lunes, 9 de agosto de 2010

SABIDURIA SUTIL

Lectura: Marcos 8:34-38.
"Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor" Juan 12:26
Cuando estaba en la universidad, mi compañero de trabajo, Beto, un conductor de carretilla elevadora, a menudo enriquecía mi vida con su sabiduría concisa y expresiva. Un día estábamos almorzando, sentados en la parte de atrás de su carretilla elevadora, cuando le dije que me estaba cambiando a otra universidad.
«¿Por qué?» —preguntó.
«Todos mis amigos están cambiándose allí» —contesté.
Beto masticó su bocadillo por un momento y luego respondió quedamente y con sutil ironía: «Imagino que esa debe ser una manera de escoger una universidad».
Sus palabras me llegaron con una extraña fuerza. Por supuesto, pensé. Pero, ¿es ésta la única manera de escoger una universidad? ¿Seguiré a mis amigos por el resto de mis días, o seguiré a Jesús? ¿Buscaré Su rostro y Su voluntad e iré a dónde Él quiere que yo vaya?
Veinticinco veces en el Nuevo Testamento Jesús dijo a Sus discípulos: «Sígueme». En Marcos 8:34, Él dijo, «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame». No importa lo que los demás hagan o qué dirección puedan tomar sus vidas, nosotros debemos hacer lo que Él nos pida.
Vienen a mi mente las palabras de una antigua canción: «Mi Señor conoce el camino a través del desierto; ¡seguirle es todo lo que tengo que hacer!»
Para saber por dónde ir en la vida, sigue a Jesús.

HAGAMOSLO DE TODAS MANERAS

La gente es ilógica, irracional y centrada en sí misma. Amémosla de todas maneras.

Al hacer el bien, la gente nos acusará de motivaciones egoístas ulteriores. Hagamos bien de todas maneras.

Al ser exitosos, ganaremos falsos amigos y enemigos genuinos. Triunfemos de todas maneras.

El bien que hagamos hoy será olvidado mañana. Hagamos el bien de todas maneras.

La honestidad y la franqueza nos hacen vulnerables. Seamos honestos y francos de todas maneras.

Los grandes hombres y mujeres con las ideas más grandes pueden ser derribados por los hombres y mujeres más pequeños con las mentes más pequeñas. Pensemos en grande de todas maneras.

La gente está a favor de los más débiles pero sigue a los más fuertes. Luchemos por algunos débiles de todas maneras.

Lo que nos tome años construir pudiera ser destruido en un momento. Construyamos de todas maneras.

La gente realmente necesita ayuda pero pudiera atacarnos si lo hacemos. Ayudémosla de todas maneras.

Démosle al mundo lo mejor de nosotros y nos herirá de vuelta. Démosle al mundo lo mejor, de todas maneras.

Kent M. Keith, copyright 1968, renovado 2001

Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Génesis 4:7.

Que no nos hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho bien, y te enviamos en paz; tú eres ahora bendito de Dios. Génesis 26:29.

Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud. Génesis 32:12.

viernes, 6 de agosto de 2010

¿UN CARAMELO?

Lectura: Gálatas 6:1-5.
"Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo" Gálatas 6:2
Un nuevo sitio en la red le ayuda a uno a decirle a un compañero de trabajo lo que teme decirle en persona. Comentarios como: «Un caramelo de menta para el aliento te vendría bien», «el timbre de tu móvil suena muy fuerte hoy», o «tu perfume por lo general es muy fuerte». Puedes enfrentar los problemas de manera anónima haciendo que el sitio en la red envíe un e-mail en vez de hacerlo tú.
Es normal que seamos cautos al hablar con los demás acerca de algo que nos molesta. Pero, cuando se trata de confrontar a otros creyentes sobre su pecado, es más serio. Desearíamos poder hacerlo anónimamente, pero tenemos que hacerlo cara a cara.
Gálatas 6:1-5 ofrece algunas pautas para confrontar a algún cristiano que está llevando una vida pecaminosa. El primer requerimiento es que nosotros mismos estemos cerca del Señor y que no nos considereremos superiores al que está pecando. Luego debemos estudiar la situación con el objetivo de restaurar a la persona, no de traer condenación sobre ella. Debemos tener siempre «un espíritu de mansedumbre» mientras recordamos que nosotros también podemos ser tentados. Jesús dio instrucciones para ayudarnos cuando el pecado es un asunto personal contra nosotros (Mateo 7:1-5; 18:15-20).
Con la ayuda de Dios al darnos esta capacidad, podemos, valiente y sensiblemente, confrontar y restaurar a otros.
Para ayudar a las personas a volver al camino correcto, camina con ellas y muéstraselo.

jueves, 5 de agosto de 2010

DIOS SIGUE OBRANDO

BAJO VIGILANCIA CONSTANTE

La muchacha, bonita y agraciada, primero trató de correr a lo largo de la cuadra. Luego saltó una verja y atravesó un parque. Después subió a un taxi, y dio la vuelta a la manzana. Posteriormente trató de permanecer bajo la lluvia, a pesar de esa molestia. Pero en ningún momento logró desembarazarse de la otra mujer, una policía.

Ese procedimiento fue parte de la nueva táctica que Denise Pereira, de la División de Crímenes en la Calle de la policía de San José, California, tomó contra las prostitutas. Como es imposible arrestarlas a todas, Denise Pereira dispuso ponerles una acompañante que no se despegara de ellas durante todo el día. Como resultado, la prostitución en la ciudad disminuyó un noventa por ciento.

Esto de poner una escolta constante a una mujer que se dedica al amor ilícito fue, al parecer, una idea genial. De todas las prostitutas que había en determinado sector de la ciudad, sólo quedaron cinco. Las demás se vieron obligadas a dejar su oficio o a irse a otra parte. ¡Les era imposible realizar su negocio cuando a medio metro tenían a una mujer policía!

¿Qué tal si se pudiera poner una escolta policial a cada delincuente de los que pululan en las ciudades? ¿Qué tal si cada ladrón, cada asaltante, cada violador, tuviera siempre, las veinticuatro horas del día, un vigilante que no le perdiera pisada?

Sin duda que el crimen descendería mucho en todas partes. ¿Qué tal si cada marido, de esos a quienes les gusta engañar a su esposa, o cada esposa, de aquellas a quienes les gusta hacer lo mismo, tuvieran día y noche un guardia que los tirara de la manga no bien planearan hacer algo feo? ¿Se reduciría con eso el número de infidelidades, y por ende, de hogares destrozados?

Pero es imposible ponerle a cada hombre, a cada mujer, un vigilante sempiterno. ¡Necesitaríamos que la mitad de la población humana vigilara a la otra mitad!

Por eso Dios ha puesto en el ser humano un vigilante interno. Es la conciencia. La conciencia vigila, acusa, advierte, aconseja, habla, grita, clama. Si nos acostumbramos a escuchar la voz de nuestra conciencia, y nuestra conciencia está iluminada por la Palabra de Dios, difícilmente caeremos en el delito.

Hermano Pablo

MAS ALLA DE LA VENTANA

“Lo que veía a través de esas ventanas no era simplemente un paisaje. Era mucho más que eso: el futuro que un día podría ser suyo.

’Podría. El hecho de sentarse a pensar y a soñar lo dejaba boquiabierto, especialmente cuando las dudas invadían su mente. Pero de todas formas la idea de llegar más allá cruzaba las fronteras de su imaginación y por momentos lograba palpar aquello tan deseado.

“Es así como llegó. Es así como se fue. Mirando hacia el frente pero recordando su pasado. Aprendiendo de antiguas lecciones, pero atesorando los mejores sentimientos en su corazón. Vislumbró, se esforzó, lloró… ¡pero finalmente lo logró! ¡Vivió! Y eso, en un mundo hambriento de sentido y realización, es mucho decir”.

Palabras más, palabras menos, así es como deseo que se me recuerde el día en que mis días lleguen a su fin. No espero irme pronto, ni tampoco sé cuándo será el momento. Pero mi ruego diario incluye un reclamo íntimo y sincero: llegar.

Les escribo estas palabras porque hoy (más que ayer) soy consciente del hecho que muy pocas personas encuentran un propósito por el cual vivir. Y eso no es broma. Eso es muy preocupante.

Dos años atrás me conmovió la muerte de un famoso periodista argentino. ¿Suicidio? ¿Homicidio culposo? ¿Accidente? Las distintas hipótesis implicaron trabajo para los investigadores y “rating” para ciertos medios del espectáculo. Pero un joven de 33 años está muerto. Sin palabras. Sin más posibilidades.

Jesucristo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre. Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre. Y desde ahora lo conocen, porque lo están viendo” (San Juan 14.6 – BLA).

Me llama la atención cómo lo expresó cierto pensador cuando dijo: “Si no tienes un plan de vida, nunca tendrás orden”. ¿Y usted? ¿Cuál es su “plan”? ¿Hacia dónde dirige todos sus esfuerzos? ¿Qué espera lograr con su vida? ¿A dónde quiere llegar?

Cristian Franco

No se puede vivir la vida plena sin un propósito. Dios tiene ese propósito clarificado para ti. Bùscalo y lo encontrarás.

Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación. Salmo 91:16.

El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias. Salmo 103.4.

Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. Proverbios 3:2.

ASUNTOS DEL CORAZON

Lectura: Mateo 13:10-15.
"Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos" Mateo 13:15
Al inicio de un retiro espiritual, nuestro orador, Matt Heard, preguntó: «¿Cómo están vuestros corazones?» Eso me dejó pasmado, porque yo tiendo a centrarme en creer con la mente y a trabajar con las manos. En la actividad de pensar y servir, mi corazón es dejado a un lado. Al ser guiados a través del énfasis reiterado de la Biblia en este centro crucial de nuestras vidas, comencé a captar su premisa de que la fe y el servicio son, más que nada, asuntos del corazón.
Cuando Jesús contó una historia para ilustrar cómo las personas reciben y responden a Su enseñanza (Mateo 13:1-9), Sus discípulos preguntaron: «¿Por qué les hablas por parábolas?» (v.10). En respuesta, Jesús citó al profeta Isaías: «Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos, para que no vean con los ojos, y oigan con los oído, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane» (v.15; Isaías 6:10).
Cuán peligrosamente fácil es descuidar nuestros corazones. Si nos endurecemos, no encontramos gozo en vivir o servir, y la vida parece hueca. Pero, cuando nuestros corazones son tiernos hacia Dios, la comprensión y el agradecimiento fluyen a través de nosotros hacia los demás.
Así que, ¿cómo está tu corazón?
Podemos estar tan ocupados haciendo el bien que perdamos nuestro corazón por Dios.