lunes, 17 de junio de 2013
lunes, 10 de junio de 2013
UNA BALA EN LA CABEZA
Llevaba diez años de sufrir dolores de cabeza. Primero pensó que era exceso de trabajo. Después le dijeron que podría ser migraña. Un médico le diagnosticó sinusitis. Pero Bruce Levón no hallaba alivio de ninguna manera, y por fin le sacaron una radiografía. El resultado fue interesante. Bruce tenía una bala incrustada en la base del cráneo.
Diez años atrás, en un baile, alguien había disparado al azar. Bruce recibió el plomo en la cabeza, aunque sólo sintió un rasguño. Más temprano, camino al baile, Bruce había tenido un accidente de automóvil, y él siempre pensó que el rasguño había sido el resultado de algún vidrio del parabrisas.
No es nada común vivir diez años con una bala en la cabeza, aunque es cierto que casos como éste se encuentran en los archivos médicos. El cuerpo es un mecanismo maravilloso que se adapta a muchas interferencias, pero vivir diez años con una bala en la cabeza es extraordinario.
Sin embargo, hay miles de personas que sí llevan algo en la cabeza y en el corazón que daña y hiere y agravia y deteriora. Son las ofensas no perdonadas. Nada produce más daño en el corazón que cargar una injuria, un daño, una ofensa no perdonada.
La reacción normal es defendernos diciendo: «Fue él quien me hizo el mal. Que venga él a mí y me pida perdón.»
Jesucristo, en su Sermón del Monte, dijo algo muy interesante: «Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda» (Mateo 5:23-24).
Tomemos nota de la importantísima frase: «y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti.» Esto quiere decir que es el ofendido quien debe buscar la paz con el que lo ofendió. De no ser así, si no nos busca el que nos ofendió, nunca estaremos en paz. Y es que importa mucho que no carguemos toda la vida un resentimiento no perdonado. Porque nada produce más daño personal que cargar en la mente y en el corazón una ofensa no perdonada.
Nosotros somos los únicos que podemos extraer la bala que tenemos en el corazón. Busquemos al que nos ofendió y reconciliémonos con él. Si no lo hacemos, llevaremos esa carga hasta la muerte. Jesucristo nos dará la gracia para hacerlo. Nuestra tranquilidad depende de eso. No perdamos más tiempo. Busquemos la ayuda de Dios.
Hermano Pablo
ORQUIDEAS
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miércoles, 5 de junio de 2013
miércoles, 29 de mayo de 2013
No te pierdas el próximo 23 de Junio un evento sin igual. "Activa España 2013" con el Apóstol Rony Chávez desde Costa Rica.
Un día que impactará la Ciudad de Barcelona y quedará marcada para siempre con una palabra profética y apostólica de parte de Dios.
Domingo 23 de Junio en el Auditorio de Kairos TV. Calle Provençals, 100. Metro L4-Selva de Mar y Tram T4-Fluvià.
También podrás seguir el evento en DIRECTO a través de tu canal Kairos TV
DIARIO DE UNA JOVEN ASESINA
Era su librito de apuntes diarios, apuntes que iba haciendo, cada día, una joven de catorce años de edad. ¿Qué cosas podría escribir en ese diario? Cosas juveniles: impresiones de muchachos, actividades de colegio, paseos, fiestas.
Pero un día, justamente el primero de enero, la joven escribió: «Querido diario: Es principio de año, y ya no aguanto más. Tengo que quitarme de encima una carga que ya no puedo llevar. Yo maté a mi hermanita.»
El diario sigue narrando: «Fui hasta su cuarto y le dije que la quería mucho. Cubrí, entonces, su boca, y la sofoqué. Tú, mi querido diario, eres a quien primero le cuento. Gracias. Ahora me siento mejor.»
Ya hacía cinco meses que esta adolescente había matado a su hermanita de cuatro años de edad. Cuando hallaron el cuerpo de la chiquita, el médico forense determinó que era «muerte por asfixia traumática». La investigación no produjo ningún resultado. Pero sucedió que los padres de la hija mayor descubrieron su diario.
Por más que queramos callar la voz de nuestra conciencia, no podemos. Tarde o temprano su grito se oirá.
¿Qué está pasando en los hogares, en las familias, en los adolescentes? Esta joven no carecía de nada. Tenía buenos padres, buena casa, buen colegio, buenos amigos, buena ropa, buen calzado, buenas cosas. ¿Por qué, de un modo sorpresivo y brutal, mató a su hermanita?
En parte tiene que ver con la violencia que los adolescentes ven en la televisión, la cual se va acumulando en su psiquis. Cuando ésta se llena a más no poder, el adolescente no tarda en poner en práctica más de alguna de esas cosas.
Tampoco se descarta la posibilidad de los contactos con sectas extrañas. Lo que padres incautamente podrán llamar «chifladuras de adolescentes» puede que sean relaciones, incluso satánicas, cosa que está más extendida de lo que parece.
La fuerza moral más potente del mundo está en Jesucristo. Si nosotros, como padres, descuidamos nuestra propia vida espiritual, con eso dirigimos a nuestros hijos por el camino de la perdición.
Hagamos de Cristo el Señor de nuestra vida. Tanto nosotros como nuestros hijos necesitamos ese poder. Sólo Cristo nos pone a salvo de toda fuerza maligna. Él desea ser nuestro Señor. Coronémoslo Rey de nuestra vida hoy mismo.
Hermano Pablo
PONETE EN SU ZAPATO
¿Alguna vez se puso un zapato mas pequeño y anduvo un buen tiempo con el?
Es una experiencia muy desagradable, pero si usted ve a una persona que lleva un zapato más pequeño no va a darse cuenta de esto, ya que en realidad solo el que lo tiene puesto sabe lo que está pasando.
Es una situación muy compleja y de verdad muy incomoda puede ser tanto así que uno comienza a tener mal humor, a no querer caminar, incluso a querer sacarse los zapatos.
Las personas siempre estamos en situaciones de dificultades y de verdad que a veces son tan complejas que nos es difícil explicarlas, los que ven de afuera no entiende lo que está pasando y tienden a hablar mal o a decir que el está pasando a este y suele ser una experiencia como la del zapato.
No vamos a tener una perspectiva de la vida mientras no aprendamos a entender lo que otras personas están viviendo.
Esto se debe a que si solo estamos concentrados en lo que nos pasa a nosotros, esto no nos dejará aprender, ni mucho menos experimentar en la vida.
Es más no vamos a tener relaciones estable mientras no aprendamos esto. Nuestras amistades solo se basarán en tiempos buenos y cuando no estén estos van a derrumbarse. La Biblia lo explica de esta forma:
Proverbios 17: En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.
Ponerse en el zapato de otro es Interesarse por aquellos que están sufriendo.
Ponerse en el zapato de otro aun cuando el nuestro nos aprieta.
Ponerse en el zapato de otro es amar y demostrar amor.
Ponerse en el zapato de otro es servir para algo en esta vida.
Ponerse en el zapato de otro es perdonar aun cuando no debemos pedir perdón.
Las personas que pueden ponerse en el zapato de otro tienen una madurez y una sensibilidad la cual Dios va a usar.
Quienes se ponen en el zapato de otro son aptos para el servicio y quien no puede hacer esto no está capacitado para servir. es así de simple.
Ponerse el el zapato de otro está en los mandamientos vea que 6 de los diez tienen que ver con ponerse en el zapato de otro:
Exodo 20:
12Honra a tu padre y a tu madre,
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No hurtarás.
16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
NO hagas a otros nada que los haga sufrir, aunque eso te de algún tipo de satisfacción.
Es decir que, no ponerse en el zapato de otro es en realidad ser un egoísta.
Para ponerse en el zapato de otro usted tiene que dejar de quejarse y mirar hacia afuera, no mire hacia adentro suyo, pare de sufrir usted mismo y podrá ver otros que sufren.
Ponerse en el zapato de otro es ser movido a misericordia. La misericordia es un sentimiento de amor extremó. Es decir en condiciones normales yo no amaría a una persona en esas circunstancias. Pero cuando la misericordia se apodera de mi entonces amo a esa persona no importando nada, es como un peso en la conciencia y estamos dispuestos a sacrificarnos.
Lucas 10:35
Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.
El buen samaritano no había planeado este gasto extra, pero no pensó en eso, sencillamente se lanzó a ayudar a quien en realidad y en condiciones normales no era de su agrado.
Vio la necesidad de alguien que estaba sin ayuda, alguien que de verdad le necesitaba sí o sí.
Me da a entender este texto que en la vida no sé trata sólo de amar a Dios y darle todo a Él. Se trata más bien de hacer cosas que traspasan los cielos y se manifiestan en la tierra.
Si amamos a Dios sin amar a nuestros prójimos estamos incompletos.
Te animo a ponerte en el zapato de otro.
José Luis Malnis
Pastor
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