sábado, 13 de marzo de 2010

AMSTAD AGRADECIDA

Ahora también es el momento de tener un recuerdo agradecido.
Son muchos quienes a lo largo del año pasado han dejado su huella en ti.
Experiencias sobre las que puedes recordar nombres. Quizá algunos te hayan lanzado a una aventura para sacar algo de ti y despertar tu “yo dormido”, conseguir aquello que te parecía imposible, cambiar, crecer y madurar.
Descubrir en ti las huellas de “otros amigos” encontrados a lo largo del camino, todo esto motivo de alegría y gratitud. Es motivo de gratitud el que hayas podido experimentar a Dios, creer en la vida y en tu capacidad de encuentro, creer que alguien haya podido ayudarte a descubrir lo mejor que existe dentro de ti.
Agradece a:
Aquellos que desde su manera de ser, te ayudaron a ser más humano, más sencillo, más sensible a las cosas de Dios.
Aquel que inesperado y oportuno supo escucharte comprensivo.
Aquellos con quienes compartiste tus ratos de juego.
Aquel que te ayuda a revelar tu riqueza interior.
Aquel que con su gran bondad te hizo ser sencillo.
Aquel que descubriste un día y “se quedó en ti”.
Aquel que corrigiéndote con cariño te hizo caminar.
Aquel que con su vida incansable te animó a luchar.
Aquel que sin cansancio siempre esperó lo mejor de ti.
Aquel que te exigía siempre haciéndote crecer en la grandeza.
Aquel que te hace sentir importante cuando necesita de ti.
Aquel que estando lejos lo sentiste cerca.
Aquel que con su desacuerdo te hace descubrir tu verdad.
Aquel que sabes que te quiere y siempre te espera.
Aquel que siempre te anima a ver lo positivo.
Aquel que te quiere como eres animándote a crecer.
Aquel que con su necesidad de ti hizo que te sintieras “único”
Aquellos que con su experiencia interior te ayudaron a conocer a Dios y te anunciaron la buena noticia de que:
DIOS ES TU MEJOR AMIGO Y TE AMA.
Agradecimiento es una nota del alma que produce el mejor concierto en el espíritu.
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. Col 3:15
Para exclamar con voz de acción de gracias, Y para contar todas tus maravillas. Sal 26:7

INCOMPLETA

Lectura: Filipenses 1:3-11.
"El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" Filipenses 1:6
Cuando yo era una niñita, mis padres compraron su primera casa. Una tarde, toda la familia nos metimos de repente en el automóvil y fuimos a ver dónde estaríamos viviendo pronto.
No lo podía creer. La casa no tenía ventanas ni puertas y tenía un olor extraño. Se podía ver el sótano claramente a través de grandes brechas en el suelo y tuvimos que encaramarnos a una escalera para bajar allí.
Esa noche, cuando le pregunté a mi madre por qué ella y papá querían vivir en una casa como ésa, ella me explicó que el constructor todavía no la había terminado. «Sólo espera y verás —dijo—.Creo que te va a gustar cuando quede lista».
Pronto comenzamos a ver cambios. A la casa le pusieron ventanas, luego puertas. El «olor raro» de la madera nueva se fue. Pintaron las paredes. Mamá puso cortinas en las ventanas y cuadros en las paredes. La casa incompleta se había transformado. Había llevado algo de tiempo pero finalmente había quedado terminada.
Como cristianos, nosotros también necesitamos un «acabado». Aunque los cimientos se echan en el momento de nuestra conversión, el proceso de crecimiento continúa a lo largo de nuestra vida. Al seguir obedientemente a Jesús, «el autor y consumador de nuestra fe» (Hebreos 12:2), un día, nosotros también quedaremos completos.
Ten paciencia, por favor. Dios todavía no ha terminado conmigo!

viernes, 12 de marzo de 2010

EN CUAL GRUPO ESTAS TU

Si observa el modo en que las personas enfocan el proceso de planificación del viaje de la vida, pienso que verá que se ajustan a estas categorías:

Vicente, la víctima: Es muy presto a decir que no es culpa suya el hecho de no ir a ninguna parte en la vida. No hace planes porque ocupa su tiempo y energías en cosas que quedan fuera de su control, muchas veces cosas del pasado. Frecuentemente culpa a otros por su falta de progreso y parece estar más preocupado en la búsqueda de excusas que en captar las oportunidades de progreso. En su opinión, todos los demás y todo lo demás—y no él—lo han convertido en lo que es actualmente.

• Federico, pies lerdos: A Federico no le preocupa demasiado el pasado y no quiere pensar en el futuro. Su interés es el presente. En efecto, ama tanto el presente que está dispuesto a hacer casi todo para mantener el status quo. Aborrece los cambios y los evita a toda costa. Si hace planes, son para mantener las cosas tal como están.

• Débora, la soñadora: A Débora le encanta hacer planes, y pasa en eso la mayor parte de su tiempo. El problema es que nunca lleva sus planes a la acción. A menudo tiene grandes ideas y dice que quiere tener éxito, pero no quiere enfrentar ningún riesgo. No está dispuesta a pagar el precio requerido para avanzar en el viaje del éxito.

• Miguel, el motivado: Finalmente tenemos a Miguel. Enfoca la mayor parte de su tiempo en el presente, y hace lo mejor para maximizar su potencial. Pero una razón por la que es tan efectivo hoy es porque ayer pasó parte de su tiempo haciendo planes. Como resultado, se ha concentrado en su propósito, crece hacia su potencial y está sembrando semillas que beneficien a otros con el flujo positivo de su vida.

Tomado de Maxwell, J. C. 2003; 2003. El mapa para alcanzar el éxito . Thomas Nelson, Inc.

Muchas gente espera que otros hagan planes para ellos, pero Dios quiere que nosotros los hagamos y Él se encargará de ratificarlos o modificarlos en Su soberana voluntad. Vamos….comienza ahora a hacer planes sólidos pero sobre todo….consultarlos con Dios en oración. El mejor lugar para poner nuestros planes, es el ALTAR DE DIOS.

«¿Hasta cuándo, muchachos *inexpertos, seguirán aferrados a su inexperiencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los *insolentes, se complacerán en su insolencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los necios, aborrecerán el conocimiento? Proverbios 1:21,22

¡Su descarrío e inexperiencia los destruirán, su complacencia y *necedad los aniquilarán!

Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal.» Prov 1:31,32

!NO PUEDES DECIR ESO¡

Lectura: Génesis 3:9-19.
"Señor, ¿qué quieres que yo haga?" Hechos 9:6
Según un sitio en la red para formación de carreras profesionales, hay ciertas palabras que se deben evitar en el trabajo. Cuando alguien de autoridad te pide que hagas un proyecto, no debes responder, «claro, no hay problema», si no estás hablando en serio y no vas a llevarlo a cabo hasta el final. De otra manera, te ganarás la fama de ser alguien que no cumple su palabra. Y no digas, «no me corresponde hacer eso», porque puede que en el futuro necesites la ayuda de esa persona.
Y si tu jefe viene a ti con un problema, el sitio en la red antes mencionado sugiere que lo mejor es no culpar a otra persona ni decir, «¡no es mi culpa!».
Esa es la excusa que Adán y Eva Le dieron a Dios. Se les dijo que no comieran del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 2:16-17). Cuando desobedecieron y Dios les confrontó, Adán le echó la culpa a Dios y a Eva, y Eva le echó la culpa a la serpiente (3:9-19). Básicamente, lo que dijeron fue: «¡No es mi culpa!»
Tal vez deberíamos evitar ponerle a Dios algunas excusas en lo que respecta a lo que Él nos ha dicho que hagamos o no hagamos. Por ejemplo, en 1 Corintios 13 nos da instrucciones específicas para un comportamiento a semejanza de Cristo, pero puede que nos veamos tentados a decir, «simplemente eso no me convence en absoluto», o «ese no es realmente mi don».
¿Qué está pidiendo el Señor de ti hoy? ¿Cómo responderás? ¿Qué te parece decirle «¡sí, Señor!»?
El motivo más elevado para obedecer a Dios es el deseo de agradarle.

jueves, 11 de marzo de 2010

EL AJEDREZ Y EL GRANO DE TRIGO

Cuando un matemático oriental inventó el admirable juego de ajedrez, quiso el monarca de Persia conocer y premiar al inventor. Y cuenta el árabe Al-Sefadi que el rey ofreció a dicho inventor concederle el premio que solicitara.
El matemático se contentó con pedirle 1 grano de trigo por la primera casilla del tablero de ajedrez, 2 por la segunda, 4 por la tercera y así sucesivamente, siempre doblando, hasta la última de las 64 casillas.
El soberano persa casi se indignó de una petición que, a su parecer, no había de hacer honor a su liberalidad.
¿No quieres nada más? preguntó.
Con eso me bastará, le respondió el matemático.
El rey dio la orden a su gran visir de que, inmediatamente, quedaran satisfechos los deseos del sabio.
¡Pero cuál no sería el asombro del visir, después de hacer el cálculo, viendo que era imposible dar cumplimiento a la orden!
Para darle al inventor la cantidad que pedía, no había trigo bastante en los reales graneros, ni en los de toda Persia, ni en todos los de Asia.
El rey tuvo que confesar al sabio que no podía cumplirle su promesa, por no ser bastante rico.
Los términos de la progresión arrojan, en efecto, el siguiente resultado: diez y ocho trillones, cuatrocientos cuarenta y seis mil setecientos cuarenta y cuatro billones, setenta y tres mil setecientos nueve millones, quinientos cincuenta y un mil seiscientos quince granos de trigo.
En números sería 18.446.744.073.709.551.615
Sabido es que una libra de trigo, de tamaño medio, contiene 12.750 granos aproximadamente.
¡Calcúlese las libras que necesitaba el rey para premiar al sabio! Más de las que produciría en ocho años toda la superficie de la Tierra, incluyendo los mares.
Con la cantidad de trigo reclamada, podría hacerse una pirámide de 9 millas inglesas de altura y 9 de longitud por 9 de latitud en la base; o bien una masa de 9 leguas cuadradas en su base, con una legua de altura. Semejante sólido sería equivalente a otro de 162.000 leguas cuadradas con un pie de altura.
Para comprar esa cantidad de trigo, si la hubiera, no habría dinero bastante en este mundo.
Hay cosas que parecen sencillas, pero que en el fondo son profundas. Las cosas del Espíritu son profundas y sòlo Dios las conoce. Por eso la Bisalvación, blia las llama Misterios. La salvación es un misterio, pero aunque sea un misterio, tú y yo las podemos experimentar en el espíritu, aunque nuestra mente no las entienda. Dios el inescrutable, se acerca al sencillo hombre para salvarlo. ¿Ya lo recibiste?
Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. Daniel 2:28.
Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. Daniel 2:29.
El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio. Daniel 2:47.

HOY...PENSARE EN EL POBRE

Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará El Señor.Salmos 41:1
Obligación de todo cristiano es pensar en los pobres y tener un corazón compasivo para con ellos.
Jesús los puso al lado nuestro, entre nosotros, cuando dijo: «A los pobres siempre los tenéis con vosotros».
Muchos dan limosna a los pobres de prisa para desentenderse de ellos; otros muchísimos no les dan nada.
La promesa ha sido hecha para aquellos que se interesan por los pobres, examinan sus necesidades, piensan en los medios de socorrerles y juiciosamente los ejecutan.
Mucho más podemos hacer con nuestros cuidados, con nuestra delicada solicitud que con el dinero, y más todavía con ambas cosas a la vez.
El Señor promete su bienaventuranza, en los días de apuro, a quienes piensan en los pobres. Él nos librará de nuestra pena si ayudamos a los demás a salir de ella, y nosotros recibiremos una ayuda providencial muy grande si el Señor ve cómo procuramos nosotros proveer a los demás.
Por muy generosos que seamos, tendremos días malos; mas si somos benévolos, podremos reclamar del Señor un socorro especial y directo, porque Él ha empeñado su palabra y no podrá negarla.
El avaro se preocupa de sí mismo; empero el Señor favorece al creyente compasivo y generoso.
Como hayáis tratado a los demás, así hará el Señor con vosotros.
Vaciad vuestros bolsillos.
Hoy..Me acordaré de quién no tiene y quien sufre quebranto y escasez. Dios me ha bendecido en alguna manera para que yo pueda ser de bendición a otros.
Señor, Gracias por darme tu bendición y se que esa bendición no se puede quedar estancada en mi. Quiero y decido hoy bendecir a alguien. Amén.