viernes, 12 de junio de 2009

LA PIEDRA DE TOQUE

Cuando la gran biblioteca de Alejandría se quemó, dice la leyenda, que un libro se salvó. Pero no era un libro valioso; así que un hombre pobre que podía leer un poco, lo compró por unos cuantos centavos.
El libro no era muy interesante, pero entre sus páginas había algo de veras interesante. ¡Era una delgada lámina de pergamino sobre el cual estaba escrito el secreto de la “piedra de toque”!
La piedra de toque era una piedrecilla que podía convertir cualquier metal común en oro puro. La escritura explicaba que yacía entre miles y miles de otras piedrecillas que se veían igual que ella. Pero el secreto era este: la piedra genuina estaría cálida, mientras que las demás están frías. Solo había que buscarla.
Así que el hombre vendió sus pocas pertenencias, compró algunos suministros básicos, acampó en la playa y comenzó a probar las piedrecillas.
Él sabía que si recogía piedras ordinarias y las tiraba de nuevo por estar frías, podría recoger la misma piedrecilla cientos de veces. Así que cuando sentía que una estaba fría, la tiraba al mar. Invirtió un día completo haciendo esto, pero ninguna de ellas resultó ser la piedra del toque. Sin embargo él continuó haciéndolo. Recogía una piedrecilla. Fría: la tiraba al mar. Recogía otra. La tiraba al mar.
Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Un día, sin embargo, después del mediodia, recogió una piedrecilla y esta estaba caliente. La tiró al mar antes de darse cuenta de lo que hacía. Había desarrollado un hábito tan fuerte de tirar cada piedrecilla al mar que cuando encontró la que buscaba, la tiró cuando se percató que la última esta caliente ya era muy tarde..
Así pasa con la oportunidad. A menos que estemos atentos, es fácil fallar en reconocer una oportunidad cuando se nos presenta y es igual de fácil echarla por la borda.
Autor Desconocido; Bits & Pieces, Economics PressFuente:
www.AsAManThinketh.net
No dejemos que las oportunidades se nos pierdan. Podemos desarrolar tanto el hábito de tirar las pequeñas oportunidades que Dios nos dá, que puede ser que en un instante tiremos la que era la más grande de las oportunidades.
Su señor le respondió: ‘¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!’ Llegó también el que recibió dos mil monedas. ‘Señor –informó–, usted me encargó dos mil monedas. Mire, he ganado otras dos mil.’
Su señor le respondió: ‘¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!’ “Después llegó el que había recibido sólo mil monedas. ‘Señor –explicó–, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y recoge donde no ha esparcido.
Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo.’ Mateo 25:21-25

¿QUIEN SOSTENE LA COPA?

Lectura: Mateo 26:36-46
"La copa que el Padre Me ha dado, ¿no la he de beber?" Juan 18:11
¿Estás siendo llamado a probar alguna copa amarga de dolor o pérdida? ¿Estás siendo tentado a alejarla de ti? Puede que te estés preguntando: ¿Está Dios presente en esta situación? Si es así, recuerda la oscura y angustiante experiencia de Jesús y Su ejemplo en aquella noche en que fue traicionado.Nunca debemos olvidar que Jesús era Dios hecho hombre, teniendo tanto la naturaleza divina como humana. Por lo tanto, Él retrocedió ante la perspectiva de la agonizante crucifixión y la dura prueba de llevar amontonado el pecado del mundo sobre Su alma sin pecado. Y lo peor de todo, Él se estremeció ante la idea de ser abandonado por Su Padre. Así que suplicó: "Si es posible, pase de Mí esta copa" (Mateo 26:39). Sin embargo, después dijo en confiada sumisión: "La copa que el Padre Me ha dado, ¿no la he de beber?" (Juan 18:11). Él sabía que la mano que sostendría la copa para llevarla a Sus labios por nuestra redención, no sería la mano de Judas, Caifás o Pilato. Sería la mano de Su amoroso Padre que estaba decidido a redimir a nuestra perdida raza humana.Perplejos ante el misterio de semejante amor, adoptamos nuestra posición en el Calvario y creemos que cualquier copa que tomamos es llevada a nuestros labios por el Padre de amor y sabiduría inimaginables. La nuestra es una oración de confiada sumisión porque creemos que incluso la copa más amarga de la vida la sostiene la mano del Padre.
Aprendemos la lección de la confianza en la escuela de la prueba.

PASTORES MOISES, FALIN Y APOSTOL DARIO SOTO


Aquí están el Pastor Moisés, el Pastor falín y Apóstol Dario Soto.

PASTOR FALIN Y APOSTOL DARI SOTO


Aquí están nuestro Pastor Falín junto a el Apóstol invitado Dario Soto.

APOSTOL DARIO SOTO Y ESPOSA

Ayer jueves tuvimos como invitado especial a el Apóstol Jorge Luis Dario Soto y su esposa Emilia recién llegados de Costa Rica.

jueves, 11 de junio de 2009

BIEN CONOCIDO

Hay un tipo de ave marítima en el ártico que vive en peñascos rocosos de la costa donde miles de ellas se juntan en pequeñas áreas. A causa de la condición apiñada, las hembras ponen sus huevos uno junto al otro en una larga fila. Es increíble que un ave madre pueda identificar los huevos que le pertenecen. Los estudios muestran que incluso cuando uno de ellos se aleja cierta distancia, ella lo encuentra y lo lleva de vuelta a su lugar original.
Nuestro Padre celestial conoce a sus hijos mucho más íntimamente. Es consciente de todos nuestros pensamientos, emociones y decisiones. De la mañana hasta la noche presta atención personal a nuestros asuntos diarios. Abrumado por esa gloriosa realidad, el salmista exclamó en asombro: “Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; es muy elevado, no lo puedo alcanzar” (Salmo 139:6).
No sólo provoca esto nuestra alabanza, sino que también debería dar mucho consuelo a nuestros corazones. Jesús dijo a sus discípulos que el Padre sabe cuando un solo pajarillo cae a tierra. Puesto que la gente es de mucho más valor que los pajarillos, los hijos de Dios pueden estar seguros de su cuidado constante.
¡Qué maravilloso es ser una persona tan bien amada y “bien conocida”
El Señor conoce a los que son suyos. . . . –2 Timoteo 2:19.

UNA CURA PARA LA FRIVOLIDAD

Lectura: Miqueas 6:6-8.
"Qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios" Miqueas 6:8
Una vez escuché unas entrevistas a sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial. Los soldados recordaron cómo pasaron un día en particular. Uno se sentó en una madriguera; una o dos veces, un tanque alemán pasó por allí y él le disparó. Otros mataron el tiempo jugando a cartas. Unos cuantos se involucraron en furiosos tiroteos. Mayormente, el día transcurrió como cualquier otro. Más tarde supieron que acababan de participar en uno de los combates más grandes y decisivos de la guerra, la Batalla de las Ardenas. No se sintió decisivo en el momento porque nadie veía todo el cuadro.Las grandes victorias se ganan cuando personas comunes y corrientes ejecutan sus tareas asignadas.Cuando los seguidores de Ignacio (1491-1556) caían en períodos de frivolidad, él siempre recetaba la misma cura: "En momentos de desolación nunca debemos hacer cambio alguno, sino permanecer firmes y constantes en los propósitos y la determinación en los que nos encontrábamos el día antes de dicha desolación". Las batallas espirituales deben lucharse con las mismas armas que son más difíciles de empuñar en ese momento: la oración, la meditación, el auto-examen, y el arrepentimiento".Tal vez sientas que te encuentras estancando espiritualmente. ¡Mantente en tu tarea asignada! La obediencia a Dios -y sólo la obediencia- ofrece la salida a nuestra frivolidad.
Si sientes que tu fe se está deshilachando, vuelve al lugar donde soltaste el hilo de la obediencia.