martes, 13 de abril de 2010

HUMILDAD Y GRANDEZA


Lectura: Mateo 20:20-28.
"El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor" Mateo 20:26
Cuando tenía siete años, Richard Bernstein admiraba la habilidad atlética y la valentía de Jackie Robinson porque era el primer afro-americano que jugó en las ligas mayores de béisbol de la era moderna. Unos cuantos años después, mientras trabajaba en el campo de golf de una ciudad pequeña, Bernstein quedó atónito al encontrarse cargando la bolsa de su héroe, Jackie Robinson. Mientras la lluvia demoraba el partido, Robinson sostenía un paraguas sobre las cabezas de ambos y compartió su barra de chocolate con el joven cargador de palos de golf. Ya como escritor de un importante periódico, Bernstein citó ese humilde acto de amabilidad como una marca de grandeza que jamás olvidó.
La verdadera grandeza se muestra por medio de la humildad, no por el orgullo. Jesucristo demostró y enseñó esto de manera poderosa, al decirles a Sus ambiciosos discípulos: «Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Mateo 20:26-28).
Cuando Dios mismo caminó sobre la tierra como un hombre, lavó pies, recibió niños y voluntariamente entregó Su vida para librarnos de la tiranía egocéntrica del pecado. Su ejemplo hace que Su mandato tenga validez.
Nosotros podemos hacer grandes cosas para el Señor , si estamos dispuesto a hacer pequeñas cosas por los otros.

PERFIL DE UNA GRAN PERSONA

Éste es el Perfil de una gran Persona.
Mantiene su modo de pensar independientemente de la opinión pública.
Es tranquilo, paciente; ni grita, ni se desespera.
Piensa con claridad, habla con inteligencia, vive con sencillez.
Es del futuro, no del pasado.
Siempre tiene tiempo.
No desprecia a ningún ser humano.
Capta la impresión de los vastos silencios de la naturaleza: el cielo, el océano, el desierto.
No siente vanidad. Como no busca alabanza, no se le puede ofender. Siempre tiene más de lo que cree que merece.
Está siempre dispuesto a aprender aun de los niños.
Trabaja por el placer del trabajo no por la recompensa material.
Vive cierto aislamiento espiritual a donde no llega ni la alabanza ni la censura. Sin embargo, su aislamiento no es frío: ama, sufre, piensa, comprende.
Lo que usted tiene, dinero o posición social, no significa nada para él.
Le importa sólo lo que usted es.
Cambia su opinión fácilmente en cuanto ve su error.
No respeta la consistencia venerada por los espíritus pequeños.
Respeta sólo la verdad.
Tiene mente de adulto y corazón de niño.
Se conoce a sí mismo tal cual es y conoce a Dios.—
“Luz y Verdad”. Lerı́n, A. 500 ilustraciones .
No se conforme con ser una persona mas. Sea uno grande. La Grandeza no se compra se obtiene con un corazón pequeño ante Dios.
Genésis 12:2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Mateo 20:26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor.

lunes, 12 de abril de 2010

EL VIAJE A CASA

Lectura: Hebreos 11:1-10.
"Porque [Abraham] esperaba la ciudad… cuyo arquitecto y constructor es Dios" Hebreos 11:10
A Bill Bright, el fundador de Cruzada Estudiantil para Cristo, le diagnosticaron hace años fibrosis pulmonar, la cual es una enfermedad mortal. En su última época tenía que guardar cama. Bright usó este tiempo de callada reflexión para escribir un libro llamado The Journey Home (El viaje a casa).
En su libro, cita a Charles Haddon Spurgeon, quien dijo: «Vivamos aquí como extranjeros y hagamos del mundo no un hogar, sino una posada, en la que comemos y nos alojamos, esperando reanudar nuestro viaje mañana».
Impresionado por la perspectiva de Spurgeon en lo concerniente a su propio pronóstico mortal, Bright comentó: «Saber que el cielo es nuestro verdadero hogar nos hace más fácil pasar por los duros momentos aquí en la tierra. A menudo, he encontrado consuelo en el conocimiento de que los peligros de un viaje en la tierra no serán nada comparados con las glorias del cielo».
Abraham, el amigo de Dios, ilustra esta misma orientación hacia el otro mundo: «Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena… porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios» (Hebreos 11:9-10). Su estancia era la de un extranjero de viaje, quien por fe buscaba una ciudad eternal construida por Dios.
Ya sea que la muerte esté cerca o lejos, mostremos una fe que se centre en nuestro hogar eterno.
Aunque andemos por desiertos caminos, el final de nuestra jornada es el Jardín de Dios.

CINCO MUERTES YA SON DEMASIADAS

Súbitamente, en medio de la noche, el bebé dejó de respirar. No tenía ninguna enfermedad. No había ingerido ningún veneno. No había monóxido de carbono en la habitación. Simplemente, cesó de respirar. El diagnóstico fue: Síndrome de Súbita Muerte Infantil. Nadie sabe su causa.

Lo peor del caso es que el mal no cesó con la primera criatura. Uno tras otro murieron, con el mismo diagnóstico, cinco bebés de Waneta Hoyt, que tenía cuarenta y siete años de edad cuando murió el quinto. Bebé que le nacía, bebé que moría antes de cumplir los tres meses.

Que muera del síndrome un bebé en una familia, podrá pasar. Pero que mueran cinco en una sola familia, ya son demasiados. Así que la policía comenzó a investigar.

Resultó otro caso revelador de lo compleja que es el alma humana. Waneta era una buena mujer, según decían todos. Buena esposa, buena vecina, buena parienta y fiel asistente a su iglesia. Hasta adoptó a un niño que ya estaba en la secundaria.

Sin embargo, apremiada por los interrogatorios, confesó haber matado a sus hijitos. El primero sí había muerto del síndrome, pero ella misma había sofocado a los otros. A uno de ellos lo había apretado con el pecho. ¿Y por qué los mató? Porque recibió tantas condolencias por el primero que se aficionó a las conmiseraciones, y quiso seguir recibiéndolas. ¡Complejidades enigmáticas del alma, impulsos tenebrosos que yacen en lo más recóndito del ser humano!

Sin tener que hacer psicología barata, en la raza humana hay un solo síndrome. Es el de la culpa. Para Waneta, las condolencias mitigaban su culpa.

De ese complejo de culpa devienen todos los males físicos y psiquiátricos de la humanidad. Es un complejo que empezó con Adán y Eva. Después de haber infringido el mandamiento de Dios, trataron de ocultarse en la maraña y cubrir su desnudez con hojas de higuera.

No obstante, nada ni nadie puede quitarnos ese complejo de culpa. En el transcurso de los siglos el hombre ha inventado de todo para librarse de él. Ha inventado sistemas filosóficos, ha buscado religiones, y hasta ha querido hacerse ateo. Pero no hay caso. No ha podido quitarse de encima ese complejo.

Es que sólo Jesucristo puede quitar la culpa del alma humana. Sólo Él puede limpiarnos del complejo de culpa y todos sus derivados. Cristo cargó en la cruz la culpa de toda la raza humana. Él pagó el precio de nuestra liberación. Él nos redimió. Sólo Cristo limpia el alma dejándola pura.

domingo, 11 de abril de 2010

¿POR QUE NO VOY A LA IGLESIA?

Un cristiano escribió una carta al editor de un periódico quejándose de que ya no tenía sentido el ir a la Iglesia cada Domingo. “He asistido fielmente por más de 30 años”, escribió el hombre, “y durante todo este tiempo he escuchado a más de 3,000 sermones. Pero la verdad es que no puedo recordar ni uno solo.
Así que, pienso que estoy malgastando mi tiempo….y creo que el pastor también está malgastando su tiempo en predicarlos.
“Esto dio inicio a una verdadera controversia en la columna de “Cartas al Editor”, algo que hizo que el editor estuviera, por supuesto, bien contento.
Siguió por unas semanas hasta que alguien escribió lo siguiente: “Ando casado por más de 30 años. En todo este tiempo mi esposa me ha preparado unas 32,000 comidas. Pero la verdad es que no puedo recordar el menú de ninguna de estas comidas. Pero una cosa reconozco.
Cada comida me nutrió y me dio la fuerza que necesitaba para seguir fielmente en mi trabajo.
Si mi esposa no me hubiera preparado cada una de estas comidas, yo no estuviera presente hoy.” El periódico nunca recibió más cartas sobre ese asunto.
Proverbios 10:21 – “Los labios del justo apacientan a muchos, Mas los necios mueren por falta de entendimiento.
Tomado de .www.Ilustraciones.com.mx
Podremos tener mil y una razones para no ir a la Iglesia, pero la verdad es que necesitamos la comunión con el Cuerpo de Cristo, el cual está integrado por cada hijo e hija de Dios.
Hechos 2:42
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
1 Juan 1:3
Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.