Hoy debo aprender que no todo en la vida es ganancia, también es perdida y aún en la vida cristiana hay que aprender a perder. Aún el Señor Jesús perdió…perdió algunos de sus discípulos cuando fue claro en su mensaje y a os pocos que le quedaron él les dijo…Queréis vosotros iros también? Perdió su respeto, porque fue ultrajado y herido. Perdió sus ropas y perdió hasta su vida.
El Apóstol Pablo también dijo en su carta a los Filipenses, “Lo he perdido todo por amor a Cristo”. En la vida cristiana entiendo que nunca podré entrar en la dimensión total de las ganancias en Cristo hasta que no asisto a mi propio funeral. No podré extender mi mano para apropiarme de las bendiciones hasta que no aprenda a entregarle todo a él. Y cuando quiero aferrarme a algo entonces lo pierdo. Jesús dijo claramente, el que quiera salvar su vida la perderá. Si, hay que perder bastante. Desde que me acerque a Cristo perdí mucho, más todo lo que perdí se torno en ganancia en la dimensión espiritual que es la más genuina y verdadera ganancia.
Hoy aprenderé a perder. No quiero ser solo un triunfalista que no quiere entregar nada y no quiere perder algo. Lo que quiero es ser un vencedor y todo vencedor pierde algo en la batalla. Todo caminante pierde algo en el camino . Todo comerciante pierde algo en sus negocios.
Lo que pierdo no se pierde….se convierte en semilla que aunque muere termina dando vida. De que sirve uno de los que siempre gana si al final del camino termino perdiéndolo todo. Quiero ser de los pierden en el camino para al final del sendero encontrarlo todo reunido en una persona…Jesús.