sábado, 1 de enero de 2011

CINTURONES EN LA CIUDAD

Fue un cinturón de fuego de tumultos y de violencia que a fines de abril de 1992 rodeó una gran zona de la ciudad de Los Ángeles, California. En tres días se produjeron 3.300 incendios, se saquearon y se destrozaron miles de comercios, se enfrentaron las pandillas con la policía, y se vivió la furia del motín.

Tres semanas después de los disturbios se formó otro cinturón. Un cinturón humano. Un cinturón de hombres y mujeres, niños y adultos que, tomados de la mano, rodearon la zona devastada. Eran personas de ciento veinte grupos religiosos, que deseaban mostrar su esperanza de que la paz y la armonía podían restaurarse en la atribulada ciudad. El mundo entero se dio cuenta del tumulto, y el mundo entero se dio cuenta también del cinturón de paz.

Estas inquietudes sociales son típicas de la época en que vivimos. Los motines de Los Ángeles fueron terribles. Diez mil comercios, grandes y chicos, quedaron destruidos. El desempleo subió, de la noche a la mañana, a un cuarenta por ciento. Y los arrestos policiales ascendieron a más de diez y siete mil. Pero fue admirable la solidaridad fraternal que se produjo a raíz de los sucesos.

Hay muchos que compartimos interés y pasión por el bienestar social, por la paz en las familias, por la integridad en las relaciones humanas, y por la justicia en el corazón del hombre. Si los que tenemos esa preocupación manifestamos nuestra inquietud, quizá eso dé comienzo a deponer los odios raciales y religiosos, y las antipatías sociales y nacionalistas. Quizá podamos lograr que unos y otros, los de una parte y los de otra, alrededor de este mundo en convulsión, se unan en comprensión y en amistad.

Cuando eso suceda, comenzarán a cesar la violencia, la desigualdad social y las guerras. Nacerá una hermandad universal que unirá en uno no sólo manos sino corazones. Quizá sea soñar demasiado, pero la horrible condición social del mundo demanda que comencemos con algo, aunque sea sólo un sueño.

Sin embargo, aun para el que piensa que un cinturón humano de paz universal sea un sueño irrealizable, hay algo que sí se puede realizar. Es la paz que, como individuo, puede tener en su propio corazón. Cuando Cristo es el Señor de nuestra vida, el milagro del «nuevo nacimiento» ocurre en nosotros. Ese nuevo nacimiento trae consigo nuevos ideales, nuevos propósitos, nuevos impulsos y un nuevo corazón. Cristo desea darnos esa paz. Aceptémoslo como Señor hoy mismo.

Hermano Pablo

ANIMO

“Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará”.

Deuteronomio 31:6

No te des por vencido, no es momento de dejar aquello que tanto trabajo te costo lograr, ni mucho menos estés pensando en rendirte, tú no eres de los que se rinden, tú no eres de lo que huyen, tu eres de los que con la ayuda del Señor enfrentan toda situación.

Pueda que estés débil, pueda que las fuerzas de a poco se van acabando, pero no es ninguna excusa para rendirte, ¿Quién te llamo?, ¿A quién creíste?, ¿Por quién estas aquí?, que no se te olvide que eres un llamado de Dios, que no se te olvide que has sido llamado para conquistar y no ser conquistado.

¿Quién es tu enemigo?, ¿Acaso no es alguien que ya está vencido?, ¿Acaso no es alguien que ya esta juzgado?, ¿Entonces porque esos pensamientos continuos de derrota?, El que te llamo, es suficientemente Poderoso para sacarte de cualquier hoyo por muy cenagoso que parezca, Dios lo puede hacer si tan solo confías en El, si tan solo te rindes a Él.

Ustedes son siervos y siervas del Señor, por lo tanto el enemigo querrá siempre destruirlos, pues anda detrás de cada uno de ustedes buscando como devorarlo, El sabe que entre más los aleja de la comunión continua con el Señor, son más propensos a caer en sus redes. Por tal razón, no le des gusto, no permitas que se ría de ti, ve y lucha, ve y párate firme y demuéstrale en quien has creído.

No sé que puedas estar pasando, pero no conozco algo que Dios no pueda hacer, quizá no sea el tiempo, quizá no sea el momento, ni el lugar indicado, pero ten paciencia, confía porque no conozco siervo de Dios que haya confiado en El, y que El lo halla defraudado.

¡Vamos!, ¡Ánimo!, levántate, no te menosprecies, no te creas inferior, no te creas un derrotado, tu eres un Príncipe de Dios, una Princesa del Señor, somos coherederos juntamente con Cristo Jesús, somos real sacerdocio, nación santa, pueblo escogido por Dios, para anunciar las virtudes de aquel, que nos llamo de las tinieblas a la luz.

¡Ánimo! Dios está contigo, Dios esta de tu lado, El jamás te ha abandonado, El siempre ha estado allí, nunca te dejara, jamás te desamparara, cuando pases por los momentos más difíciles de tu vida, El estará allí, de hecho El está a tu lado, te quiere abrazar, te quiere decir lo mucho que te ama y lo importante que eres para El, porque cuando te llamo sabía lo que ibas a llegar a ser cuando te tomara en sus manos, El creía en ti y sigue creyendo.

Quizá no seamos los mejores, quizá no estamos devolviendo los favores que Dios ha hecho con nosotros, pero de algo si debes estar seguro y es que El te sigue amando como en el primer día que te encontró, como ese día que estabas perdido, perdida, sin esperanza, deseando quizá la muerte, sin un sentido de vida, despreciado, mas Dios en su infinito amor te vio con ojos de perdón, creyó en ti, te lavo los pecados, limpio tu rostro y permitió que de tu boca comenzaran a brotar esas sonrisas verdaderas, que son la consecuencia de sentir un gozo que solo proviene de Él.

Dios quiere verte sonreír nuevamente, el anhela ver tu sonrisa, quiere verte feliz porque para eso te ha llamado, no llores mas, no te sientas triste, Dios está contigo, no te sientas sola, el siempre ha estado a tu lado, solo deja que te abrace, ¡Vamos! No te niegues más a su abrazo, dispón tu corazón porque El quiere ministrar tu vida en este momento, no pongas excusas, no permitas que el prejuicio te robe este momento, simplemente se tu delante de Él, calla, no tienes que decir nada, Dios lo sabe muy bien, solo deja que te abrace y te haga sentir lo valioso que eres para El.

Dios esta abrazándote fuertemente, ¿Puedes sentir su presencia?, yo sí, no llores, al contrario sonríe, porque Dios te está demostrando cuando te ama. Dios levanta tu rostro y quiere limpiar tus lágrimas, El te ve a los ojos y te dice:

¡Animo!, Yo estoy contigo

BUSQUEDA DEL TESORO

Lectura: Proverbios 2:1-9.
"Si como a la plata la [sabiduría] buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová" Proverbios 2:4-5
El 1 de enero de 2008, Keith Severin y su hijo Adrien, de siete años, resolvieron que iban a dedicar juntos al menos quince minutos por día, durante todo ese año, para buscar tesoros. Un artículo de Carlos Alcalá, en el periódico local Sacramento Bee, relataba sobre sus salidas diarias, expuestos a toda clase de inclemencias del tiempo, para ver qué podían encontrar. Un año después, la colección de monedas, pelotas de golf, botellas y latas reciclables, y otros artículos diversos alcanzaban una suma de más de U$S1.000. Durante el proceso, disfrutaron de muchas horas de compañerismo y diversión.
Si decidiéramos pasar quince minutos con la Biblia todos los días para buscar tesoros, ¿qué descubriríamos? Salomón escribió: «Si como a la plata la [sabiduría] buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová […]. Entonces entenderás justicia, juicio y equidad, y todo buen camino» (Proverbios 2:4-5,9).
El crecimiento no se producirá de un momento para otro, sino que, en forma gradual, día tras días, seremos transformados mediante la lectura de la Palabra de Dios y la obediencia a Él. Además, piensa en el privilegio y el placer de pasar un tiempo con nuestro Padre celestial.
Todo comienza con una entrega voluntaria, continúa con descubrimientos emocionantes y, finalmente, guía hacia los tesoros de la sabiduría y de la vida.
Los ricos tesoros de la verdad de Dios esperan ser descubiertos.

viernes, 31 de diciembre de 2010

SIN VUELTA ATRAS

Lectura: Deuteronomio 11:7-12.
"Siempre están sobre [la tierra] los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin" Deuteronomio 11:12
Ray Stedman, pastor en California por muchos años, una vez le dijo a su congregación: «En la víspera de Año Nuevo nos damos cuenta, como en ningún otro momento de nuestras vidas, de que jamás podremos retroceder el tiempo […]; podemos mirar atrás y recordar, pero es imposible volver a ninguna instancia del año que pasó».
Stedman luego hizo referencia a los israelitas cuando estuvieron en el umbral de una nueva oportunidad. Después de cuatro décadas de deambular por el desierto, es probable que la nueva generación se preguntara si tenía la fe y la fortaleza necesarias para poseer la tierra prometida.
Su líder, Moisés, les recordó que ellos habían visto «todas las grandes obras que Jehová ha hecho» (Deuteronomio 11:7) y que su destino era la «tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin» (v.12).
Puede que en la víspera de Año Nuevo tengamos temor del futuro debido a los acontecimientos del pasado. Pero no tenemos que permanecer encadenados a nuestros viejos recuerdos, porque podemos avanzar con la mente centrada en Dios. Así como el Señor cuidaba de la tierra y de Su pueblo, Sus ojos estarán sobre nosotros también.
El cuidado fiel del Señor abarcará cada día del nuevo año. Podemos contar con esa promesa.
El "qué" de nuestro futuro lo determina el "Quién" de la eternidad.

jueves, 30 de diciembre de 2010

PODER PARA PERSEVERAR

Lectura: Santiago 5:1-11.
"Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo" Santiago 5:11
La golfista profesional Paula Creamer había trabajado todo el año para ganarse un puesto como jugadora titular en el Campeonato ADT del 2008, el último torneo del año de la temporada de la LPGA (Asociación de Golf Profesional para Damas). Sin embargo, cuando comenzó el evento, Paula padecía peritonitis, una dolorosa inflamación de la pared abdominal. Durante los cuatro días del torneo, tuvo dolores constantes y no podía comer. Incluso pasó una noche en el hospital debido a su condición. Aun así, perseveró hasta el final y, asombrosamente, terminó en tercer lugar. Su determinación hizo que ganara muchos nuevos admiradores.
Los desafíos y las crisis de la vida pueden poner a prueba hasta lo último de nuestras fuerzas y, en esos momentos, es fácil querer rendirse. Pero Santiago ofrece otra perspectiva para los seguidores de Cristo. Dice que, si bien la vida es una batalla, también es una bendición: «He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo» (Santiago 5:11).
En el ejemplo de Job, encontramos aliento y poder para perseverar en los momentos más oscuros de la vida; un poder arraigado en Dios, que es compasivo y misericordioso. Aunque la vida sea dolorosa y dura, podemos perseverar porque Dios está presente. Para siempre es Su misericordia (Salmo 136).
Dios provee el poder que necesitamos para perseverar.

JESUCRISTO

CINCO VECES RESUCITADA

Es un impresionante informe médico. A la una de la tarde: paro cardíaco. Los médicos aplican electrochoques. A las dos de la tarde: nuevo síncope. Reviven a la persona mediante tremendos golpes eléctricos. Quince minutos después, el monitor no da ninguna señal. Los médicos trabajan frenéticamente y vuelven a salvar a la persona.

Tras un respiro de cinco horas: nuevo síncope, nuevo paro y nuevo milagroso retorno a la vida. Y a las ocho de la noche, cuarenta y cinco minutos después: otro paro, otros electrochoques y otra resucitación.

Al día siguiente, a las seis de la mañana, Geraldine Fletcher, de cincuenta y dos años de edad, toma tranquilamente su desayuno. Llega a ser la primera persona que muere cinco veces en un solo día, y es resucitada las cinco veces científicamente.

Para todo hay récords en este mundo. Geraldine Fletcher, mujer morena, fuerte y animosa, batió el récord de muertes y resucitaciones. Cinco veces, en el lapso de pocas horas, su corazón dejó de latir, y las cinco veces, tras frenéticos esfuerzos médicos, volvió a latir. Pero, ¿en realidad murió Geraldine? Los científicos dicen que no, que fue una «cuasimuerte» de la que se recuperó a tiempo, pues nadie regresa de una muerte verdadera.

Hay dos logros que jamás se han podido alcanzar: uno es detener el envejecimiento; el otro es deshacerse del día de la muerte. Aunque se han logrado fantásticos logros científicos en la curación de enfermedades y en la resucitación de ciertas personas, no hemos podido deshacernos ni del envejecimiento ni de la muerte.

«No hay quien tenga poder sobre el aliento de vida, como para retenerlo —dice el Libro Sagrado—, ni hay quien tenga poder sobre el día de su muerte» (Eclesiastés 8:8).

Por más buena salud que tengamos, por más benéfico que sea nuestro ejercicio físico, por más acertada y eficaz que sea nuestra dieta, a la larga todos nos inclinaremos hacia el sepulcro y caeremos como roble gastado.

Para ese día inevitable, y para la paz del alma mientras llega ese día, necesitamos un Salvador que nos dé salvación y vida eterna, un Salvador que sea nuestro amigo durante el resto de los años que nos queden por vivir. Ese Salvador y amigo es Jesucristo. Él desea ser nuestro Señor eterno el día en que abandonemos este cuerpo.

Entreguémosl nuestra vida a Cristo hoy mismo. Él será nuestro amigo fiel, hoy y para siempre.

Hermano Pablo