Muchas
veces las oraciones que elevamos se convierten en monólogos acerca de
lo que necesitamos, deseamos o agradecemos. La voz de Dios se hace
audible cuando leemos o recordamos sus promesas, pero no parece tener el
mismo tono cuando nos insta al servicio, a la acción. Esa orden ya no
suena tan fuerte y clara, en cambio, nuestras razones y argumentos
inundan el pensamiento. Ya no estamos seguros de que aquello sea
realmente la voluntad de Dios… Es que si lo fuese todo debería darse más
fácil, no? Las excusas no se las damos al Señor, generalmente nos las damos a nosotros mismos para convencernos de que lo que pensamos y queremos. Imaginemos pararnos ante Él y decirle que recapacite ante nuestras razones… Pero, Señor: -No tengo tiempo “No mirando n osotros las cosas que se ven, si no las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales , pero las que no se ven son eternas” 2°Corintios 4:18 Quizás el tiempo sea el mejor parámetro para conocer dónde está puesto nuestro corazón. Sólo es cuestión de comparar cuanto tiempo dedicamos a cada cosa de nuestra vida. Este pasaje pone en evidencia lo menor que resulta lo temporal con respecto a lo eterno y cómo enfocamos nuestra mirada sobre lo que resulta fugaz. Nuestra mirada y nuestro tiempo ¿están puestos en el Reino? -No es el momento. Más adelante quizás lo sea, pero ahora es realmente complicado “Entonces el Reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. (…) Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. (…)Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.” Mateo 25: 1, 10 y 13. El hecho de postergar no sólo muestra prioridades sino que también habla de seguridades. No nos animamos porque no confiamos en que podamos. Una vez más, la seguridad está puesta en nosotros y no velamos sino que postergamos a lo que hoy nos debemos. -No puedo sobrecargarme, estoy agotado. “Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán. ” Isaias 40:30-31 La realidad pesa sobre nuestro cuerpo y nuestra mente cansada, es verdad. Como así también es verdadera esta palabra. Cuando vemos con asombro a los siervos fieles que superan obstáculos, enfrentan y salen victoriosos de las pruebas y situaciones más terribles, ¿acaso no reconocemos que la m ano de Dios es la que los sostiene? ¿No ansiamos ver milagros en nuestras vidas? ¿No anhelamos remontarnos y volar como águilas por encima de la mediocridad? -No estoy preparado. No sirvo para ese ministerio. “Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y Él : Ve, porque yo estaré contigo… ” La gran mentira del enemigo nos ha convencido. Claro, es el rey en lo que a mentiras se refiere. Pero una vez mas debemos recordar: El que hizo los cielos y la tierra, el alfa y el omega, el que sopló aliento de vida, el gran Yo Soy; ese mismo es el que nos dice: “Yo estaré contigo”. Nuestra voz comienza a mermar y comenzamos a escuchar al Padre decir que no es nuestro tiempo, que no son nuestras manos las que harán ni que dependemos de nuestras capacidades. Que nos ama y nos quiere en sus manos. Y la paz que sólo Él nos da calla de una vez por todas a las excusas. No d ebemos olvidar que somos herramientas que serán útiles sólo en las manos del que hace la obra. |
lunes, 1 de abril de 2013
“PERO, SEÑOR…”
jueves, 28 de marzo de 2013
¿DÓNDE ESTABAS TÚ CUANDO YO TE NECESITABA?
Solemne, transcurría el funeral. Yacía en la caja un eminente clérigo
que había dedicado toda su vida a servir a la humanidad. Largas filas
de personas que habían recibido de él algún consejo sabio, alguna ayuda
espiritual, incluso algún beneficio material, testificaban cuándo,
cómo y en qué circunstancias el reverendo les había ayudado.
En eso se acercó al ataúd un joven de unos treinta años de edad.
Estaba mal vestido, sucio, con barba de una semana y con todas las
trazas de alcohólico. Miró detenidamente al cadáver en la caja y, con
emociones encontradas como de tristeza mezclada con resentimiento y
odio, dijo: «Papá, ahora me doy cuenta dónde estabas tú cuando yo más
te necesitaba.»
Esta historia verídica, con profundo sentido humano, de un pastor
eminente que dedicó toda su vida a proveer ayuda espiritual y consejo
profesional a miles de personas, pero que no tuvo tiempo de prestarle
atención a su propia familia, nos deja una tremenda lección.
El proverbista Salomón, entre sus sabias máximas, escribió la
siguiente: «Me obligaron a cuidar las viñas; ¡y mi propia viña
descuidé!» (Cantares 1:6). Qué fuerte reprensión es ésta a los padres
que cuidan de todo y de todos, pero se olvidan de ser amigos,
consejeros y verdaderos padres de sus propios hijos.
El pastor de la historia aconsejó a miles, hasta tener en su
archivo más de tres mil tarjetas con nombres de personas a quienes
había ayudado psicológica y espiritualmente. Pero entre esas tarjetas
no aparecía la de su hijo.
¿Quiénes deben tener prioridad en el corazón, en los sentimientos y
en el calendario de un esposo y padre? Su esposa y sus hijos. Nadie
tiene más derecho que ellos a la atención, al amor, al cuidado y a la
protección de ese padre.
A cada uno de los que somos padres nos conviene examinarnos en
este sentido. ¿Les hemos dado a nuestros hijos la atención, el tiempo y
el interés que ellos tanto necesitan de nosotros? Nuestra
responsabilidad primaria es, sin excepción, la familia: esposa e hijos.
Nadie ni nada en este mundo debe ser más importante que nuestra
familia.
Jesucristo, que es el Señor de la vida, puede hacer de un hombre,
desde el más sencillo hasta el más ilustre, un gran padre. Él quiere
ayudar a cada uno. Basta con que nos postremos ante Él y le digamos con
toda sinceridad: «Señor, me entrego a ti. ¡Ayúdame!»
Hermano Pablo
miércoles, 27 de marzo de 2013
GRITOS DEL ALMA EN MOMENTOS DE DOLOR
“Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica. Está
atento, y respóndeme; clamo en mi oración, y me conmuevo, a causa de la
voz del enemigo, por la opresión del impio; porque sobre mi echaron
iniquidad, y con furor me persiguen. Mi corazón está dolorido dentro de
mi, y terrores de muerte sobre mi han caido, temor y temblor vinieron
sobre mi, y terror me ha cubierto. Y dije: Quien me diese alas como de
paloma, volaría yo, y descansaría. Ciertamente huiría lejos; moraría en
el desierto. Me apresuraría a escapar del viento borrascoso, de la
tempestad” Salmos 55:1-8
Esta plegaria describe el dolor intenso de una prueba horrible, y su clamor desesperado puede palparse desde que uno está dando lectura a este salmos.
Su vida ha caído en un grave peligro, una tremenda crisis que ha golpeado todo su ser. Emocionalmente está acabado y podríamos pensar que su estado mental ya no da más.
Es tanta la presión, que desea huir de la guerra que ha caido sobre él, desea estar solo, olvidar su tierra, olvidar su misma vida terrenal.
Pide a gritos, lo que su alma anhela en ese momento, y pide alas de paloma para irse al desierto.
Sobre el siervo de Dios, ha caido golpe tras golpe de maldad, abuso, engaños, traiciones y fraudes. Por su mente no pasa el deseo de estar en el palacio, o saboreando un rico platillo de carnero de Bazan,
Tampoco está pensando en escribir salmos, o cantar alabanzas con el arpa. El dolor es tan intenso, que su mismo corazón se siente morir, y por esa razón, siente que los terrores de muerte lo cubren.
En este mismo instante hay en el mundo, millares de hombres y mujeres, pasando por la misma situación de David, quemándose en el calor de las pruebas, sufriendo en cuerpo y alma la angustia del bombardeo de las guerras del enemigo, que lanza disparos uno tras otro, y a veces en la misma herida, la vuelve a golpear.
El dolor es tan intenso que no hay quien pueda mitigarlo, no hay lecturas, no hay canciones, no hay paños tibios en la frente, no hay medicina alguna que calme el dolor de ese momento.
El golpe está dado, el alma sufre, el horizonte se ha perdido, el siguiente minuto dolerá también y la siguiente hora y el siguiente día. El plan de solución parece pendiente o engavetado en la eternidad, y solamente la huída, la escapada, es la que está en la mente, pero no hay a donde ir, y además de eso, la herida es muy profunda.
De un momento a otro, todo se vino encima. El dolor del alma es real, existe, y el que lo sufre, se siente morir, el rostro se pone caliente, el corazón se acelera, no quiere nada de alegría a su alrededor, y la soledad es la única que es su aliada.
Pero aún enmedio de las llamas del sufrimiento, o en la soledad de un extranjero; aún traicionado por el ser que más amas o acabado por el destrozo financiero; aún cuando todos te abandonen, se burlen de ti y una hormiga tenga más precio que tu vida, siempre Dios pensará en ti, sigue clamado, porque Dios vendrá en tu ayuda, aunque sientas que la locura te incluye entre sus miembros, continúa con esperanza en medio de la noche espesa.
Eso está manifestado en el mismo Salmos, ya que luego de tanto sufrimiento y dolor, el mismo salmista lo dice:
“Echa sobre Jehová tu carga, y el te sustentará; no dejará para siempre caído al justo”. Salmos 55:22
Tu vida no es el plan terminado, lo que tenias antes no era todo lo que tendrias en este planeta; la persona que te ha traicionado, no es la unica que queda en la vida. Dios tiene algo mejor para ti, un plan maravilloso, algo que te sorprenderá de por vida, algo que no habías imaginado.
Recuerda que todo el tiempo que Dios ha dedicado a cuidarte, no lo perderá, Dios no desperdicia su tiempo, porque si Él, ha estado trabajando en tu vida desde hace mucho tiempo, no te dejará tirado en el piso, Él no deja abandonados a sus soldados heridos, además de eso, Dios tiene un testimonio que demostrar ante el mundo, ante los ángeles y ante los demonios, y es el hecho de levantar a todos los que claman a Él.
Respira profundo, tienes derecho a expresar como te sientes, dícelo a Dios, David lo dijo, y tu también puedes hacerlo.
Esta plegaria describe el dolor intenso de una prueba horrible, y su clamor desesperado puede palparse desde que uno está dando lectura a este salmos.
Su vida ha caído en un grave peligro, una tremenda crisis que ha golpeado todo su ser. Emocionalmente está acabado y podríamos pensar que su estado mental ya no da más.
Es tanta la presión, que desea huir de la guerra que ha caido sobre él, desea estar solo, olvidar su tierra, olvidar su misma vida terrenal.
Pide a gritos, lo que su alma anhela en ese momento, y pide alas de paloma para irse al desierto.
Sobre el siervo de Dios, ha caido golpe tras golpe de maldad, abuso, engaños, traiciones y fraudes. Por su mente no pasa el deseo de estar en el palacio, o saboreando un rico platillo de carnero de Bazan,
Tampoco está pensando en escribir salmos, o cantar alabanzas con el arpa. El dolor es tan intenso, que su mismo corazón se siente morir, y por esa razón, siente que los terrores de muerte lo cubren.
En este mismo instante hay en el mundo, millares de hombres y mujeres, pasando por la misma situación de David, quemándose en el calor de las pruebas, sufriendo en cuerpo y alma la angustia del bombardeo de las guerras del enemigo, que lanza disparos uno tras otro, y a veces en la misma herida, la vuelve a golpear.
El dolor es tan intenso que no hay quien pueda mitigarlo, no hay lecturas, no hay canciones, no hay paños tibios en la frente, no hay medicina alguna que calme el dolor de ese momento.
El golpe está dado, el alma sufre, el horizonte se ha perdido, el siguiente minuto dolerá también y la siguiente hora y el siguiente día. El plan de solución parece pendiente o engavetado en la eternidad, y solamente la huída, la escapada, es la que está en la mente, pero no hay a donde ir, y además de eso, la herida es muy profunda.
De un momento a otro, todo se vino encima. El dolor del alma es real, existe, y el que lo sufre, se siente morir, el rostro se pone caliente, el corazón se acelera, no quiere nada de alegría a su alrededor, y la soledad es la única que es su aliada.
Pero aún enmedio de las llamas del sufrimiento, o en la soledad de un extranjero; aún traicionado por el ser que más amas o acabado por el destrozo financiero; aún cuando todos te abandonen, se burlen de ti y una hormiga tenga más precio que tu vida, siempre Dios pensará en ti, sigue clamado, porque Dios vendrá en tu ayuda, aunque sientas que la locura te incluye entre sus miembros, continúa con esperanza en medio de la noche espesa.
Eso está manifestado en el mismo Salmos, ya que luego de tanto sufrimiento y dolor, el mismo salmista lo dice:
“Echa sobre Jehová tu carga, y el te sustentará; no dejará para siempre caído al justo”. Salmos 55:22
Tu vida no es el plan terminado, lo que tenias antes no era todo lo que tendrias en este planeta; la persona que te ha traicionado, no es la unica que queda en la vida. Dios tiene algo mejor para ti, un plan maravilloso, algo que te sorprenderá de por vida, algo que no habías imaginado.
Recuerda que todo el tiempo que Dios ha dedicado a cuidarte, no lo perderá, Dios no desperdicia su tiempo, porque si Él, ha estado trabajando en tu vida desde hace mucho tiempo, no te dejará tirado en el piso, Él no deja abandonados a sus soldados heridos, además de eso, Dios tiene un testimonio que demostrar ante el mundo, ante los ángeles y ante los demonios, y es el hecho de levantar a todos los que claman a Él.
Respira profundo, tienes derecho a expresar como te sientes, dícelo a Dios, David lo dijo, y tu también puedes hacerlo.
miércoles, 20 de marzo de 2013
martes, 19 de marzo de 2013
YO ELEGI CONFIAR EN DIOS ¿Y TU ?

Se ha fijado que la palabra más popular de estos tiempos es “crisis”. Leemos la prensa o vemos las noticias en televisión y nos encontramos con la crisis, estamos en el trabajo o en el hogar y lo que escuchamos es crisis, esto por supuesto hace que mucha gente cristiana y no cristiana se paralizen y no avanzen por temor a la crisis. ¿Eres tú de esas personas que se han detenido ante la crisis o eres de las que avanzan en búsqueda de lo extraordinario?
La vida es un asunto de actitud y la actitud es un asunto de decisión, y yo elijo que actitud voy a tomar ante las crisis, los problemas o situaciones que se me puedan presentar, podemos optar por una actitud positiva o una actitud negativa. La actitud positiva hace la diferencia porque busca solucionar problemas, no es que deja los problemas así y no le importa, una persona con actitud positiva busca siempre resolver, disfruta las circunstancias, ve mas oportunidades y vive la vida con entusiasmo.
Una persona con actitud positiva tiene presente lo siguiente:
No eligió las circunstancias que le tocó vivir, pero si eligió cual actitud manifestar.
Se esfuerza por desarrollar una actitud positiva y no soltarla.
Sus acciones están determinadas por su actitud.
La actitud de su gente o entorno es un reflejo de la suya.
“Dios decide por lo que vamos a pasar. Nosotros decidimos como lo vamos a pasar”.
Es tu decisión como decidas pasar el día de hoy, es tu decisión si decides confiar en Dios para todos los asuntos de la vida. Si crees que tu matrimonio tiene solución o no tiene solución es tu decisión. Si crees que puedes salir de esa deuda financiera o no puedas salir es tu decisión, todo está en tus creencias y donde pones la confianza. Los límites los tenemos nosotros en nuestras mentes.
Hay una historia en la Biblia en el evangelio de Mateo 8:5-10,13, donde un centurión romano se acerca a Jesús a pedir por sanidad para su sirviente que sufría muchos dolores y no podía moverse. Jesús le dice que él ira a sanarle pero el centurión le dice que no es digno de que El entre a su casa, que solamente ordene la palabra y el enfermo sanará. Wow, Jesús se asombra y dice que ni en Israel había conocido a alguien que confiara tanto como este extranjero y mas adelante Jesús le dice que como creíste así sucederá.
Aquí podemos ver la actitud del centurión, el pudo haber hecho varias cosas: pedir que Jesús fuera a su casa, mandar a un soldado con el mensaje, buscar otro sirviente sin que le importara los dolores del otro, sin embargo el busco soluciones y siendo extranjero se acercó a Jesús, se esforzó en acercarse al maestro y eligió poner toda su confianza en Dios al pedirle que ordenara, que dijera la palabra de sanidad y el enfermo sanaría. Jesús puede elogiar esta actitud con asombro, se maravilla de la fe del extranjero y le afirma que como creíste así va a suceder.
Algunas preguntas que me gustaría hacerte: ¿Qué es lo que estás creyendo para tu vida? ¿Qué es lo que esperas que suceda en tu matrimonio, en tus relaciones, tus negocios, tus finanzas? ¿Eres capaz de asombrar al Maestro? ¿Cómo es tu actitud ante la vida? ¿Estas confiando en Dios para tus problemas, necesidades, tentaciones?
Mi actitud determinará mis acciones. Puedo ser victima o protagonista, puedo ser bendición o maldición, puedo ser esclavo o libre, puedo confiar en Dios o no confiar es mi decisión. Hay una anécdota que lo ilustra muy bien.
Cuentan que un alpinista, con el afán por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria solo para él, por lo que subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció. La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa. El alpinista solo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo… y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida. Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente, sintió el fortísimo tirón de la larga soga que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.
En ese momento, suspendido en el aire, gritó: ¡¡¡ayúdame Dios mío!!!
De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:
-¿Que quieres que haga? - Sálvame Dios mío
-¿Realmente crees que yo te pueda salvar? –Por supuesto Señor
-Entonces corta la cuerda que te sostiene…
Hubo un momento de silencio; el hombre se aferró más aún a la cuerda….
Cuenta el equipo de rescate, que al otro día encontraron a un alpinista colgando muerto, congelado, agarradas sus manos fuertemente a la cuerda… A tan solo un metro del suelo…
¿Cuál es la cuerda a la cual nos aferramos para no recibir las bendiciones que Dios tiene preparado para nosotros en el día de hoy?
Hoy es el mejor día para confiar en Dios y disfrutar de todo lo que nos da, busca tu resultado extraordinario. Yo elegí confiar en Dios ¿y tu? .
lunes, 18 de marzo de 2013
APUESTA DE VIDA O MUERTE
Los dos personajes se sentaron a la mesa de póker. Se miraron a los
ojos. Uno de ellos estaba serio, muy serio. El otro lucía una leve y
mordaz sonrisa diabólica.
—¿Qué apostamos? —preguntó el primero.
—El alma de ése que se está muriendo —respondió el otro.
Y repartieron las cartas en una atmósfera tensa y pesada.
Uno de los jugadores, el sacerdote Michel Scotto, de Le Mans,
Francia, miró sus cartas: tres reyes. Pensó que era una buena mano y
que podía ganar, así que puso sus cartas sobre la mesa. El otro, sin
dejar de sonreír mefistofélicamente, mostró las suyas: tres ases y dos
reinas. Full. Había ganado la partida.
—Me llevo esa alma, que es mía —dijo riendo el diablo.
El padre Scotto, derrotado, vencido y amargado, apenas pudo hacer la señal de la cruz.
Esta alegoría la relata el sacerdote francés Michel Scotto. Pero
para él no es alegoría. Para él es realidad. Él dice que se jugó al
póker la salvación de un pecador moribundo. El diablo, mucho mejor
jugador que él, y además mentiroso, tramposo y engañador, le ganó la
partida.
Esta historia, verídica o imaginaria, contiene varias verdades que merecen nuestra reflexión.
En primer lugar, Satanás ciertamente ronda en busca de las almas
de este mundo. El apóstol Pedro dice: «Practiquen el dominio propio y
manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente,
buscando a quién devorar» (1 Pedro 5:8). Eso debemos darlo por sentado.
Otra gran verdad que esta historia revela es que Dios también anda
en busca de las almas de este mundo. Jesucristo, refiriéndose a sí
mismo, dijo: «Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que
se había perdido» (Lucas 19:10). Así como Satanás ronda en busca de
las almas de este mundo, Cristo, también, anda en busca del pecador que
está perdido.
Lo que la historia no revela es que el destino del alma humana no
está a merced de ninguna lotería ilusoria. Es más, la salvación eterna
del hombre no la deciden ni Dios ni el diablo. El voto determinante lo
da el hombre mismo. Jesús dijo: «Porque tanto amó Dios al mundo, que
dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda,
sino que tenga vida eterna» (Juan 3:16). Cada uno de nosotros decide
por cuenta propia si su alma será del diablo o de Dios, si pasará la
eternidad en el cielo o en el infierno. El voto determinante es el
nuestro. Más vale que nos decidamos por Dios.
Hermano Pablo
RECUPERAR LO QUE TE HAN ROBADO
Mi experiencia con el robo: en el año 1997 nos encontrábamos en la ciudad de Valparaíso Chile, estábamos dando unos seminarios en una Iglesia allí y compartiendo. Habíamos ido en nuestro auto y al estacionar en la misma calle de la Iglesia donde había un Policía le pregunte si se podía estacionar, lo cual me dijo que sí. Para hacer corto el cuento, cuando regresé al carro nos dimos cuenta que nos había robado algunas cosas que en realidad no era de súper valor, pero para nosotros sí eran de valor, eran esas cosas que tienen un valor emocional aunque también económico.
Qué impotencia sentí, estaba muy enojado y deseaba ir a recuperar mis cosas, pero no sabí a dónde empezar. Una denuncia era una posibilidad pero todos nos dijeron que mejor no, ya que era perder el tiempo.
Si hubiera podido ir a recuperar las cosas hubiera ido eso seguro, pero no sabía dónde estaban.
Dios me dijo claramente que: Satanás nos roba permanentemente cosas las cuales no las recuperamos porque sencillamente no vamos a buscarlas.
Está claro que el Diablo ha venido ,como Jesús lo describe, a Robar, ésta es su naturaleza . La razón de su actitud es que él desea simplemente que nadie logre lo que él mismo no ha logrado y su intención es robar aunque en realidad lo que el roba no lo usa ni lo va a necesitar.
Satanás te roba la alegría pero el mismo no la va a usar, te roba todo lo que tú puedes disfrutar sin embargo él no lo disfrutará, digamos que roba por robar y lo mas interesante es que cuando roba no lo esconde y no lo usa de manera que es muy sencillo recuperarlo.
Cuando él roba tú sientes impotencia, per o lo que siempre ocurre es que tú tienes dos tipos de pensamientos, uno es nunca lo recuperaras y el otro es ya es tarde y nunca mas será lo mismo.
Es así que uno termina aceptando que por alguna causa o discapacidad no vamos a recuperar lo que nos han robado.
La forma de pensar Satánica:
Satanás piensa de una forma práctica y conoce al hombre, sabe perfectamente, sus respuestas son como estás. Desconfiadas, difamadoras, desacreditadoras, rompiendo toda integridad, ridiculizando y dejando en claro que tu no vales nada.
Job 2:4-5
“ Respondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. 5 Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia“
La forma de pensar de Dios es:
Dios en primer lugar ver virtudes que están a la vista.
Job 2:3
“ Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has con siderado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa.“
¿Cómo piensas tú?
La forma en que tú crees que eres:
Esto depende de a qué tú crees y a quién tú escuchas.
Satanás nos roba y nos saca cosas:
Cuando el Diablo roba, roba de esta manera por ejemplo:
Si a ti te han robado la Felicidad te hace creer que no eres feliz, aunque la felicidad está a tu lado.
Si te ha robado el disfrutar de lo que tienes te hace sentir que estas cosas no valen nada:
Tu bienes no valen. Están a tu lado pero no los valoras.
¿Nunca te pasó que alguien vino y te dijo: ahí si yo tuviera en tu lugar......?
Si te ha robado ser feliz en tu vida intima y tu sexualidad llenándote de complejos, te hace c reer que el sexo y la intimidad son malos y cochinos. Los tienes a tu lado listos para disfrutarlos pero no los ves , no puedes, dices lo que pasa es que yo sufrí esto o lo otro.
Si te ha robado la salud mental, te hace creer que no eres normal que todo esta fuera de tu control.
Si te ha robado la esperanza de comenzar de nuevo tu vida, una familia, te dice estás solo.
Si te ha robado el trabajo te dice nada hay para ti. Eres bruto.
Si te ha robado el amor por los demás te dice Nadie te ama a ti.
Si te ha robado la tranquilidad te dice todos están en contra tuya.
Si te ha robado la esperanza te dice ya no hay esperanza para ti.
Si te ha robado la capacidad de sacarte buenas notas o de lograr tus estudios te dice eres un tonto.
Las cosas que Satanás te ha robado están a tu lado solo tienes que ir a buscarlas.
SI tú dejas que el las conserve consigo nunca recuperaras esto.
Ve a recuperar lo que él te robó.
Mira es muy fácil ven y búscalas y comienza a disfrutarlas de nuevo.
¿Te robo la alegría? Ven y di Satanás escúchame bien esto es mío. No le pidas permiso ni andes con protocolos, pero diselo clarito.
Ahhhhhh pero no te olvides de dejarle lo que te sembró a ti.
O sea le vamos a decir, mira bien Satanás tengo algo que es tuyo y vos TENES algo que es mio, entonces como lo que es mio no es tuyo y lo que es tuyo no es mio, venga para aquí.
Entonces si llegaste así. Triste, te vas sonriendo. Si así mira sonríe.
Si te robo el disfrutar lo que tienes entonces vienes le dejas a Satanás esa mala onda y empiezas a valorar lo que tienes.
Si te ha robado disfrutar en tu sexualidad tu intimidad vas a dejarle esa sarta de complejos y vas a comenzar a disfrutar desde hoy, no es justo que te pierdas esto en la vida.
Si te robó la salud mental le vas a dejar esa locura y vas a reco ger la salud nuevamente.
Si te robó la posibilidad de empezar de nuevo una familia o de renacer la tuya la vas a recuperar ahora mismo.
Y así sucesivamente vas a recuperar todo absolutamente todo lo que Satanás te robo.
Te preguntarás: es verdaderamente posible recuperarlo todo? Si créeme es posible ya que en realidad lo que Satanás hizo fue mentirte y engañarte.
Durante muchos años personas de todas las edades han estado creyendo que todo estaba perdido y que nada era posible y en la cual todo su futuro estaba truncado.
En cosas simples como: Toda la vida a lo mejor nunca supiste escribir sin errores ortográficos o no aprendiste a manejar la bicicleta, o no te animas por temor a manejar el coche.
Hace un tiempo llego un joven a nuestra iglesia me pidió una cita y por casualidad nos encontramos en la entrada de la Iglesia y entramos juntos y yo me dirigí al ascensor de nuestra iglesia y cuando este llego le dije:
Sube..... Se quedó duro y me dijo que por años no subía a una ascensor y que tenía pánico de subir.
Le dije: si quieres vamos por las escaleras, pero te animo a que rompas ahora mismo con ese temor. Le asegure que yo iría con él y que no pasaría nada y subimos, la luz no se prendió del ascensor hasta unos segundos y apreté el botón y salimos para arriba y llegamos en dos segundos.
Estaba feliz me dijo lo pude lograr, si le dije si quieres vamos de nuevo hacia abajo y nos fuimos de nuevo y al siguiente domingo lo encontré tomando el ascensor solo.
Que pasó? Venció......
Hoy podemos vencer todas estas cosas que Satanás nos ha mentido.
Te animo a que hoy recuperes todo.
Bendiciones
Equipo de colaboradores del Portal de la Iglesia Latina
www.iglesialatina.org
Lic. José Luis Malnis
ElPastor
www.iglesialatina.org
Lic. José Luis Malnis
ElPastor
Suscribirse a:
Entradas (Atom)