sábado, 1 de agosto de 2009

¿ESTAS LISTO?

Lectura: Hebreos 4:1-7.
“Si oyereis hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones” Hebreos 4:7
Fue una noche de fuertes emociones para nuestra familia. A las11:30 de la noche recibí una llamada de mi hijo Esteban. «Papá, me voy a Irak». «¿En este momento?» -pregunté incrédulo. «Sí, estoy listo para partir». Horas antes ese mismo día, nuestro hijo, que es miembro del cuerpo de la Marina (paramédico) me había dicho que creía que todavía pasarían varios meses antes de que fuera para allá.
Hablamos un poquito más hasta que Esteban tuvo que colgar. Luego siguieron las llamadas a la familia para hacerles saber a nuestras hijas lo que estaba sucediendo. Ellas llamaron a su hermano para desearle lo mejor y orar por él -y eso fue todo.
Al cabo de dos horas llenas de agitación, Esteban mandó un mensaje de texto: «Ya no vamos. Estamos de regreso». Un viaje en helicóptero de ida y vuelta a otro estado fue todo lo que Esteban viajó esa noche, pero aún así fue una experiencia valiosa. Puso a prueba la buena disposición de estos soldados. El ejército tenía que saber que, cuando viniera el llamado, los miembros del cuerpo estarían mentalmente listos para ir.
Nosotros no tenemos ese tipo de práctica cuando se trata de estar listos para la eternidad. Nadie sabe cuándo partiremos de este mundo por medio de la muerte o seremos llevados al hogar celestial cuando Jesús venga de nuevo.
Si se te llamara a la eternidad hoy, ¿estarías listo para encontrarte con Dios cara a cara? ¿Le has abierto tu corazón a Él? (Hebreos 4:7). ¿Tus pecados han sido perdonados? ¿Estás listo para partir?.
El llamado de Dios puede venir en cualquier hora, ¡así que estemos listos en todo tiempo!

viernes, 31 de julio de 2009

JESUS ADRIAN ROMERO Y ALEX CAMPOS – RAZONES PA ´ VIVIR

TREINTA Y SEIS HORAS AL LADO DE LA MUERTE

Fue larga la borrachera de esa noche. Eran jóvenes y tenían pocos años de casados, y sin embargo el licor era su única distracción. Scott Osborn, de veintiocho años de edad, y Diana France, de veintiséis, de Rotherham, Inglaterra, bebieron esa noche como nunca.

Al día siguiente Diana no despertó en todo el día, y Scott siguió con sus tragos. Al tercer día Diana tampoco se movió de la cama, y Scott siguió al lado de ella, sin dejar de beber. Por fin Scott se dio cuenta de que ella estaba muerta. Él había estado acostado al lado de un cadáver durante treinta y seis horas.

¡A qué extremos de horror y tragedia conduce el vicio del alcohol! Esta pareja, ambos licenciados, tenían buenos empleos con buenos salarios. Tenían un apartamento bien amueblado y adornado. Pudieran haber sido felices, con placer sano y normal. Pero escogieron el alcohol como pasatiempo principal. Y el designio franco del alcohol es siempre liquidar a su víctima.

Igual que Scott, toda persona dominada por el alcohol vive al lado de un cadáver. Vive, en primer lugar, al lado del cadáver de su inteligencia y su raciocinio, porque el alcohol liquida las facultades de la razón.

Vive también junto al cadáver de su personalidad. El alcohol destruye su verdadera identidad. Vez tras vez se dice del alcohólico: «Cuando está en su sano juicio es una bella persona, pero cuando bebe unas copas de más, ¡es una fiera»!

Con el alcohol se vive también junto al cadáver de un destino brillante y progresista. Hay millones de hombres talentosos y capaces, con perspectivas deslumbrantes, cuyo futuro el alcohol ha desintegrado. Hombres inteligentes, verdaderos genios que, anulados por el alcohol, se hunden en el fracaso.

Sobre todo, el alcohólico vive junto al cadáver de su conciencia moral, esa elevada facultad que distingue al ser humano de la bestia. Con una conciencia muerta, la persona pierde toda noción de compromiso, de responsabilidad, de honor.

Si hoy usted está en las garras de ese enemigo implacable, en primer lugar, reconózcalo. Admítalo ante todos los suyos, y especialmente ante su cónyuge. Diga abiertamente: «Yo soy un alcohólico.»

Luego busque la ayuda de algún grupo de apoyo. Yo le recomiendo el grupo «Alcohólicos Anónimos». Finalmente, sométase al señorío de Cristo. Alléguese a alguna congregación de personas que sirven de todo corazón al divino Creador. Dios tiene el poder para librar de las garras del alcohol a cualquiera que se lo pida. Él quiere darle una nueva vida. Busque a Dios como quien busca la vida misma.

Hermano Pablo

jueves, 30 de julio de 2009

LAS HUELLAS SOBRE LA ARENA



Una noche un hombre tenía un sueño. Soñaba que recorría la playa con el SEÑOR. A través del cielo centelleaban las escenas de su vida. Para cada escena, él notó dos conjuntos de huellas en la arena; una que le pertenecía a él, y otra al SEÑOR.

Cada vez que pasaba una escena de su vida ante de él, miraba hacia atrás las huellas en la arena. Notó que muchas veces a lo largo del el camino de su vida había solamente un conjunto de huellas. Esto ocurría en los momentos más difíciles y tristes de su vida.

Esto lo incomodó y preguntó al SEÑOR: "SEÑOR, tú me dijiste que una vez que decidiera seguirte, recorrerías conmigo todo mi camino. Pero he notado que durante los más difíciles momentos de mi vida, había solamente un conjunto de huellas. No entiendo por qué cuando más te necesité tú me dejaste solo."

El SEÑOR contestó: "mi amado, amado hijo, yo nunca te dejé solo. Durante tus épocas de sufrimiento, cuando tú viste solamente una huella, yo te llevaba en mis brazos."

DEJA QUE TU PADRE TE DÉ UN BESO


La balsa de goma corrió desbocada sobre los furiosos rápidos del río Colorado, en el Gran Cañón. Navegaban en la balsa tres hombres impetuosos. De repente la balsa dio contra una afilada punta de una roca, y estalló como un globo. Los tres hombres cayeron a las turbulentas aguas.

Harris Frank, de sesenta y cinco años de edad, hombre recio y duro, luchó por su vida. Tenía una clavícula fracturada y la mano izquierda casi seccionada. De los otros hombres, su hijo John de cuarenta años, y su nieto Tyler de dieciocho, no supo nada. En su agonía clamó a Dios diciendo: «Señor de los cielos, sálvame a mí y sálvalos a ellos.» Después de dos horas fue rescatado.

Cuando su hijo y su nieto fueron a verlo al hospital, Harris Frank, con lágrimas en los ojos, dijo: «Deja que tu padre te dé un beso.» Este era el primer beso que aquel padre le daba al hijo en cuarenta años de vida.

Harris Frank no era un hombre malo. Era un hombre duro, eso sí, de los que piensan que besar a un hijo es señal de debilidad, cosa de mujeres. Pero él no era malo. Sin embargo, esos momentos de peligro, cuando parece que se ha llegado al fin de la vida y se abre por delante el abismo negro de la muerte, sirven para ablandar la mente y el corazón. El hombre más duro se enternece, y los ojos sin lágrimas se humedecen.

Muchos padres piensan que para hacer que sus hijos sean hombres tienen que tratarlos con dureza e insensibilidad. No deben nunca mostrarles cariño ni darles un abrazo. Pero cuando acecha la muerte o golpea la desgracia, se dan cuenta de que la vida natural no es así. Ellos también, por duros que sean, sienten emociones que los mueven a llorar, a asustarse y a clamar a Dios. Cuenta Harris Frank, en su relato, que vio una especie de catedral blanca en los cielos, y eso lo hizo clamar a Dios.

¿Cómo debe relacionarse, entonces, el padre con su hijo? Si el hijo está en la cunita y todavía viste pañales, debe ir y darle un beso. Si el hijo tiene dieciocho años y está sufriendo sus primeros problemas emocionales, debe abrazarlo, darle un beso y confortarlo. Y aun si el hijo tiene cuarenta años de edad y está pasando por una crisis en su vida, debe darle un abrazo y un beso. ¿Acaso por eso deja de ser su hijo?

Los hijos, especialmente los hijos varones, necesitan ver en su padre esa transparencia emocional que les asegura que son amados de quien más necesitan amor. Amemos a nuestros hijos con el amor con que Dios ama a su Hijo Jesucristo, y lloremos con ellos.

Hermano Pablo

COMO DIOS ES MI TESTEGO

Para algunos en 1980, uno de los episodios más divertidos de la televisión, formaba parte de la serie cómica WKRP en Cincinnati. Se desarrollaba en una pequeña estación de radio de Ohio, el Día de Acción de Gracias. La estratagema era elaborar una promoción, en que el gerente de publicidad decidía regalar pavos, a clientes que patrocinaran un centro comercial local.
Mientras planeaban la campaña publicitaria, realzada por un aeroplano que sobrevolara y una estructura para control remoto de noticias en vivo, el personal administrativo tenía la certeza de que esto sería la campaña promocional más exitosa, jamás realizada.
No obstante, el gerente de la estación supo pronto que, una vez más, había sobrestimado el talento elemental de su gerente de publicidad. Los admiradores de WKRP, recordarán por mucho tiempo la caótica transmisión de radio, los clientes espantados y los encargados de atenderlos, corriendo, dando gritos y esquivando los pavos vivos, que fueron en palabras del estremecido reportero de noticias, “dejados caer como bolsas de cemento mojado”, arrojados desde el aeroplano que volaba sobre el centro comercial.
Pocos espectadores olvidarán la aturdida apariencia en el rostro del gerente de la estación, mientras un sonrojado y perplejo hombre de publicidad, sostenía su mano en alto para jurar: “Como Dios es mi testigo, ¡pensé que los pavos podían volar!”
Con un poco de suerte, la lección más importante aprendida es: “Como no sabemos todo, es saludable preguntar”. Y es ahí cuando somos coronados de humildad como un maravilloso regalo de Dios. no te avergüences de indagar acerca de lo que ignoras, tan sólo recuerda los pavos.
Santiago 4:6
Pero Él da mayor gracia. Por eso dice: “Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes.

INSTANTANEAS DEL TIEMPO

Lectura: Salmos 90:1-12.
“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” Salmos 90:12
Los diseñadores de una innovadora página web en Internet llaman a su creación una «instantánea» de nuestro mundo. Cada hora, las computadoras monitorean las fuentes internacionales de noticias, seleccionan las palabras y las fotografías que aparecen con mayor frecuencia y luego las muestran en una imagen interactiva. Con el tiempo, estas instantáneas de cada hora componen un mosaico de los eventos que se están desarrollando en el mundo.
Si una computadora pudiera rastrear nuestras palabras y nuestras acciones, ¿qué revelaría una instantánea de ayer? Después de semanas y meses, ¿qué patrones surgirían? ¿Y qué tema dominaría el mosaico final de nuestras vidas? El Salmo 90, una oración de Moisés, el hombre de Dios, es una mirada poderosamente sincera a la brevedad y la importancia de la vida. El autor compara toda una vida con un sueño o con una brizna de pasto y Le pide a gritos a Dios: «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría» (v. 12).
A menudo, nuestros días parecen tan poca cosa y, sin embargo, llegan a significar mucho. La Biblia en Lenguaje Sencillo presenta el versículo 12 de este modo: «Enséñanos a pensar cómo vivir para que nuestra mente se llene de sabiduría». Es una oración por las instantáneas de la vida vislumbrando la imagen final.
Cuando todas las fotografías de nuestra vida se pongan sobre la mesa, éstas revelarán nuestras palabras y nuestras acciones recurrentes. ¿Qué historia contarán? Vale la pena considerar esto al elegir lo que haremos cada día.
Lo que cuenta no es cuánto tiempo vives, sino cómo lo vives.