jueves, 23 de julio de 2009

AMOR, ENC

Lectura: Colosenses: 3:12-17.
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús” Colosenses 3:17
Cuando escuché acerca de la agencia de servicios llamada Amor, ENC., asumí que se refería a Amor, Empresa Nacional Corporativa (o algo así). Pero en verdad significa Amor -En el Nombre de Cristo. La meta de la organización es movilizar a las iglesias a alcanzar y a ayudar a un mundo sufriente y necesitado en el nombre de Cristo.
A lo largo de la historia, las personas han dicho que actúan en el nombre de Jesús, cuando en realidad lo hacían para su propio beneficio. Durante la Segunda Guerra Mundial, hubo quienes algunas veces racionalizaron los horrores del Holocausto al catalogar a los judíos de «Asesinos de Cristo». Hoy, los grupos racistas osan incluir el término «cristiano» en su nombre o propaganda mientras hacen uso de la violencia y el odio para intimidar a las personas.
La Palabra de Dios está tan saturada de la palabra amor que es difícil imaginar cómo alguien podría justificar cometer actos aborrecibles en el nombre de Cristo. El amor está en el corazón del Evangelio: el amor de Dios fue lo que motivó el sacrificio de Jesús en la cruz. «En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a Su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él» (1 Juan 4:9).
Como seguidores agradecidos de Jesús, se nos dice que «hagamos todo en el nombre del Señor Jesús» (Colosenses 3:17). Cuando Le representamos a Él ante otras personas en palabra y hecho, ellas deben ver amor, en el nombre de Cristo.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres,… y no tengo amor, de nada me sirve.

miércoles, 22 de julio de 2009

HOY..DIOS ME MUESTRA SU AMOR EN SU HIJO JESUCRISTO

Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Mateo 11:27
Dios le extiende Su amor a todos pero sólo aquéllos que reciben a Su Hijo reciben Su amor. Es exactamente como dar regalos en Navidad o en un cumpleaños. Alguien puede envolver un regalo y dártelo, pero es verdaderamente tuyo sólo cuando tú lo tomas y lo abres.
El aceptar a Jesús en tu corazón es la única forma de recibir el amor de Dios. Las personas no han recibido el amor de Dios hasta que reciben a Jesús.
Esta verdad también define cómo le expresamos nuestro amor a Dios. La manera fundamental de amar a Dios es recibiendo y aceptando Su amor por nosotros.
Su amor siempre es primero. Nuestro papel no es el de generar amor para Él o surgir con formas de demostrar nuestro amor; la grandeza de Su amor ha dispuesto para nosotros que simplemente abracemos Su amor. Es como ser invitados a una cena. Nuestro anfitrión quiere que aceptemos la invitación y nos presentemos. Punto.
Jesús nos cuenta una parábola de un gran banquete de bodas que iba a ser ofrecido por un noble. (Lee Mateo 22:1-14.) Él convidó a todos los de su lista de invitados cuidadosamente preparada, pero casi todos estaban demasiado ocupados con otras cosas como para querer asistir. Así que este noble promulgó el aviso de que todas y cada una de las personas estaban bienvenidas para disfrutar la celebración.
Las personas con diferentes ocupaciones y de todos los estratos sociales se presentaron el gran día. Pero un invitado estaba vestido inadecuadamente para la boda. Lo echaron fuera.
Jesús resaltó varios puntos significativos con esta parábola.
Ninguno de los invitados a la boda se había ganado el derecho a estar ahí. Pero todos fueron bienvenidos; ninguno fue rechazado.
Estos mismos principios se aplican al gran banquete de la boda de Cristo y Su novia. Nos han invitado a todos. Lo único que nosotros hacemos es aceptar la invitación gratuita, y reconocerla como una ocasión especial por la vestimenta que llevemos puesta.
¿Cuál es la vestimenta adecuada, sin la cual no podemos asistir al banquete del Cielo?
El amor de Dios da, se extiende y activamente se nos ofrece a ti y a mí. A cambio, nuestro amor debe recibir, abrazar y aceptar activamente Su amor.
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. — Juan 1:11

Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas.
Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas. Juan 3:19-20

Hoy aceptaré ese amor manifestado a través de su hijo Jesucristo .
Señor Gracias por mostrar tu amor infinito de tu Hijo Jesucristo y quiero abrir mi corazón a ti en la obra del Calvario. En el Nombre de Jesús. Amén.

ELTAMAÑO DE LAS PERSONAS

Los tamaños varían conforme el grado de compromiso…
Una persona es enorme para uno, cuando habla de lo que leyó y vivió, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe inocente.
Es pequeña cuando solo piensa en si misma, cuando se comporta de una manera poco gentil, cuando fracasa justamente en el momento en que tendría que demostrar lo que hay de más importante entre dos personas: la amistad, el cariño, el respeto, el celo y asimismo el amor.
Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo.
Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra, no de acuerdo con lo que esperan de ella, pero de acuerdo con lo que espera de sí misma.
Una persona es pequeña cuando se deja regir por comportamientos clichés. Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una relación, puede crecer o disminuir en un espacio de pocas semanas.
Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande. Una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo.
Es difícil convivir con esta elasticidad: las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos. Nuestro juzgamiento es hecho, no a través de centímetros y metros, sino de acciones y reacciones, de expectativas y frustraciones.
Una persona es única al extender la mano, y al recogerla inesperadamente, se torna otra. El egoísmo unifica a los insignificantes. No es la altura, ni el peso, ni los músculos que tornan a una persona grande… es su sensibilidad, sin tamaño.

Willian Shakespeare

Haré de ti una nación grande,y te bendeciré,y engrandeceré tu nombre,y serás bendición. Génesis 12:2 Les aseguro que entre los mortales no se ha levantado nadie más grande que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Mateo 11:11 Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos

ESTAMOS CONECTADOS

Lectura: Romanos 12:3-13.
“Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros” Romanos 12:5
Una estación de monitoreo de aire sobre una montaña en California ha detectado partículas llevadas por el viento que volaron a través del Océano Pacífico desde plantas de energía a carbón y fundiciones a miles de kilómetros de distancia. Algunos expertos predicen que, un día, las economías en expansión en otras naciones, podrían ser las responsables de un tercio de la contaminación en California. Sin embargo, Estados Unidos continúa siendo el mayor emisor de gases con efecto invernadero del mundo y otras naciones están sintiendo los efectos del consumo de energía de este país.
Un informe de la agencia de noticias Associated Press citó al científico atmosférico Dan Jaffe: «Ya no hay lugar donde podamos esconder nuestra contaminación». Todas las naciones comparten la atmósfera del mundo y las acciones de cada una de ellas afecta las demás.
Un principio similar funciona en la comunidad global de aquellos que siguen a Jesucristo. A todos nos incumbe las vidas de los demás porque nuestras acciones, buenas y malas, afectan a otros cristianos. En el cuerpo de Cristo, cada miembro le pertenece a todos los demás (Romanos 12:5). Debido a ello, se nos insta a ejercer nuestros dones espirituales (vv. 6-8), y a ser amorosos, fieles en la oración y generosos (vv. 10-13).
Puede que nuestra obediencia al Señor parezca insignificante al ver todo el panorama, pero da un aliento de frescura y vida a la atmósfera espiritual de cada creyente.
Cuando los creyentes influyen unos en otros para bien, el cuerpo de Cristo se mantiene saludable.

martes, 21 de julio de 2009

LA CARRERA CONTINUA

El 24 de marzo de 2007 a Isidre Esteve le cambió la vida para siempre. Durante una competencia en España perdió el control de su moto y al caer ser rompió dos vértebras, quedando inválido de la cintura para abajo.
Menos de dos años después, el español se encuentra en Chile compitiendo en su undécimo Rally Dakar, pero ahora lo hace en un vehiculo especialmente acondicionado para su lesión, de modo que este impedimento interfiera lo menos posible.

En ocasiones “malas maniobras” en nuestra vida provocan cambios radicales. Literalmente, “perdemos el control” de nuestros propios actos.


Asi, como Isidre, de pronto, abrimos nuestros ojos y violentamente nos encontramos con grandes limitantes que nosotros mismos provocamos y parecen gritarnos: No podrás continuar!..
…Un pecado..da como resultado la perdida de tu lugar en el Ministerio…
Una mala reacción con un ser querido… da como resultado una relación rota!
Una mala gestión en tu trabajo…da como resultado la pérdida de tu fuente laboral! etc, etc, etc.

Podríamos hacer una lista interminable de malas maniobras que desembocan en enormes impedimentos.

Cuando la prensa entrevistó a Esteve, el dijo que se planteó una meta modesta para su primer carrera de regreso a las pistas, aunque no por ello menos complicada: “Poder terminar la carrera”!

Steve pudo quedarse en casa lamentando su “mala maniobra”…
Pudo convertirse en un hombre amargo y frustrado…pero el tomó actitud de ganador.

Podemos también, después de sufrir las consecuencias de malas acciones o malas decisiones, encerrarnos a llorar nuestro fracaso, o bien, prepararnos para la próxima carrera…

Hebreos 12:1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante…

Te invito…prepárate para la próxima carrera…esto aún no ha terminado!

Autora: Janette de Contreras
Pastora –Consejera Cristiana

ministeriofamiliar@hotmail.com
CHILE.

lunes, 20 de julio de 2009

LA VIDA ES LO QUE HAGAS DE ELLA

Una pintura en un antiguo templo muestra a un rey forjando una cadena de su corona y cerca, otra escena muestra a un esclavo convirtiendo su cadena en corona. Debajo de la pintura se encuentra esta inscripción: “La vida es lo que hagas de ella, no importa de lo que esté hecha”.
Puede que hayas nacido con ciertos “ingredientes”, igual que un dulcero puede encontrar elementos como harina, azúcar y aceite en su cocina, pero lo que tú creas con los talentos y las habilidades que Dios te ha concebido, ¡depende de ti!
Vive tu vida de tal forma que pueda ser medida de acuerdo con estas palabras de un poeta anónimo:
No, “¿Cómo murió él?” sino “¿Cómo vivió?
No, “¿Qué ganó?” sino “¿Qué ofreció?”
Estas son las unidades con la que se mide el valor de un hombre como hombre, sin importar su nacimiento.
No, “¿Cuál fue su puesto?” sino, “¿Tenía corazón?”
Y, “¿Qué hizo con lo que Dios le dio?”
“¿Tenía siempre a flor de labios una palabra de ánimo para hacer regresar una sonrisa, para desvanecer una lágrima?”
No, “¿Cuál era su santuario?” tampoco, “¿Cuál era su doctrina?”
Sino, “¿Se mostró amigo de aquellos en verdad necesitados?”
No, “¿Qué decía la nota en el periódico?”
Sino, “¿Cuántos se apenaron cuando el murió?
“Cuando tú naciste, llorabas y el mundo se regocijaba.
Vive tu vida de tal forma que cuando mueras el mundo llore y tú te regocijes”.
Proverbios 10:7
La memoria del justo es bendita

FECHA DE VENCIMIENTO

Lectura: Salmos 139:7-18.
“Mi embrión vieron Tus ojos, y en Tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas” Salmos 139:16
Check Montague estaba sometiéndose a una extensa serie de tratamientos en un centro contra el cáncer lejos de casa. Luego sus tratamientos se vieron abruptamente interrumpidos por otra enfermedad médica. Pero Dios contestó a la oración y eliminó el problema. Posteriormente, cuando Chuck dio testimonio en su iglesia una vez de vuelta en casa, habló de su gratitud por las oraciones del pueblo de Dios y las verdades de Su Palabra que le habían ministrado tanto a él como a su esposa, Janet.
A veces, Chuck se había preguntado si sobreviviría o no. Ese pensamiento le llevó a las Escrituras y leyó cuidadosamente el Salmo 139. Su atención se centró en el versículo 16, el cual dice: «Mi embrión vieron Tus ojos, y en Tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas». Antes de nuestra creación, el Señor «escribió» todas nuestras cosas. «Mi espíritu fue confortado al saber que mi vida está en las manos de Dios», dijo Chuck. «Cada botella de leche o cada lata de atún tiene una fecha de vencimiento. Bueno, yo también… El tiempo de Dios es el mejor».
Al sufrir enfermedades o al envejecer, naturalmente pensamos más en la muerte. Si somos creyentes en Cristo, podemos estar confiados en que la muerte es una puerta abierta a la vida eterna con Jesús. Junto con el salmista David, nos consuela la verdad de que el Dios que nos ama conoce nuestra «fecha de vencimiento».
El tiempo de Dios es perfecto –incluso en la muerte.