domingo, 30 de mayo de 2010

ARMADOS PARA LA LUCHA


Lectura: Efesios 6:10-18.
"Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo" Efesios 6:11
Hacia el final de su vida de combate, el apóstol Pablo, un guerrero espiritual, dio testimonio: «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe» (2 Timoteo 4:7).
Años antes, ese valiente soldado de Jesucristo les había suplicado a sus compañeros cristianos que se pusieran la armadura de Dios, la cual les daría la capacidad de mantenerse firmes en su conflicto con los poderes de las tinieblas. Él conocía la vital importancia de ponerse esa armadura cada día. En su servicio a Cristo, Pablo había sido azotado, golpeado, apedreado y encarcelado, y a menudo estaba hambriento, sediento, con frío y cansado (2 Corintios 11:22-28).
Usando el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, el calzado de la paz, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu (la Palabra de Dios), Pablo fue capacitado para «apagar todos los dardos de fuego del maligno» (Efesios 6:14-17). Con la armadura de Dios nosotros también estamos totalmente cubiertos y preparados para la batalla.
El príncipe de las tinieblas con sus huestes de ayudantes demoníacos conforman un enemigo increíblemente astuto. Esa es la razón por la que necesitamos estar en guardia en contra de sus estratagemas engañosas y ponernos toda la armadura de Dios cada día. Cuando lo hacemos, al igual que Pablo cuando éste estaba acercándose al final de sus días, podemos tener la confianza de que hemos «guardado la fe».
La armadura de Dios está confeccionada a tu medida, pero debes ponértela.

ANTES DE CONTARLO

En la antigua Grecia (469 – 399 AC), Sócrates era un maestro reconocido por su sabiduría.
Un día, el gran filósofo se encontró con un conocido, que le dijo muy excitado:
“Sócrates, sabes lo que acabo de oír de uno de tus alumnos?”
“Un momento” respondió Sócrates. “Antes de decirme nada me gustaría que pasaras una pequeña prueba. Se llama la prueba del triple filtro”.
“¿Triple filtro?”
“Eso es”, continuó Sócrates. “Antes de contarme lo que sea sobre mi alumno, es una buena idea pensarlo un poco y filtrar lo que vayas a decirme.
El primer filtro es el de la Verdad. ¿Estás completamente seguro que lo que vas a decirme es cierto?”
“No, me acabo de enterar y…”
“Bien”, dijo Sócrates. “Con que no sabes si es cierto lo que quieres contarme.
Veamos el segundo filtro, que es el de la Bondad. ¿Quieres contarme algo bueno de mi alumno?”
“No. Todo lo contrario…”
“Con que” le interrumpió Sócrates, “quieres contarme algo malo de él, que no sabes siquiera si es cierto.
Aún puedes pasar la prueba, pues queda un tercer filtro: el filtro de la Utilidad. ¿Me va a ser útil esto que me quieres contar de mi alumno?”
“No. No mucho”
“Por lo tanto” concluyó Sócrates, “si lo que quieres contarme puede no ser cierto, no es bueno, ni es útil, ¿para qué contarlo?”
Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, Santiago 1:19
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Salmos 34:13
Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad abominan mis labios. Proverbios 8:7
Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día. Salmos 35:28
Mi boca hablará sabiduría; Y el pensamiento de mi corazón inteligencia. Salmos 49:3

sábado, 29 de mayo de 2010

TESTIGOS

Lectura: Hechos 1:1-11.
"Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos… hasta lo último de la tierra" Hechos 1:8
Cuando se juzga un caso en algún tribunal penal, los testigos brindan información vital en cuanto a un posible crimen. Ser un testigo significa decirle al tribunal la verdad acerca de lo que se sabe.
Así como el sistema de justicia penal depende fuertemente de los testigos, Jesús usa a testigos osados, fieles y en los que se puede confiar para que difundan Su Palabra y construyan Su iglesia.
Antes de que Jesús ascendiera al cielo con Su Padre, les dio a Sus discípulos un mandamiento final: lanzar una campaña de testimonio mundial. El Espíritu Santo vendría a ellos y les daría poder sobrenatural para ser Sus testigos en todo el mundo (Hechos 1:8).
Jesús llamó a estos primeros apóstoles para que fueran al mundo donde las personas no sabían de Él y relatasen la historia veraz de lo que habían visto, escuchado y experimentado (Hechos 4:19-20). Ya que habían presenciado Su vida perfecta, Sus enseñanzas, Su sufrimiento, Su muerte, Su sepultura y Su resurrección (Lucas 24:48; Hechos 1–5), habían de salir y dar un testimonio sincero acerca de Él.
Al llevar el Evangelio a los confines del mundo, somos llamados a dar testimonio de la verdad acerca de Jesucristo y de cómo Él ha cambiado nuestras vidas. «¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?» (Romanos 10:14). ¿Qué estás haciendo para decirles a los demás?
Dios nos ha dejado en el mundo para que demos testimonio.

jueves, 27 de mayo de 2010

¿ESTAS DEJANDO HUELLA?

Rosalina Tuyuc, indígena Cakchikel guatemalteca que ahora preside la Comisión Nacional de Resarcimiento y está postulada al Premio Nobel de la Paz, es una de esas vidas que acumulan experiencias que no pueden alcanzar al común de la gente.
Pasó su niñez en Comalapa, un colorido pueblo de agricultores y pintores primitivistas, donde sufrió la pobreza y las limitaciones para obtener educación que hoy sigue padeciendo la gran mayoría de la población maya en Guatemala.
Pero cuando su pequeño pueblo y su país empezaron a sufrir la desgracia de la guerra, ella creció. Su llave fue el activismo; desde muy joven participó en la Iglesia, en cooperativas, y después, ha estado a la cabeza de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala, una organización que agrupa a más de 100.000 mujeres que perdieron a sus esposos e hijos en la guerra.
Esta diminuta mujer de colorido huipil, se enfrentó muchas veces al poder militar. Del lado de la gente, abogó para terminar con el reclutamiento forzoso de jóvenes indígenas en el ejército, luchó para que las fuerzas armadas no obligaran a los maridos a patrullar en organizaciones paramilitares y sobre todo ha indagado el destino de los desaparecidos. El activismo la llevó a la participación política, fue diputada y ahora Presidenta de la Comisión Nacional de Resarcimiento y nominada al Premio Nobel de la Paz.
Dios espera que cada uno de nosotros sea activo en la vida y que no seamos de los que dejan que las cosas pasen sin dejar marca. Dios nos ha llamado a dejar huella en nuestro camino. Este es el día en el que debes dejar tu huella impresa donde vayas como Rosalina Tuyuc…..Y sobre todo como Jesús de Nazareth lo hizo.
Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Mateo 4:23
Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina. Mateo 7:28
En aquel tiempo Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús. Mateo 14:1

NADIE MAS CIEGO

Lectura: Salmo 82.
"De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" Mateo 25:40
Al cantante Ray Stevens a menudo se le da el crédito de haber escrito la frase «No hay nadie más ciego que el que no quiere ver», una línea de la canción «Everything Is Beautiful» («Todo es hermoso»). Pero el predicador Matthew Henry usó la frase hace 250 años cuando hizo sus comentarios sobre la letra de una canción de otro compositor llamado Asaf.
La letra en la canción de Asaf no tenía una nota tan optimista como la de Stevens. Su cántico era una reprimenda a los israelitas por no lograr cumplir con el propósito que Dios les había dado. Dios les había escogido para mostrarle al mundo cómo vivir de manera correcta y juzgar con justicia, pero estaban fracasando miserablemente. En vez de defender al débil y huérfano, estaban defendiendo al injusto y mostrando parcialidad hacia el malvado (Salmo 82:2-3).
En su comentario sobre el Salmo 82, Henry escribió: «Un regalo en secreto ciega la vista. Ellos no saben porque no entienden. Nadie más ciego que el que no quiere ver. Han confundido sus propias conciencias, así que andan en tinieblas».
Jesús confirmó el interés de Dios en el débil y desvalido. Explicó que lo que sea que se haga por Sus «hermanos más pequeños» se le hace a Él (ver Mateo 25:34-40). Y reprendió a Sus discípulos por alejar a los niños de Él (Lucas 18:16).
Los que tienen ojos para ver lo que Dios ve encuentra maneras de ayudar al desvalido.
Una prueba de verdadero amor cristiano: ¿Ayudas a los que no pueden corresponder a tu ayuda?

miércoles, 26 de mayo de 2010

LAS DAMAS DE ARLINGTON

Lectura: Mateo 26:6-13.
"También se contará lo que ésta [mujer] ha hecho, para memoria de ella" Mateo 26:13
En 1948, el Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos notó que nadie había asistido al funeral de un soldado de la fuerza aérea en el Cementerio Nacional de Arlington y eso le perturbó profundamente. Habló con su esposa acerca de su preocupación de que cada soldado recibiera honores en su entierro y ella comenzó un grupo llamado las Damas de Arlington.
Alguien del grupo le rinde honores a cada soldado fallecido asistiendo a su funeral. Las damas también escriben notas personales de pésame y expresan palabras de gratitud a los familiares cuando están presentes. Si es posible, una representante se mantiene en contacto con la familia durante meses después de la ceremonia.
Margaret Mensch, una de las Damas de Arlington, dice: «Lo importante es estar a disposición de las familias… Es un honor… rendirle tributo a los héroes de cada día que forman parte de las fuerzas armadas».
Jesús mostró la importancia de rendir tributo. Después de que una mujer vertiera un costoso perfume sobre Su cabeza, Él dijo que ella sería honrada en los años por venir (Mateo 26:13). Los discípulos estaban indignados y pensaron que este acto había sido un desperdicio, pero Jesús lo llamó «una buena obra» (v. 10) por la que ella sería recordada.
Conocemos a héroes que han dado sus vidas en servicio a Dios y su país. Honrémoslos hoy._
Honramos a Dios cuando nos honramos unos a otros.

MUY APRISA

La aguja del velocímetro fue subiendo y subiendo. Cien, ciento treinta, ciento sesenta. Y ciento sesenta kilómetros por hora es demasiada velocidad para un auto liviano en pavimento mojado. Con tanta velocidad, y con el pavimento resbaladizo, ocurrió lo que tenía que ocurrir.

Arnuldo Circone, de veinticuatro años de edad, amante de la velocidad, no logró entrar al puente del río, y salió volando. Cayó dentro del agua, hundiéndose con todo y auto a veinticinco metros de la orilla. No se mató, pero arruinó su auto. Lo curioso es lo que decía la placa personalizada de su vehículo: «Muy aprisa».

Hay muchos como este joven que llevan la vida muy aprisa, demasiado rápido. La verdad es que llevar la vida a toda velocidad es la característica de los tiempos actuales. Más de cincuenta años atrás, cuando el famoso cómico del cine Charlie Chaplin protagonizó en la película «Tiempos modernos», ya señalaba, con su manera incomparable, el peligro de estos tiempos.

Los días en que vivimos se caracterizan por demasiada rapidez en todas las cosas: demasiada mecanización, demasiado cientificismo, demasiada tecnología, demasiada indiferencia a todos los valores morales. No es extraño que ocurran accidentes a cada paso: accidentes en nuestras carreteras, y lo que es más lamentable, accidentes morales y espirituales en nuestra vida.

Niños y adolescentes caen víctimas de drogadicción. Niñas, sin saber ni qué les está ocurriendo, caen víctimas de embarazos. Y bebés nacen arruinados, cuando deberían apenas estar comenzando a florecer.

El niño se vuelve adolescente de la noche al día. El adolescente se convierte en adulto sin la experiencia necesaria para actuar con sensatez. Y el adulto llega a viejo antes de tiempo, por el mismo paso vertiginoso de la vida. Como que el aumento de la potencia de nuestros vehículos, en las calles y en el aire, ha contagiado al mundo con el frenesí de la velocidad.

¿Quién puede ponerle freno a este loco desbarajuste? Las leyes humanas no han podido hacerlo. La cultura tampoco lo ha logrado. Ni siquiera la religión ha podido cambiar este delirio que está matando a nuestra sociedad.

Sólo Jesucristo puede frenar las pasiones del alma, dominar la locura frenética, corregir lo deficiente, y ordenar lo desorbitado. Sólo Él regenera el alma humana a las mil maravillas. Sólo Él nos devuelve la justicia perdida. No sigamos nuestro camino solos. Coronemos a Cristo como Rey de nuestro ser, y Él pondrá en orden nuestra vida.

Hermano Pablo