miércoles, 30 de abril de 2008

LA CALLE

AL MAS GRANDE

No se puede visitar París sin ir a ver la torre Eiffel, toda ella de acero, que construyó el famoso ingeniero Alejandro Gustavo Eiffel, de 1887 a 1889.
Un tiempo Después de inaugurada la torre, llegó a París Tomas Alba Edison, el más célebre de los inventores norteamericanos, (quien había logrado 1,300 patentes para ese momento).
Subió a la famosa torre, y se le invitó a escribir unas palabras en el libro de oro de los visitantes.
Edison escribió: “Al señor Eiffel, el valiente constructor de esta obra tan gigantesca y original de la moderna ingeniería, de un hombre que siente la más grande admiración por todos los ingenieros, incluido el más grande ellos:
- Dios”.
Tomás Alba Edison.
Proverbios 3:6Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.

! CUIDADO ¡

Lectura: 2 Corintios 11:1-15
. . . Mirad que no seáis engañados. . . . --Lucas 21:8.
Alguien que yo conozco fue estafado por un vendedor lisonjero que lo visitó en su lugar de trabajo. El hombre le mostró unas atractivas joyas y dijo que las había comprado con un tremendo descuento. Se sentía especialmente orgulloso de unos relojes que se veían muy caros y que tenían nombres muy conocidos en las esferas.
Mi amigo se impresionó y compró varios relojes. Pero después que el vendedor se fue, examinó sus «gangas» más detenidamente. Se sorprendió al descubrir que después de todo, la marca no era reconocida. En el nombre había dos letras diferentes, pero la impresión era tan pequeña, que él no lo notó antes. La correa del reloj no era de piel genuina, sino «lagarto genuino», y en la parte de atrás de las cajas había las palabras «metal de base suiza».
El incidente me recordó lo que dijo el Salvador en Lucas 21:8: «Mirad que no seáis engañados.» Así como algunos en el mundo de los negocios pervierten astutamente los hechos y estafan a sus clientes, también hay maestros falsos en la iglesia que distorsionan la verdad. Usan terminología bíblica y parecen ser ortodoxos. Pero ¡cuidado! Son malignos y te van a descarriar. Si estás firmemente cimentado en la Palabra de Dios no te «estafarán».
EXAMINA TODA ENSEÑANZA A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS.

martes, 29 de abril de 2008

DR. ALEXANDER FLEMING

Su nombre era Fleming, y era un granjero escoces pobre. Un día, mientras intentaba ganarse la vida para su familia, oyó un lamento pidiendo ayuda que provenía de un pantano cercano.
Dejó caer sus herramientas y corrió al pantano.
Allí, entró hasta la cintura en el estiércol húmedo negro. Se trataba de un muchacho aterrado, gritando y esforzándose por liberarse. El granjero Fleming salvó al muchacho de lo que podría ser una lenta y espantosa muerte.
Al día siguiente, llegó un carruaje elegante a la granja.
Un noble elegantemente vestido salió y se presentó como el padre del muchacho que el granjero Fleming habia ayudado.
"Yo quiero recompensarlo", dijo el noble. "Usted salvó la vida de mi hijo."

"No, yo no puedo aceptar un pago por lo que hice," el granjero escocés contestó. En ese momento, el hijo del granjero vino a la puerta de la cabaña de la familia.
"Es su hijo?" el noble preguntó.
"Sí," el granjero contestó orgullosamente. "Le propongo un trato. Permítame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación que mi hijo disfrutará. Si el muchacho se parece a su padre, no dudo que crecerá hasta convertirse en el hombre del que nosotros dos estaremos orgullosos". Y el granjero aceptó.

El hijo del granjero Fleming asistió a las mejores escuelas y al tiempo, se graduó en la Escuela Medica del St. Mary's Hospital en Londres, y siguió hasta darse a conocer en el mundo como el renombrado Dr. Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.
Años después, el hijo del mismo noble que fue salvado del pantano estaba enfermo de pulmonía.
¿Qué salvó su vida esta vez?
La penicilina.

¿ El nombre del noble? Sir Randolph Churchill.
¿ El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill

Alguien dijo una vez: Lo que va, regresa.
Trabaja como si no necesitaras el dinero.
Ama como si nunca hubieses sido herido.
Baila como si nadie estuviera mirando.
Canta como si nadie escuchara.
Vive como si fuera el Cielo en la Tierra.

EL PAQUETE DE GALLETAS

Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación le informaron que el tren en el que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora. La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo. Buscó un banco en el andén central y se sentó preparada para la espera.
Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. Imprevistamente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.

La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos.

Como respuesta, el joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió. La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho. El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora cada vez mas irritada, y el muchacho cada vez más sonriente.
Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete solo quedaba la última galleta. "No podrá ser tan descarado", pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas. Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad. Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su compañera de banco.

- ¡Gracias! - Dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad. - De nada. - Contestó el joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad. Entonces el tren anunció su partida ...

La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavía sentado en él anden y pensó: "¡Que insolente, qué mal educado, qué ser de nuestro mundo!"
Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas... ¡INTACTO!
Moraleja:
Cuántas veces nuestros prejuicios, nuestras decisiones apresuradas nos hacen valorar erróneamente a las personas y cometer las peores equivocaciones. Cuántas veces la desconfianza, ya instalada en nosotros, hace que juzguemos, injustamente, a personas y situaciones, y sin tener aun por qué, las encasillamos en ideas preconcebidas, muchas veces tan alejadas de la realidad que se presenta.Así, por no utilizar nuestra capacidad de autocrítica y de observación, perdemos la gracia natural de compartir y enfrentar situaciones, haciendo crecer en nosotros la desconfianza y la preocupación. Nos inquietamos por acontecimientos que no son reales, que quizás nunca lleguemos a contemplar, y nos atormentamos con problemas que tal vez nunca ocurrirán.

Dice un viejo proverbio ...

Peleando ... juzgando antes de tiempo y alterándose no se consigue jamás lo suficiente, pero siendo justo, cediendo y observando a los demás con una simple cuota de serenidad ... se consigue más de lo que se espera.

CONTRUIR EL PUENTE

No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes entraron en conflicto. Este fue el primer conflicto serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro,compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continua.
Esta larga y beneficiosa colaboración terminó repentinamente. Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero.

-Estoy buscando trabajo por unos días- dijo el extraño, quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso.-Sí- dijo el mayor de los hermanos-, tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo aquella granja, ahí vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y él tomó su bulldozer y desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Bueno, él pudo haber hecho esto para enfurecerme,pero le voy a hacer una mejor. ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca, una cerca de dos metros de alto. ¡No quiero verlo nunca más!
El carpintero le dijo:

-Creo que comprendo la situación. Muéstreme donde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho.
El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo.
El carpintero trabajó duro todo el día midiendo,cortando, clavando.
Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó. ¡¡¡No había ninguna cerca de dos metros!!! En su lugar había un puente . ¡¡Un puente que unía las dos granjas a través del arroyo!! Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.
En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano le dijo:

-¡¡Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho!
!Estaban en su reconciliación los dos hermanos,cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas.

-¡No, espera! Quédate unos cuantos días. Tengo muchos proyectos para ti-. Le dijo el hermano mayor al carpintero.
-Me gustaría quedarme- contestó este-, pero tengo muchos puentes por construir

ESPERANZA PARA EL MUNDO

Lectura: Isaías 2:1-5
Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús. --Tito 2:13.
Fracasan de nuevo las conversaciones de paz. Aumenta la tasa de desempleo. Tornado arrasa la ciudad.
Estos titulares de periódicos seleccionados al azar tienden a llevarnos a la desesperación. Simplemente, no parece haber esperanza alguna para este mundo. Y sin embargo, según las Escrituras, el sueño de abolir la guerra no es sólo una ilusión. La idea de la prosperidad para todos es más que un truco político. La Biblia nos dice que la sumisión final de la naturaleza es una certeza.
Sin embargo, la esperanza para este mundo no se halla en esfuerzos humanos, sino en el regreso de Jesucristo. Sólo Él puede resolver los problemas que desconciertan a la humanidad.
El profeta Isaías dijo que un día «no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra» (Isaías 2:4). Esta gloriosa perspectiva será una realidad cuando el mismo Señor Jesucristo regrese como «Rey de reyes y Señor de señores» (1 Timoteo 6:15) a establecer su reino de paz y justicia. Hemos de estar «aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús» (Tito 2:13). Puesto que tenemos esta esperanza podemos ser optimistas incluso en la tristeza cada vez mayor de esta era.
¡Sigue mirando hacia arriba!
LA ÚNICA ESPERANZA DE PAZ MUNDIAL ES LA VENIDA DEL PRÍNCIPE DE PAZ.