domingo, 13 de noviembre de 2011
APUNTA ALTO
UN GRAN HOMBRE
viernes, 11 de noviembre de 2011
LA METAMORFOSIS DE CORTÉS FERRUSQUILLA
Primero salió corriendo por las calles, dando furiosos ladridos. Tenía la boca espumosa y los ojos inyectados en sangre. Corrió en cuatro patas lanzando mordiscos a diestra y siniestra, sembrando espanto por toda la colonia.
Encontró en su camino a la niña Priscila Cortés, a la que mordió hasta sacarle sangre. Un agente de policía que quiso apresarlo resultó con el uniforme destrozado por uñas y dientes. Por fin, el enfurecido ser fue reducido por tres fuertes agentes.
Sin embargo, no era un can. Era Enrique Cortés Ferrusquilla, de treinta y tres años, habitante de la colonia Prado Churubusco de la ciudad de México. Una tremenda borrachera había producido en él una verdadera metamorfosis, convirtiéndolo poco menos que en un can atacado de hidrofobia.
¡Qué metamorfosis produce en los seres humanos el vicio del alcohol! Los diarios que comentaban la noticia decían que Cortés Ferrusquilla se convirtió, por el líquido de fuego metido en su sistema, no en una enorme cucaracha, como en la famosa Metamorfosis de Franz Kafka, sino en un perro, que salió en cuatro patas espantando a los tranquilos habitantes de la colonia, con «la boca espumosa y el ojo fatal», como dice Rubén Darío del lobo de Gubbia.
El alcohol se está constituyendo de nuevo en el azote de la sociedad. Su peligro está sobrepasando, si es posible, al de las drogas. Hoy no se concibe ninguna fiesta, ninguna celebración, homenaje o festejo sin que haya copas de licor circulando entre los concurrentes, y efectuando, con su ominoso poder, diversas metamorfosis.
No todos los que beben licor necesariamente van a hacer lo mismo que el embriagado de este caso. Pero siempre, lenta e inexorablemente, el alcohol comenzará a efectuar una metamorfosis en la mente y la conciencia del adicto a él.
No hace falta agregar argumentos médicos para darle más peso a este argumento. El poder destructivo del alcohol lo conoce el propio alcohólico mejor que nadie.
Sin embargo, hay una manera de librarse del alcoholismo. Hay una manera de volver a la sobriedad y al dominio propio, y a conservar bien el equilibrio, no sólo físico sino mental, moral y espiritual. Se logra mediante el poder del evangelio de Jesucristo. Porque Cristo, el Señor viviente y triunfante, tiene poder de sobra para regenerar, cambiar y ennoblecer a todo ser humano.
Hermano Pablo
UN AMOR VERDADERO
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?
Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.” Ecl. 4:9-12
Hay tres palabras en griego para definir, la que en español usamos como una: amor.
Veremos cada una de ellas:
Amor Eros:
Gn.1:28-31 Dios creó todas las partes del cuerpo buenas… no solamente para la procreación, sino para el mutuo placer. La palabra conocer en Génesis 2:25, 4:1 habla de conocerse sexualmente. Un conocimiento sagrado, íntimo, creado por Dios para mutuo gozo y bendición. La mejor canción de Salomón: 8 capítulos que nos hablan de la relación de amor entre dos esposos
Amor fileos:
Es un amor puro sin componentes eróticos, es querer con vehemencia, cariño entrañable es el tipo de amor que se tiene a los amigos, inquebrantable lealtad. Proverbios 17:17
Tú debes ser su mejor amiga.
Tú debes ser leal.
Tú debes ser compañera.
Tú debes ser su confidente.
Amor Ágape:1ª Co. 13:4-8
Recuerda que el amor es un acto de la voluntad, es un esfuerzo consciente, un compromiso. NO tiene que ver con nuestras emociones, sino con nuestra voluntad… puestas en las manos de Dios.
Puedo amor con un amor ágape, cuando primeramente tengo a Cristo en mi corazón y dejo que Él manifieste a través de mí, el verdadero amor.
Un amor sufrido: ¿Cuánto estás dispuesta a sufrir por amor? En el transcurso del tiempo… lo experimentarás… un amor que ha sufrido… es un amor más fuerte. Tiene paciencia hacia los que lo ofenden. ¿Estás dispuesto a esperar y pasar por alto las imperfecciones?
Un amor benigno: Un amor que busca siempre actuar en bondad, que se manifiesta en bondad para con el otro.
Un amor que no tiene envidias: Su triunfo… es tu triunfo… porque le amo. Lo mejor para él… será lo mejor para ti. NUNCA compitas con tu esposo…
Un amor humilde : No es jactancioso ni se envanece. NO actúa con orgullo, ni soberbia, ni arrogancia…
Un amor que No hace nada indebido: El amor que actúa de una forma que agrada al Señor, en todo aspecto. No hace nada… que desagra daría a Dios.
Un amor que no busca lo suyo: Un amor que no trata de satisfacer sus propios deseos…. Busca servir. Y no ser servido. Busca el bienestar del otro por sobre mi bienestar. Un amor dispuesto al servicio. Tus acciones, en respaldo a tus palabras, serán la evidencia de tu amor. NO espera nada a cambio… porque la recompensa… viene de Dios.
Un amor que no se irrita: Un amor que sea apacible, que intente no explotar en furor, sino que sea amable.
Un amor que no guarda rencor: Un amor que escoge perdonar, escoge no recordar las ofensas del pasado. Un amor que cubre multitud de pecados…
UN amor que se goza en la verdad no en la injusticia: Un amor sin dobleces, real y transparente, que siempre busca la verdad.
Un amor que todo lo soporta, todo lo cree: El amor permanece firme bajo el sufrimiento y las dificultades sin ceder… no juzga las intenciones del coraz ón y cree en el otro.
Un amor que todo lo espera: Aun cuando parece que nada marcha bien, el amor espera el cumplimiento del plan de Dios y anticipa lo mejor. El amor deja al cuidado de Dios a tu esposo y espera en que El haga su voluntad en su vida.
Un amor que no deja de ser: Jeremías 31:3
Equipo de colaboradores del Portal de la Iglesia Latina
www.iglesialatina.org
AlejandraL
DIOS EN LA IGLESIA
jueves, 10 de noviembre de 2011
lunes, 7 de noviembre de 2011
UNA SIMPLE LEY FÍSICA
Era la fiesta de los Enamorados en Londres. Se celebraba un alegre baile juvenil en un edificio de dos pisos. La noticia de la fiesta se difundió. Los jóvenes fueron llegando en parejas, en grupos de cuatro, de seis, de ocho, de diez. Cuando ya había más de doscientos jóvenes bailando rock, el piso cedió.
Se debió a una simple ley física. Un piso hecho para soportar a cincuenta personas no puede soportar a doscientas. El piso se rompió y los jóvenes cayeron en medio de una espantosa confusión. Dos muertos y sesenta heridos fue el saldo del trágico final de la fiesta.
Hay leyes físicas que no se pueden violar sin pagar las consecuencias. Si se ponen los dedos en el metal caliente, se sentirá la quemadura. Si se toca un cable eléctrico, se sentirá la descarga. Si se deslizan los dedos por el filo del cuchillo, correrá la sangre.
El universo tiene infinidad de leyes físicas que son así porque así las formuló el Creador. No se pueden violar sin sufrir algún percance. Y también el universo, y especialmente la humanidad, poseen una gran cantidad de leyes morales, igualmente firmes, igualmente valiosas, que tampoco se pueden violar con impunidad.
Consideremos el caso de Londres. El piso del edificio no cedió debido a que los jóvenes bailaban música rock, ni porque bebían cerveza, ni porque algunos fumaban marihuana ni porque algunas jóvenes parejas se entregaban a excesivas muestras de cariño. Cedió porque se le puso encima demasiado peso, y nada más; es decir, por una simple ley física.
Así mismo, si sobre una esposa sufrida o un esposo demasiado ingenuo, el otro cónyuge empieza a poner demasiado peso de infidelidad, tarde que temprano habrá un quiebre, una ruptura, un desastre. Es una simple ley moral.
Muchas esposas ceden por el peso de demasiadas burlas del marido, y se rompen como estante de vidrio que deja caer estrepitosamente la excesiva carga de copas que se le ha puesto encima. Y quedan igualmente hechas añicos.
No se puede cargar un puente con demasiada carga ni poner demasiado peso en la bodega de un barco o de un avión. Todo tiene un límite. Pasado ese límite, hay peligro de muerte.
Tampoco se puede cargar el corazón de un ser humano con demasiada pena. Y menos cuando ese corazón es el de la esposa o del esposo. Pidámosle hoy a Cristo sabiduría, comprensión y poder. Él nos ayudará.
Hermano Pablo