sábado, 7 de mayo de 2011

INCLIINARSE A DIOS

Lectura: Colosenses 3:12-17.
"Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús" Colosenses 3:17
El Hermano Lawrence, cocinero en un monasterio del siglo xvii, me ha enseñado muchas cosas sobre cómo recordar de manera consciente a Dios. En su libro La práctica de la presencia de Dios, Lawrence menciona formas prácticas de «ofrecerle a Dios tu corazón una y otra vez durante el transcurso del día», incluso mientras se realizan tareas como cocinar o reparar zapatos. «La profundidad espiritual de la persona —decía él— no depende de cambiar las cosas, sino de modificar las motivaciones; es decir, hacer para Dios lo que comúnmente haces para ti».
Uno de sus elogios expresaba: «El buen Hermano encontraba a Dios en todas partes, ya sea al reparar zapatos como así también al orar. […] Era Dios, no la tarea, lo que tenía en vista. Sabía que, cuanto más alejada estaba la tarea de sus inclinaciones naturales, mayor era su amor al ofrecérsela a Dios».
Este último comentario impactó profundamente a mi esposa. Cuando trabajaba con ancianos en el centro de la ciudad de Chicago, a veces tenía que realizar tareas que iban totalmente en contra de sus inclinaciones naturales. Mientras llevaba a cabo algunas de las labores menos atractivas, se recordaba a sí misma que debía mantener en vista a Dios y glorificar Su nombre. Con esfuerzo, aun las obligaciones más difíciles pueden realizarse y ser presentadas como una ofrenda al Señor (Colosenses 3:17).
La obligación por sí sola es un trabajo penoso, pero, con amor, es un deleite.

viernes, 6 de mayo de 2011

LA DEVOCION DE DIOS

Lectura: Efesios 3:14-21.
"A fin de que, […] seáis plenamente capaces de comprender […] el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento" Efesios 3:17-19
En 1826, el escritor británico Thomas Carlyle se casó con Jane Welsh, otra escritora de renombre. Ella se dedicó a respaldar el éxito de su esposo y lo ayudaba de todo corazón.
Debido a una dolencia estomacal y a una enfermedad nerviosa, él tenía un temperamento bastante irritable. Por esa razón, ella le preparaba comidas especiales y trataba de mantener la casa lo más silenciosa posible, para que él pudiera escribir.
Por lo general, Thomas no valoraba el espíritu servicial de Jane ni pasaba mucho tiempo con ella. Sin embargo, refiriéndose a su esposa, le escribió a su madre lo siguiente: «Debo reconocer de corazón que ella […] me ama con una devoción que me resulta misterioso entender que pueda merecerlo. Ella […] mira con tanta dulzura y optimismo mi rostro sombrío, que me transmite una nueva esperanza cada vez que encuentro su mirada».
¡Nosotros también tenemos a Alguien que nos ama con una devoción que no podemos comprender que merezcamos, debido a nuestra condición de pecadores! Esa Persona es Dios el Padre, «que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros» (Romanos 8:32). Su amor es ancho, largo, profundo y alto, y también excede todo conocimiento (Efesios 3:18-19).
Comprender y apreciar el amor de Dios es algo tan vital que Pablo oraba para que los efesios estuvieran «arraigados y cimentados» en él (v. 17).
No hay mayor gozo que saber que Dios te ama.

miércoles, 4 de mayo de 2011

CARNE HUMANA: MERCADERÍA EN DEMANDA

La mercadería era muy solicitada, pagaban bien, y no había muchos competidores. Había que salir por las noches por los barrios bajos armado de un buen garrote. Por cada pieza de mercadería pagaban doscientos dólares.

Así que Francisco Armando Vídez, de Barranquilla Colombia, entró al negocio. Era cuestión de matar a palos, o como se pudiera, a un ser humano, y luego vender su cuerpo a una escuela de medicina. Era uno de los negocios más extraños que se conociera, pero Francisco llegó a entregar cincuenta cadáveres a la entidad.

Se sabe que las escuelas de medicina necesitan continuamente cuerpos humanos para sus estudios. Es casi imposible conocer y estudiar el cuerpo humano sólo por fotos o en teoría. Se necesita la disección.

¿Cómo, entonces, conseguir cadáveres humanos frescos? La violencia proveyó abundantes cadáveres durante mucho tiempo. Pero cuando éstos se hicieron escasos, hubo que salir a conseguir muertos de cualquier manera. Uno de tales candidatos a la disección, un mendigo de la ciudad, dijo a la policía que había sido golpeado hasta que perdió el sentido, y colocado en una tina con formol, desde donde había logrado escaparse.

«Se necesita carne humana» es un cartel que podría ponerse no sólo en escuelas de medicina sino en muchas otras partes, porque el ser humano ha llegado a ser mercadería codiciable que alcanza buenos precios en ciertos mercados.

El negocio de la droga, por ejemplo, necesita mucha carne humana: carne joven, inexperta, curiosa, problematizada. Y jovencitos y jovencitas caen fácilmente presa del vendedor de cocaína o heroína.

El negocio de fetos necesita carne humana. Y clínicas de abortos, en muchos países del mundo, extraen esa carne y la venden a fábricas de cosméticos. En Europa florece este negocio. Hace algún tiempo detuvieron en la frontera francesa un camión procedente de Bulgaria con dos mil fetos humanos.

Estos son algunos ejemplos de la caída vertiginosa que ha sufrido el valor de la vida humana. Como que todo valor, incluso el valor humano, se mide hoy día en dólares. «Según los dólares que tengas, tanto vales.» Esa actitud nos está haciendo descender a niveles increíblemente bajos de corrupción moral. La consecuencia, por supuesto, en toda la sociedad, es la destrucción.

Sólo una conciencia espiritual puede reconocer el valor verdadero del ser humano. Aunque el mundo entero se empeñe en descender al nivel del animal, nosotros no tenemos que hacerlo. Dios quiere hacernos conscientes del valor del ser humano.

Hermano Pablo

lunes, 2 de mayo de 2011

BUSCAR SATISFACCION

Lectura: Isaías 55:1-6.
"¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?" Isaías 55:2
En lo que respecta a resolver rompecabezas, todos sabemos que, para disfrutar de un resultado satisfactorio, se necesitan todas las piezas. En muchos aspectos, lo mismo sucede con la vida. Pasamos los días acomodando cosas, con la esperanza de elaborar un cuadro completo uniendo todas las partes desparramadas.
Sin embargo, a veces parece que falta una pieza. Quizá hemos estado procurando conseguir las que no corresponden al rompecabezas. Aunque sepamos que la vida ha perdido su pieza principal si Dios no ocupa el centro de todo, ¿vivimos como si esto no importara? Y, aunque asistamos habitualmente a la iglesia, ¿es Él la apasionante esencia de nuestra existencia? En ocasiones, nos acostumbramos a sentirnos lejos de Dios. Esto hace que resulte más fácil pecar e impide que percibamos que nos falta algo importante.
Pero, sin importar cuánto nos hayamos alejado de Dios, Él desea que nos acerquemos. A través del profeta Isaías, apeló a Su pueblo, diciendo: «¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura» (Isaías 55:2).
Si te falta algo en la vida, recuerda que Dios es el único que puede satisfacerte plena y abundantemente. Permítele que complete el cuadro de tu vida.
Todo corazón tiene un anhelo que sólo Jesús puede satisfacer.

«POR CADA MILLA, UN HOMBRE»

Negro y oscuro era el socavón de la mina. «Con luz fosforescente de cocuyos», como decía el poeta Guillermo Valencia, los mineros horadaban el duro vientre de la montaña. Los picos y barrenos hacían saltar pedazos de roca. Y cada minero pensaba en dos cosas: en la familia que dejó arriba, y en el gas metano que en cualquier momento podría escapar.

En efecto, el traicionero gas comenzó a salir. Veinte segundos antes que sonara cualquier alarma, se produjo la explosión. Ciento veintiún mineros murieron quemados en Kozlu, pueblo minero de Turquía, y más de treinta quedaron gravemente heridos. Fue un desastre minero más. «Por cada milla de galería, la vida de un hombre» es la frase muy cierta de los mineros de todo el mundo.

Duro, fatigoso y mal pagado es el trabajo de los mineros. Para ganarse la vida deben bajar a galerías oscuras en las entrañas de la tierra, sin aire y sin luz. Deben hacer trabajo de topos, cavando túneles en busca de metal, o de carbón o de diamantes.

De vez en cuando se produce una explosión, y cientos mueren aplastados por olas de piedra. El 26 de abril de 1942, por ejemplo, se produjo en Honkeiko, China, un desastre minero que cobró la vida de mil quinientos setenta y dos hombres. Fue uno de los más devastadores desastres de los tiempos modernos. De ahí surgió el dicho: «Por cada milla, un hombre.» Es el precio que hay que pagar.

Los mineros han expresado su condición con la frase: «Por cada milla, un hombre», pero hay otras situaciones similares. Podríamos decir: «Por cada copa de licor que expende la destilería, un hombre.» «Por cada sobrecito de polvillo blanco que los traficantes de drogas venden, un hombre.» «Por cada ficha que rueda en el tapete verde, un hombre.» «Por cada aventura amorosa ilícita que afea y ensucia y mancha, un hombre.»

Lo triste es que en cada una de estas situaciones y otras como ellas, no es sólo un hombre el que queda tirado junto al camino. Es el hombre, su esposa, sus hijos, y cuantos más miembros de la sociedad forman parte del caído. Por cada error humano, sólo Dios sabe cuántas almas se balancean suspendidas sobre el abismo de la muerte antes que la débil cuerda, en el momento menos pensado, se corta.

Jesucristo puede rescatarnos de todos esos abismos. Él salva, redime, regenera, y rescata. Entreguémosle nuestra vida. No tenemos que seguir siendo víctimas. Cristo desea redimirnos.

Hermano Pablo

viernes, 29 de abril de 2011

EL CORAZÓN DEL SER HUMANO

La Biblia nos dice que lo que pensamos, en nuestro corazón, eso somos.

“La gente buena siempre hace el bien, porque el bien habita en su corazón. La gente mala siempre hace el mal, porque en su corazón está el mal. Las palabras que s alen de tu boca muestran lo que hay en tu corazón.” Lucas 6:45

Son las palabras ya finales del Sermón del Monte, ver también Mateo capítulo 7, que Jesús pronunciara enseñando a sus discípulos. La realidad de los que viven en el Reino de Dios y de los que no lo viven.
Son palabras de Jesús. Por lo mismo es verdad absoluta y válida a través de todas las edades. Desde la creación misma hasta la Eternidad, pues Su Palabra no pasará.
Igual de veraces son los argumentos de Jesús en el contexto de los versículos siguientes:

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Mateo 24:35, Marcos 13:31, Lucas 21:33

En ellos Jesús predice la realidad de “los últimos tiempos”.
Si bien es cierto que situaciones similares, en relación a doctrinas falsas, a las que se expresan en los pasajes anteriores, ya vividas en la iglesia primitiva y advertidas principalmente por los apóstoles Pablo y Juan (p or ejemplo: carta a los Colosenses, Corintios y Epístolas de Juan respectivamente), la realidad actual sobrepasa y confirma la profecía de Jesús, en ese aspecto, a las experiencias en el inicio de la iglesia. La razón es que satanás, desde el principio, ha estado empeñado en destruir la Obra de Dios.

Motivado por indagar en teologías “posmodernas”, (emergentes, neoapostólicas, neopentecostalismo, etc.) me ha sorprendido el uso del pensamiento filosófico antiguo y contemporáneo para interpretar la Verdad de Dios. Interpretaciones que son producto de la imaginación/razón humana y no por iluminación del Espíritu Santo.
De acuerdo a algunas de estas nuevas teologías, lo que el lector interprete es más importante que lo que ha deseado comunicar el escritor del texto (Biblia).
Este argumento contradice totalmente a lo que la Biblia nos enseña a través del apóstol Pablo, cuando le escribe a Timoteo:

“Haz todo lo posible por ganarte la aprobac ión de Dios. Así, Dios te aprobará como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, y que enseña correctamente el mensaje verdadero. No prestes atención a las discusiones de los que no creen en Dios, pues eso no sirve de nada. Los que así discuten, van de mal en peor, y sus malas enseñanzas se van extendiendo, como el cáncer. Así también lo han hecho Himeneo y Fileto.”2Ti 2:15 -17(TLA)

“Ustedes demostrarán que me aman, si cumplen mis mandamientos.
Y yo le pediré a Dios el Padre que les envíe al Espíritu Santo, para que siempre los ayude y siempre esté con ustedes.”Juan 14,15-16 (TLA)

“Jesús le contestó: —Si alguien me ama, también me obedece. Dios mi Padre lo amará, y vendremos a vivir con él.
Los que no me aman, no me obedecen. Pero yo les he dicho solamente lo que mi Padre me envió a decirles, no lo que a mí se me ocurrió. Les digo esto mientras todavía estoy con ustedes.
El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, porque el Padr e lo enviará para tomar mi lugar. El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado.” Juan 14,23-26 (TLA)


No existe otra forma de interpretar correctamente La Biblia, si no es a través del Espíritu Santo.

De la misma manera que los filósofos se contradicen y desautorizan sus postulados entre sí, lo hacen quienes (pensadores posmodernos) se atribuyen ser conocedores y poseedores de la verdad, utilizando, paradójicamente, para sus interpretaciones “bíblicas” el mismo método racional y contradictorio de la filosofía; subyugando así, la fe a la razón.
Predican que el hombre (ser humano) es lo importante. Es decir, su palabra (lo que declara y piensa es más importante que La Palabra de Dios), su bienestar terrenal (economía, salud física y emocional, más que hacer Tesoro en el Cielo). El argumento que utilizan es: si eres hijo de Dios, como tal tienes derechos; Dios lo sabe y los respetará.
Dios ha pasado a ser un proveedor de los caprichos humanos. La Soberanía y designios de Dios pasan a una esfera diferente a lo que La biblia enseña.

La predicación de la segunda venida de Jesús ha dejado de ser prioridad. Para la iglesia primitiva era lo esencial: “Maranatha” ¡el Señor viene pronto!
La teología posmoderna, pretende asemejarse a la iglesia primitiva pero, más predica sobre el ejercicio de los dones carismáticos para el logro de bienestar económico, social, cultural, emocional y físico del ser humano, que para como iglesia prepararnos para la venida de Nuestro Señor y para reconciliar al mundo, perdido en las tinieblas del pecado, con Dios.

Me pregunto: ¿Dónde está, o mejor dicho que es de: un mismo Espíritu, un mismo Señor y un mismo Padre de todos, si hasta entre ellos –principalmente los emergentes- enseñan cosas y doctrinas diferentes?
¿Acaso el Espíritu Santo es un espíritu de confusión? ¿Qué ha sido de la humildad y mansedumbre q ue Jesús desea enseñarnos y que la espiritualidad no se mide en emociones, misticismo o “carisma” sino en Fruto del Espíritu que todo Nacido de Nuevo debiera producir? (Gálatas 5:22-23, leer contexto para ver lo que no es Fruto del Espíritu)

¿Qué hay en nuestros corazones?
¿Los principios eternos (verdades) del Sermón del Monte que Jesús enseñó durante todo su ministerio a sus discípulos y a través de ellos a nosotros (Juan 17:17-26) o, filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo (Colosense 2:1-8)?

Nuestro deseo es que te desarrolles como un CRISTIANO defensor de la fe (Hebreos 12:1-2), dispuesto a que el estilo de vida del Evangelio (regeneración a través del Espíritu Santo) te transforme en sal y luz al mundo (Mateo 5.1-16).
Para ello estudia y vive Biblia con la ayuda, que el Espíritu Santo te ofrece. Se prudente y cuidadoso como nuestros hermanos de Berea.

“Los judíos que vivían en esa ciudad (Berea) eran más buenos que los judíos de Tesalónica. Escucharon muy contentos las buenas noticias acerca de Jesús, y todos los días leían la Biblia para ver si todo lo que les enseñaban era cierto.” Hechos 17:11
Dios te bendiga,
Juan Paulus

Equipo de colaboradores del Portal de la Iglesia Latina
www.iglesialatina.org
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AGENDAS EXIGENTES

Lectura: Marcos 1:32-39.
"Toda la ciudad se agolpó a la puerta. Y sanó a muchos..." Marcos 1:33-34
¿Vives muy ocupado? Los plazos de entrega comerciales, las cuotas de productividad, y el transportar a los hijos a actividades educacionales y deportivas pueden indudablemente llenar tu agenda. Es fácil pensar: Si no tuviera tantas responsabilidades, podría andar en una comunión vital con Dios.
Sin embargo, C. S. Lewis señala con sabiduría que nadie estaba más ocupado que Cristo. «Nuestro ejemplo es el Jesús […] del taller, los caminos, las multitudes, las demandas clamorosas y la oposición avinagrada, la falta total de paz y de privacidad, las interrupciones. Por eso, […] es la vida divina operando en condiciones humanas».
Acerca de Jesús en Capernaum, leemos: «Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados; y toda la ciudad se agolpó a la puerta. Y sanó a muchos…» (Marcos 1:32-34). Al día siguiente, Cristo buscó un lugar solitario para orar. Allí recibió dirección de Su Padre para continuar con un ministerio exigente en otro lugar. Nuestro Señor estaba en comunión con Su Padre y dependía del Espíritu para que obrara a través de Él.
¿Tienes una agenda exigente? Sigue el ejemplo de Jesús y aparta un tiempo especial para orar. Luego, depende del poder de Dios para que te ayude a cumplir con las exigencias de cada día.
Para mantener tu vida en equilibrio, apóyate en el Señor.