domingo, 31 de mayo de 2009

HOY..NO OLVIDARE LOS PARENTESIS

“Le dijo el ángel: Cíñete, y levántate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme” Hechos 12:8.
Pedro en la cárcel, la Iglesia orando y Dios actuando milagrosamente. Ese día por la oración de la Iglesia un ángel apareció en la cárcel, un rayo de luz disipó la oscuridad y las cadenas que mantenían cautivo a Pedro se despedazaron , tres milagros consecutivos, pero de pronto al llegar al verso 8 del capítulo 12, los milagros cesan y continúan en el verso 9.El verso 8 del capítulo 12 de Hechos es lo que yo llamo el paréntesis de la oración. En el verso 8 se interrumpen los milagros y luego siguen los milagros en el verso 9. Qué es este paréntesis? El verso 8 indica que Dios hará lo que tu no puedes hacer, pero jamás hará lo que tu puedes hacer.Lo que el ángel le está indicando a Pedro es: Yo aparecí en la cárcel, traje luz y despedace las cadenas, porque eso no lo podías hacer tú, pero ahora hay algo que tú puedes hacer y eso no lo haré yo. Si quieres que los milagros continúen, hay cosas que debes hacer. Cíñete, porque yo no te voy a ceñir, átate las sandalias porque yo no te las voy a atar, envuélvete en tu manto porque yo no te voy a envolver y sígueme, porque yo no te voy a llevar en mis brazos.Cuantas veces queremos que Dios haga todo. Y nos olvidamos que hay cosas que él no va hacer..él no va hacer lo que nosotros podemos hacer. Nuestra vida devocional no es para pedir por lo que es nuestra responsabilidad hacer, sino para pedir por lo que nosotros no podemos hacer y él lo hará.Hoy, no ignoraré los paréntesis de la vida en los que Dios espera que yo haga mi parte. La vida cristiana no es solo para disfrutar milagros sino para ejercer responsabilidad. Tengo un alto grado de responsabilidad en la vida. Es fácil esperar que Dios haga todo lo que yo quiero, pero si olvido que Dios solo hará lo que yo no puedo hacer caeré fácilmente en la irresponsabilidad.
Señor, Gracias por los milagros que haces diariamente para demostrar tu bondad y gloria, pero ayúdame en este día a caminar con responsabilidad y cumplir con los deberes en los paréntesis que tú me abres en mi existencia. En el Nombre de Jesús, Amén.

SIGUE INTENTANDO

En 1894, un joven de dieciséis años encontró esta nota de su maestro de retórica en Harrow, Inglaterra, junto a su boletín de calificaciones: “Una notoria falta de éxito”. El joven continuó tratando y llegó a convertirse en uno de los oradores más famoso del siglo veinte. Su nombre fue Winston Churchill.
En 1902, un aspirante a escritor de veintiocho años de edad recibió una carta de rechazo del editor de poesía del The Atlantic Monthly. De regreso con un grupo de poemas que él había enviado, estaba esta graciosa nota: “Nuestra revista no tiene espacio para sus vigorosos versos”. Él continuó tratando, sin embargo y llegó a ver su obra publicada. El nombre del poeta era Robert Frost.
En 1905, la Universidad de Bern declinó una disertación de doctorado como muy elaborada e irrelevante. El joven estudiante de física, que escribió la disertación siguió esforzándose y llegó a desarrollar alguna de sus ideas como teorías generalmente aceptadas. Su nombre era Albert Einstein.
Cuando el rechazo sacude tu resolución y opaca tus metas, sigue intentando. ¡Si no te das por vencido, un día estarás viviendo tus sueños!.

Job 17:9El justo se mantendrá en su camino, y el de manos limpias más y más se fortalecerá

MULTA POR EXCESO DE VELOCIDAD

Lectura: Romanos 3:9-20.
"No hay justo, ni aun uno" Romanos 3:10.
Llevaba 34 años conduciendo en Singapur, ¡cuando recibí mi primera multa por exceso de velocidad! No era la primera vez que excedía el límite de velocidad, pero sí la primera en que me multaban por hacerlo. Mi primera reacción fue de indignación. Pero, al contemplar la lección espiritual, me di cuenta de que, sin importar cuánto tiempo había estado conduciendo sin una multa, seguía siendo responsable. Si puedo quebrantar una ley tan claramente definida como un límite de velocidad, piensa en lo fácil que es quebrantar la ley perfecta de Dios, la cual abarca cada aspecto de la vida. Nadie, sin importar lo moral o fervientemente religioso que sea, puede guardarla perfectamente. Pablo escribió: "Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado" (Romanos 3:20). Guardar la ley no puede salvarnos; más bien, por medio de la ley llegamos a estar conscientes de nuestro pecado (3:7-12). Esa es la razón por la que Dios envió a su Hijo a salvarnos. Necesitamos la justicia de Jesús, porque no podemos ser justificados por medio de nuestras buenas acciones. Pablo concluyó que somos "justificado[s] por fe sin las obras de la ley" (v. 28). Si has puesto tu fe en Cristo, puedes decir junto con Pablo: "Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado" (Romanos 4:7-8).
La ley de Dios nos muestra una necesidad que sólo la gracia de Dios puede proveer.

sábado, 30 de mayo de 2009

HOY.. VERE LIBERTAD

“Y las cadenas se le cayeron de las manos” Hechos 12:7b.
Libertad es vivir en el genuino movimiento de Dios en mi vida. Dios nos hizo con libertad y para dar libertad. Libertad no es libertinaje, es moverse en el río de Dios para penetrar todas las áreas de sociedad llevando las aguas sanadoras de su presencia.Libertad es ser quien soy tal como Dios me hizo sin que personas, eventos o circunstancias me controlen, manipulen o me anulen.Victor Frank le dijo a quienes lo mantenían sin libertad en un campo de concentración nazi. “ Ustedes me pueden quitar la libertad física, la familia, las cosas, pero nunca me podrán quitar mi libertad de decidir a quién perdonar. Yo hoy decido perdonarlos¨.Eso es Libertad.Gloria a Dios Una vida devocional trae libertad. A veces hay cadenas que quieren impedirnos ministrar como era la situación de Pedro. La oración activa el poder de Dios y las cadenas se despedazan ante nuestros atónitos ojos. Quizás te has sentido atado, encadenado sin poder ministrar al 100%. Activa tu vida devocional y verás las cadenas como se despedazan, amado.El Apóstol Pedro estaba preso y la Iglesia oraba y en un momento crítico y determinante no solo un ángel apareció en la cárcel y una luz resplandeció en medio de la oscuridad, pero aún Las cadenas que lo mantenían sin libertad fueron rotas.Si hoy no veo ni siento libertad. No veo Libertad en un ser querido, aún me queda el recurso de la oración y podré ver con mis ojos el poder libertador de Dios haciendo pedazos las cadenas y trayendo libertad a mi vida.Libertad es ver lo que mis ojos no ven pero mi espíritu detecta.Libertad es comprender que Dios existe y está listo para entrar en acción a favor de su pueblo.
Señor, gracias por darme libertad. Gracias por ser mi libertad. Las cadenas se despedazan ante tu presencia. Hoy, me acerco a ti con confianza y seguro de saber que no estoy solo en la cárcel circunstancial de mi vida. Este es un paraje pasajero porque tú medices. “Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libre”. Amén.

ANIMEMONOS

La próxima vez que sintamos que Dios no puede utilizarnos,
tan sólo recordemos que…
Noé fue un borracho.
Abraham era demasiado viejo.
Isaac era un soñador.
Jacob era un mentiroso.
Lea era fea.
José fue abusado.
Moisés tenía problemas al hablar.
Gedeón tenía miedo.
Sansón tenía el cabello largo y era un mujeriego.
Rahab era una prostituta.
Jeremías y Timoteo eran demasiado jóvenes.
David tuvo una relación ilícita y fue un asesino.
Elías tuvo pensamientos suicidas.
Isaías predicó desnudo.
Jonás huyó de Dios.
Noemí era una viuda.
Job estuvo quebrado.
Juan el Bautista comía langostas.
Pedro negó a Jesús.
Los discípulos se durmieron mientras oraban.
Marta se preocupaba sobre todo.
A María Magdalena le expulsaron siete demonios.
La mujer samaritana se había divorciado más de una vez.
Zaqueo era demasiado pequeño.
Pablo era demasiado religioso.
Timoteo tenía una úlcera…
¡Lázaros estuvo muerto!
Y Dios no ha terminado con nosotros todavía. Somos un vaso que Él puede y quiere usar, si nos hacemos disponibles tal y como cada uno de los personajes arriba estuvierondispuestos a estarlo.
Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.Juan 15:15

DE AQUI AL CIELO

Lectura: Efesios 2:1-10.
"Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras" Efesios 2:10
Algunas veces, los atletas y entrenadores profesionales reciben algo por nada. Digamos que un entrenador firme un contrato de tres años y el equipo acuerda pagarle un millón de dólares al año. Pero en su primera temporada, el equipo juega terrible y la administración despide al entrenador. Así que éste se va pero aún le quedan dos años más de paga por recibir. Recibe los siguientes dos millones de dólares sin hacer nada. Como cristianos, debemos tener cuidado de no ver nuestra fe salvadora bajo esa lupa. Nunca debemos pensar: "Oye, soy salvo. Tengo riquezas eternas en camino. No tengo que hacer nada por Dios". Eso es parcialmente correcto pero también muy equivocado. Por un lado, nuestro viaje de aquí al cielo está pagado en su totalidad por medio del sacrificio de Jesús. No hay nada que podamos hacer para ganar la salvación. Pero hay otra parte de esto que debemos considerar. En Efesios 2:8-9, después de que Pablo claramente dice que no tenemos que "hacer" nada y que la salvación es un "don de Dios", él prosigue diciendo en el versículo 10 que ciertamente tenemos un trabajo que hacer. Como creyentes, somos "creados en Cristo Jesús para buenas obras". Dios ha planeado tareas que debemos realizar mientras estamos en este mundo -no para pagar nuestra deuda sino para honrar a nuestro Salvador. La vida de aquí al cielo no es un crucero de vacaciones; es un maravilloso privilegio y llamado para servir a Dios.
No somos salvos por buenas obras sino para buenas obras.

viernes, 29 de mayo de 2009

FINALMENTE EN CASA

Lectura: Juan 14:1-6.
"Y si Me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí mismo, para que donde Yo estoy, vosotros también estéis" Juan 14:3
En enero de 1957, Jan y Hendrikje Kasper llegaron en barco hacia aguas estadounidenses. Su familia de 12 miembros, junto con otros inmigrantes holandeses a bordo del Grote Beer, se apiñaron en la cubierta para ver por primera vez la Estatua de la Libertad en el puerto de Nueva York. Esa visión inicial de la Dama Libertad fue emocionante y emotiva. Acababan de soportar una ardua travesía de once días a través del mar en un viaje nada lujoso. Habían dejado atrás a muchos amigos y familiares en los Países Bajos. Habían experimentado mares embravecidos ocasionados por un huracán y habían lidiado con mareos que parecían interminables. Pero ahora -finalmente- habían llegado. Este país se convertiría en su nuevo hogar. Algún día, aquellos de nosotros que hemos confiado en Jesucristo como nuestro Salvador personal dejaremos esta vida e iremos al lugar que Él ha preparado para nosotros (Juan 14:3). Puede que el viaje sea difícil o incómodo, pero ciertamente esperamos el destino final. El compositor Don Wyrtzen escribió la música para una maravillosa canción que ilustra nuestra vida terrenal como un "mar tempestuoso". Termina con estas palabras: Tan sólo piensa en pisar la orilla -¡y encontrar que es el cielo!En tocar una mano -¡y encontrar que es la de Dios! En respirar un aire nuevo -¡y encontrar que es celestial!En despertar en la gloria -¡y encontrar que es nuestro hogar! Cuando veamos a Jesús cara a cara por primera vez estaremos "finalmente en casa".
Aquellos que aman y sirven a Dios en la tierra se sentirán en casa en el cielo.