viernes, 29 de enero de 2010

PUBLIO ARJONA DIAZ

La entereza es virtud de valientes.
Publio Arjona Dáz es prueba de ello. Este hombre, que ora a Dios al inicio y al final de cada día es ejemplo de voluntad y optimismo. Ha demostrado ser tan productivo como cualquiera. En Octubre 2005 fue a Viena a recibir una distinción por tener sueños y alcanzarlos.
Publio es cuadrapléjico desde agosto de 1986. Su mente está en perfecto estado, pero el resto del cuerpo no le responde, sin embargo este revés no lo detiene en lo absoluto. Él ha crecido por encima de este obstáculo y sigue mirando con fe y esperanza el mañana.
Publio dice: ” Yo era un tipo muy inquieto. Me gustaba mucho la velocidad. Tenía un Jeep, y en una curva de Vía Porras, Panamá perdí el control del vehículo, no llevaba puesto el cinturón de seguridad y salí disparado por el parabrisas. Me golpee el cráneo en la acera y tuve fracturas de varias vértebras cervicales y eso fue lo que causó mi cuadriplejia”.
Hoy, Publio no está llorando su incapacidad. Un día se acercó por curiosidad a una computadora y ahora es un experto . Publio es fundador, Director y Creativo de PI&J Designs.
Comenzó primero con su tío y hoy tiene una amplia cartera de clientes. Viajó a Viena el 24 de Octubre 2005 para recibir el Premio de Joven Sobresaliente en la categoría de logro y Superación Personal.
Publio dice: ” que todo en la vida debe realizarce desde la perseverancia, porque las cosas no ocurren como una varita mágica. Hay que ponerle dedicación. Uno tiene que tener metas claras, no hay que frustrase, todos servimos para algo, hay que localizarlo y explotarlo”.
Publio ora a Dios cada día y ayuda a la Fraternidad Cristiana de Personas Descapacitadas y es Vice Presidente de la Asoaciación de Discapacitados en Panamá.
Mirate a ti mismo ahora y ve lo que tienes y aún con lo poco que posees podrás llegar mucho más alla pero recuerda, junto a Dios las cosas pueden ser muy diferentes.
¿Y de quién te asustaste y temiste, que has faltado a la fe, y no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he guardado silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido? Isa 57:11
Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Mat 8:10Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Mat 9:29

LAS LEYES DE LA VIDA

Lectura: Éxodo 20:1-17.
"No tendrás dioses ajenos delante de mí" Éxodo 20:3
Las leyes de la vida son observaciones que parecen tener el peso de la experiencia detrás de ellas. Probablemente han oído ésta: «Si algo puede salir mal, seguro que saldrá». He aquí otra: «No se puede hacer tan sólo una cosa; todo tiene sus consecuencias».
Mi propia experiencia parece confirmar muchas de las leyes de la vida, pero la última es la que colgaría en mi pared como lema. Las elecciones equivocadas tienen sus consecuencias. Por ejemplo, si elegimos vivir para el placer, eso afectará a nuestros hijos, nietos y bisnietos (Éxodo 20:4-5). Si nos alejamos de Dios, puede que descubramos que nuestros hijos se nos han unido en ese caminar. Y posteriormente, aun cuando nos volvamos a Él, puede que ellos no lo hagan.
Pero también hay una buena noticia. La devoción al Señor también tiene sus consecuencias. Los hombres y las mujeres que viven con fe delante de Dios pueden tener una fuerte influencia sobre sus hijos y los hijos de sus hijos. Si viven una larga vida, pueden dar testimonio del efecto que su fe ha tenido sobre varias generaciones. ¡Qué satisfacción reciben las personas mayores al ver que su descendencia vive para Cristo!
Las leyes de la vida y la Biblia están de acuerdo en este punto: «Todo tiene sus consecuencias».
Las personas que siguen a Cristo guían a los demás en la dirección correcta.

jueves, 28 de enero de 2010

LAS PERSONAS SON REGALOS

Las personas son regalos que la vida me ha dado. Ya vienen envueltas, algunas en forma muy bella y otras de una manera menos atractiva.
Algunos han sido maltratados en el correo; otros llegan como “Entrega Especial”; algunos llegan envueltos, otros cerrados con gran rigidez. Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse cuenta de esto. Es muy fácil equivocarse en este sentido, juzgando el contenido por el estuche.
A veces el regalo se abre con facilidad; otras se necesita la ayuda de otras personas. Tal vez es porque tiene miedo, quizá han sido heridas antes y no quieren ser lastimadas de nuevo. Pudo ser que alguna vez se abrieron y luego se descartaron. Quizá ahora se sienten más bien como “cosas” que como seres humanos.
Yo soy una persona. Como todas las demás personas también soy un regalo. Poseo una bondad que es sólo mía. Y sin embargo, algunas veces tengo miedo de mirar dentro de mi envoltura. Tal vez temo decepcionarme, quizá no confío en el que llevo dentro. Pudiera ser que en realidad nunca he aceptado el regalo que soy.
Cada encuentro y comunicación entre personas es un intercambio de regalos. Mi regalo soy yo, tú eres tu regalo. Somos obsequios de Dios unos para otros.
Es difícil pensar en ocasiones que aquel que me ha lastimado es también un regalo de Dios, pero si vemos la ofensa como una envoltura maltratada y no nos quedamos con ella, seguramente encontraremos un hermoso regalo, pues de cada suceso Dios nos tiene una enseñanza para crecer en su amor, en nuestra fe.
Nosotros mismos podemos tener una envoltura tan maltratada por el tiempo y/o las circunstancias, pero lo que llevamos dentro siempre será hermoso, pues quien lo puso ahí es nuestro Creador, solo tendríamos que ver hacia adentro y estar listos para darnos… descubre en tu interior todos los dones con los que el Señor te conformó y sé el digno regalo para los que te necesitamos.
Enviado por Miriam de Pérez
Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros, por vuestra participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora, estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. Fil 1:3-6
Por esta razón también yo, habiendo oído de la fe en el Señor Jesús que hay entre vosotros, y de vuestro amor por todos los santos,
16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones. Efe 1:15,16.

CIRSCULOS DE ORACION

Lectura: Lucas 18:9-14.
"Cualquiera que se enaltece, será humillado" Lucas 18:14
Las niñas de sexto grado hicieron un círculo y por turnos oraron unas por otras en el grupo de estudio bíblico. «Padre que estás en el cielo —oró Ana—,por favor, ayuda a Antonia que no esté tan loca por los muchachos». Antonia añadió con una risita: «Y ayuda a Ana a que deje de actuar tan mal en la escuela y que no moleste a otros niños». Luego Talía oró: «Señor, ayuda a Antonia a escuchar a su mamá en vez de responderle mal siempre».
Aunque las peticiones eran reales, las niñas parecían disfrutar molestando a sus amigas señalando sus fallos delante de los demás en vez de preocuparse por su necesidad de la ayuda de Dios. La líder de su grupo les recordó acerca de la seriedad de hablar con el Dios todopoderoso y la importancia de evaluar sus propios corazones.
Si usamos la oración para señalar las faltas de los demás mientras que ignoramos las nuestras, somos como el fariseo en la parábola de Jesús. Él oró: «Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano» (Lucas 18:11). En vez de ello, hemos de ser como el hombre que le pidió a Dios que tuviera misericordia de él, «un pecador» (v. 13).
Tengamos cuidado de no dejar que nuestras oraciones se conviertan en una lista de fallos de los demás. El tipo de oración que Dios desea fluye de una humilde evaluación de nuestros propios corazones pecaminosos.
La forma más elevada de oración proviene de las profundidades de un corazón humilde.

miércoles, 27 de enero de 2010

DIOS QUERÍA JUNTARLOS


«Fue a la vuelta de la esquina de aquella calle, que ni él ni ella habían recorrido nunca con frecuencia en pasados tiempos; menos aún en los últimos años.... Se encontraron de pronto frente a frente, y se vieron y se detuvieron, a la par, de golpe; y se miraron.... Se vieron sonriéndose el uno al otro con una sonrisa que se dilataba y demoraba sin que ellos lo pensaran.

»—¡María!...

»—¡Joaquín!...

»Y se miraron un momento —un siglo— tal como no creyeron nunca verse. Eso ha hecho el tiempo con nosotros. El paño amarillento de sol, de mal dormir, de mal comer, y de los amaneceres sin esperanza, tuyo, María. El rostro como empequeñecido y con tajos en las mejillas, tuyo, Joaquín. Unos tajos que estuvieron siempre ahí como golpes de gubia, pero que ahora lo parecían de veras. Las ropas raídas y las uñas gastadas de animal que escarba para comer, de ella. Los hombros encorvados, las arrugas plisándole, aviejándole, los párpados, en las comisuras, de él....

»Luego vendrían las preguntas, y la imagen presente se iría diluyendo en una creciente lejanía, de días desperdiciados....

»—¿Te casaste?

»—No; ¿y tú?

»—Tampoco.

»Pausa.

»—¿Trabajas?

»—Sí... Soy sereno en los sótanos de un almacén. Entro a las diez de la noche; a las seis de la mañana dejo mi turno. Recién apagué mi farol. ¿Y tú?

»—Trabajo por horas en varias casas. No me falta trabajo, no creas. Y me tratan bien siempre. Casi siempre....

»—¿Dónde vas?...

»—Al mercado. Me desvié un poco de mi camino, esta mañana. Me cansé de ir siempre por el mismo. Se me ocurrió cambiar, hoy; Y ya ves. Dios quería juntarnos.

»—Sí. Dios seguramente.

»—¡Tengo tantas cosas de que hablarte!

»—Y yo. Ahora iba a la pensión a desayunar y dormir; pero puedo dejar de ir. Hablar. Hablar contigo. Hablarnos.

»—Pero yo no puedo. Voy al mercado. Tengo que volver a la casa pronto —con pánico—. No puedo tardar. Tengo que estar a punto en la cocina....

»—Nos vemos luego, entonces.

»—¿Dónde?...

»—Donde tú digas.

»—La plaza aquella, ¿ves? Seis cuadras de aquí. Llevo a los niños a pasear por la tarde. Entonces sí, tengo tiempo. Tendremos tiempo.

»—Estaré allí.

»Pero no se movían....

»Fue ella quien tuvo que romper el encanto:

»—Hasta luego.

»Le sonrió y echó a andar... canasta al brazo, volviéndose a veces. El quedó aún en el sitio, viéndola irse. Hasta que dobló la esquina tras volverse una vez más y dirigirle un saludo que él respondió apenas porque le sonreía, y sonriendo siguió, sin pensar que ella ya no podía ver su sonrisa.

»Ahora él también echó a andar. Con los pies aligerados, con todo el cuerpo aligerado: no sabía cómo; pero le costaba menos caminar.... Es verdad lo que decía la vieja. Dios aprieta pero no ahoga. Algún día nos sonríe la felicidad.

»... María.»

Con este cuento titulado «El nombre de María», la escritora hispano-paraguaya Josefina Plá nos hace vivir la experiencia del afortunado reencuentro de dos seres sencillos que, a pesar de haber sido maltratados por los años, era como si se hubieran conservado el uno para la otra, la una para el otro, toda la vida, sin saberlo. Y Dios sí quería juntarlos. «Sí. Dios seguramente.» Porque el Padre celestial desea dar cosas buenas a sus hijos aún más que los que somos padres deseamos dárselas a los nuestros.

Carlos Rey


ANGELES CORPORATIVOS

Priscilla Blum carreteaba su avión de una plaza por el aeropuerto de Westchester County, N.Y., cuando observó a los jets corporativos despegar y aterrizar casi vacíos.
Se le ocurrió una idea. Blum, quien había tenido cancer de mama años antes, sabía cuán costosa y trabajosa era el transporte para los enfermos de cancer que tenían que viajar por el tratamiento especializado. “Pensé: ¿no sería maravilloso si pudiésemos llenar algunos de esos asientos vacíos?” recuerda.
Aquello fue hace dieciocho años. Hoy, la Red Corporativa Angélica transporta pacientes con cáncer –sin costo alguno– por todos los Estados Unidos. El grupo tiene acceso a unos 1500 jets de más de 500 compañías. Si el itinerario de un jet participante coincide con el del paciente, se hacen los arreglos de vuelo.
Casey Chapley tenía diez meses de edad cuando fue diagnosticada con una forma rara de cáncer del ojo. Sus padres, Keith y Belinda, decidieron someter a Casey a un tratamiento experimental no basado en radiación en Filadelphia, a 300 millas de su hogar cerca a Pittsburgh.
Para su primer vuelo commercial, tuvieron que navegar por un abarrotado aeropuerto, una bulliciosa cabina de avión, luego el reclamo de equipaje –condiciones demandantes con cualquier bebé, cuanto más con uno que lucha contra el cáncer. Gastaron $750 en boletos de avión. Y se requerían tratamientos mensuales.
Descubrieron la Red Corporativa Angélica. Ahora Casey y su mamá y papá pueden sentarse junto a ejecutivos de la Corporación Financiera Mellon viajando entre oficinas en Pittsburgh y Filadelphia. La agradecida madre, Belinda, dice: “Podemos concentrarnos mejor en la mejoría de nuestra hija en vez de preocuparnos en cómo vamos a llegar a la oficina del medico y pagar nuestro transporte”.
Ahora de 75 años, Blum todavía sirve como voluntaria en las oficinas principales de Corporativa Angélica una vez a la semana.
Scott McCormackFuente: www.AsAManThinketh.net
Personas que son como ángeles, cuando piensan en los demás, extienden su mano a los demás y caminan con los demás. Cada día, cada uno de nosotros tiene la oportunidad de ser como un ángel para alguien quién puede estar pasando un momento difícil. Seamos hoy, una extensión del corazón y la mano de Dios. Recuerda, hay milagros en tus manos.
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. Sal 91:11
Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. Mateo 18:10

BENDICION SACRAMENTAL

Lectura: Números 6:22-27.
"Jehová te bendiga, y te guarde" Números 6:24
Nuestra iglesia introdujo una nueva práctica para el cierre de nuestro tradicional servicio de adoración matutina. Nos volvemos unos a otros y cantamos la familiar bendición aarónica que el Señor le dio a Moisés para que a su vez la diera a Israel: «Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti,...» (Números 6:24-26). Nuestros corazones se elevan cuando cada uno de nosotros llamamos a otro creyente y extendemos nuestra bendición sobre él o ella.
Un domingo, noté un intercambio de bendiciones especial y reconfortante que ahora se ha convertido en un evento semanal. En uno de los bancos de la parte delantera estaban sentados Óscar y Marian, fieles seguidores de Jesucristo y cónyuges devotos en sus 62 años de vida matrimonial. Cuando comenzamos a cantar, Óscar extendió sus manos y tomó las manos de Marian entre las suyas. Se cantaron las palabras de apertura de esta bendición especial el uno al otro antes de mirar a los demás. Todos los que estaban cerca captaron de reojo la mirada de amor y ternura en los rostros de esta pareja.
Una bendición sacramental no es simplemente un cierre ritualista; es un auténtico deseo en oración de que la bondad de Dios acompañe a la otra persona. Al ofrecerse este deseo el uno al otro, Óscar y Marian ejemplifican su significado más cálido y profundo. Al bendecir a los demás, expresamos gratitud por lo que Dios ha hecho por nosotros por medio de la muerte de Cristo (Hebreos 13:20-21).
Dios nos da una bendición para que podamos ser una bendición para los demás.