerdas.
Entonces, tal vez nuestra tarea en este mundo inestable, cambiante, y perplejo en el que vivimos es la de producir música, primero con lo que tenemos, y después, cuando esto ya no sea posible, producir música con lo que nos queda.

NO TE OLVIDES DE LO PRINCIPAL

Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando delante de una caverna escuchó una voz misteriosa que allá adentro le decía:
"Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Recuerda algo: después que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal..."
La mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas. Fascinada por el oro y por las joyas, puso al niño en el piso y empezó a juntar, ansiosamente, todo lo que podía en su delantal.

La voz misteriosa habló nuevamente.
"Tienes solo ocho minutos"
Agotados los ocho minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas, corrió hacía afuera de la caverna y la puerta se cerró...
Recordó, entonces, que el niño quedo allá y la puerta estaba cerrada para siempre.
La riqueza duró poco y la desesperación, siempre.

Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros mismos. Tenemos 80 años para vivir en este mundo, y una voz siempre nos advierte:
"¡No te olvides de lo principal!"
Y lo principal son los valores espirituales, la familia, los amigos, la vida.
Pero la ganancia, la riqueza, los placeres materiales, nos fascinan tanto que lo principal siempre se queda a un lado...
Así agotamos nuestro tiempo y dejamos a un lado lo esencial:
"¡Los tesoros del Alma !"

Jamás nos olvidemos que la vida en este mundo pasa rápido y que la muerte llega de inesperado.
Y que cuando la puerta de esta vida se cierra para nosotros, de nada valdrán las lamentaciones.