martes, 6 de octubre de 2009

POR COMERSE «EL CUENTO DEL TÍO»

El anciano tomó el billete de lotería en sus manos y pagó lo acordado. Se consideró muy dichoso de haber hecho el negocio, y se felicitó a sí mismo por su audacia. Era un billete de la lotería del estado de Florida, Estados Unidos, premiado con medio millón de dólares. Dos individuos se lo habían vendido en siete mil dólares, diciéndole que ellos no lo podían cobrar por ser inmigrantes ilegales.

Pero cuando Ceferino Cruz, de ochenta y un años de edad, se dirigió a cobrarlo, descubrió que era un billete falso. El anciano había sido engañado, y perdió todos sus ahorros. Con la moral destrozada, Ceferino se lanzó en su auto a un canal de agua, y murió ahogado.

Los llamados «cuentos del tío» abundan en nuestro mundo. Tenemos el del billete premiado, el de la herencia del tío rico, el del reloj Rolex de oro, y miles de cuentos más. Estos ladrones malvados son grandes psicólogos que saben elegir a sus víctimas. Saben apelar a su codicia. La policía de todo el mundo tiene registrados millares de casos como estos.

¿Por qué cae la gente en tales engaños? Por lo que se resume en una sola palabra: «avaricia». La avaricia es el paso que le sigue a la codicia. De todos los males del hombre, tal vez el peor mal es la avaricia. La avaricia impele al hombre a ser malvado, deshonesto, inmoral y criminal.

A nadie se le ocurriría poner la codicia a la par del homicidio, pero Dios sí lo hace. La declaración más fuerte que tenemos del carácter moral de Dios se encuentra en el decálogo, los Diez Mandamientos que Dios mismo le dio a Moisés.

El mandamiento número seis dice: «No matarás», y el número diez dice: «No codiciarás.» La verdad es que estos mismos Diez Mandamientos también dicen: «No tomarás el nombre de tu Dios en vano», «Honra a tu padre y a tu madre» y «No cometerás adulterio.» De modo que en este importantísimo documento divino, que revela el carácter de Dios, tenemos los extremos desde «No matarás» hasta «No codiciarás».

Si la codicia es un problema para nosotros, mientras no la controlemos sufriremos toda la vida a causa de decisiones torcidas. Pidámosle al Señor Jesucristo que sea el dueño de nuestra vida. Que nuestras motivaciones no obedezcan los impulsos de un corazón codicioso sino de un alma llena de la gracia de Dios. Si estamos llenos de su amor divino, tendremos éxito en esta vida. Cristo quiere ser nuestro Señor.

Hermano Pablo

domingo, 4 de octubre de 2009

AMOR

SALVADOS POR LOS ANIMALES

En 1814, los revolucionarios chilenos trataron de derrocar a los españoles. En una batalla muy particular los rebeldes estaban atemorizados porque estaban acorralados por los españoles y cuando ya las esperanzas de sobrevivir se agotaban su líder Bernardo O´Higgins le propuso una peculiar estrategia. Pidió a cada hombre que buscara todos los animales posibles del vecindario, caballos, mulas, vacas, cerdos, perros. Concentraron todos los animales en un sitio y cuando los soldados españoles comenzaron a acercarse para vencer a los revolucionarios chilenos, en el momento en que O´Higgins dió la orden, ellos soltaron todos los animales en una increible estampida contra los soldados españoles.
Sorprendidos los soldados españoles y sin entender lo que pasaba salieron huyendo despavoridos. Ocasión esta que aprovechó O´Higgins para huir con sus rebeldes facilmente. Más tarde Bernardo O´Higgins ganó la guerra y vino a ser el Primer Presidente de la Nueva República.
Hay muchas historias de animales que han salvado personas. Dios también a usado a muchos animales para salvar a alguién o para dar un mensaje específico a alguna persona. Acaso Dios no puede usarte a ti en algún momento? Claro que sí, no hay duda de eso. Por lo tanto no tenemos excusa para creer que no podemos ser instrumentos de Dios. Prepárate y este listo, porque DIos te usará en cualquier momento para salvar a alguién o ser de bendición alguién.
El Señor, por su parte, dispuso un enorme pez para que se tragara a Jonás, quien pasó tres días y tres noches en su vientre. Jonás 1:17
Entonces el Señor abrió la boca del asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho yo que me has golpeado estas tres veces? Números 22:28
Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! Lucas 12:24

¿CURIOSIDAD O COMPASION?

Lectura: Juan 9:1-12.
"Y le preguntaron [los] discípulos [de Jesús], diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?" Juan 9:2
¿Por qué, cuando escuchamos acerca de alguien que está sufriendo, estamos más interesados en los detalles de qué, por qué, cuándo, y dónde, que en cómo podríamos ayudar?
Cuando los discípulos pasaron junto al mendigo ciego (Juan 9:1), su curiosidad en cuanto a por qué estaba sufriendo fue mayor que la posibilidad de tenderle la mano y ayudarlo. «¿Quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?» preguntaron (v. 2). Su pregunta sorpresa para Jesús reveló que estaban terriblemente fuera de sintonía con el corazón de su Maestro. De hecho, por detrás de su pregunta estaba rondando un espíritu sentencioso -un deseo de saber a quién echarle la culpa- ¡como si eso hiciera que alguien se sintiera mejor!
Afortunadamente, Jesús proporcionó el modelo para una respuesta compasiva. En vez de especular o condenar, hizo acopio de todos Sus recursos para ayudar, lo cual en este caso significó dar sanidad total. Dejó muy claro que la ceguera del hombre tenía como propósito ofrecer un momento para que Dios fuera magnificado por medio del toque compasivo de Jesús.
¿Sientes curiosidad acerca del problema de alguien? Asume el estilo de Jesús y ve más allá del punto de la curiosidad hasta llegar al punto de la necesidad de dicha persona. Tiéndele la mano y toca el dolor de alguien. Muestra el amor compasivo de Jesús en acció.
¿Quieres ser como Jesús? Reemplaza la curiosidad por la compasión.

sábado, 3 de octubre de 2009

EL PERDON

MAMA.... EL PASTOR DE TI !!!

Después de mucho tiempo una señora volvió a ir al culto con su hijita. Por causa de su trabajo no podía asistir a los cultos matinales; por eso fue en la noche. El pastor habló en esa ocasión acerca de la negligencia de muchos en cuánto al cumplimiento de sus deberes cristianos: No leen la Biblia, descuidan la asistencia a los cultos, etcétera.
La niñita escuchaba atentamente el sermón y, cuando oyó que el pastor hablaba del descuido de muchos padres, se volvió a su madre y, confiada, le dijo:
“¡Mamital ¿Te habla a ti el pastor?” Estas palabras fueron un flechazo para el corazón de la madre que permaneció callada. Esa ingenua pregunta de su propia hijita fue para ella un sermón vivo y eficaz.
Sería conveniente que también nosotros tuviésemos a alguien que nos formulara esta pregunta mientras escuchamos el sermón de nuestro pastor. Sin embargo, tantas veces escuchamos el sermón de un pastor con el fin de criticar, o para oir al orador tras el sermón, o para oir por oir porque estamos con el reloj en la mano calculando el tiempo que tarda.
Sí, es conveniente que nos preguntemos, a veces, durante el culto: “¿Te habla a ti el pastor?” O para ser más exactos preguntémonos así: “¿No te está hablando Dios a ti por medio del pastor?”—L. Gross.
Dios siempre habla. Continuamente habla. De muchas maneras Él habla. Habla directo al corazón, a través de la BIblia, a través de personas incluyendo el pastor en sus sermones, amigos y a través de las circunstancias de la vida. Ya lo estas oyendo?
Cuando fue la última vez que fuiste a la Iglesia? Qué te dijo Dios allí?
No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad. Hech 2:46
Las palabras de los sabios son como aguijones. Como clavos bien puestos son sus colecciones de dichos, dados por un solo pastor. Ecle 12:11

LEE UN LIBRO PROHIBIDO

Lectura: Jeremías 36:1-8, 21-26.
“Escribe… todas las palabras que te he hablado… y se arrepienta…y yo perdonaré su maldad y su pecado” Jeremías 36:2-3
La Asociación de Bibliotecas de los Estados Unidos ha designado esta semana como la Semana de los Libros Prohibidos para celebrar la libertad de leer y de expresar nuestra opinión «incluso si dicha opinión pudiera considerarse poco ortodoxa o impopular».
La Biblia es el libro más vendido de todos los tiempos, pero está prohibida en algunas partes del mundo porque se considera peligroso. Sin embargo, la Biblia es peligrosa sólo para aquellos que temen descubrir que están equivocados.
Es peligrosa para aquellos que explotan a los débiles y los inocentes, que hacen uso de la fuerza para mantener a los demás esclavizados en la pobreza y la ignorancia, que no quieren renunciar a su pecado favorito, que creen que hay caminos alternativos a la salvación de Cristo.
A nadie le gusta que le digan que está equivocado. Nadie quiere escuchar que su comportamiento le está poniendo a él y a aquellos a quienes ama en peligro o que la paciencia de Dios finalmente se agotará. Pero ese fue el mensaje que Dios le dio a Jeremías para que lo escribiera (Jeremías 36:2). Cuando Su mensaje le fue leído al rey Joacim, éste cortó el rollo y lo echó al fuego (v. 23).
La única manera de saber que estamos en lo correcto es estando dispuestos a descubrir dónde estamos equivocados. Lee el libro prohibido más vendido de todos los tiempos, y permítele revelarte la verdad acerca de Dios -y acerca de ti mismo.
La Biblia nos muestra un cuadro de quiénes somos en realidad.