lunes, 25 de mayo de 2009

LA PIZARRA DE LA RANA

Cuando yo era muchacho, uno de mis pasatiempos favoritos era perseguir ranas junto a los bancos de una laguna que había cerca de mi casa.

Yo no sabía de sus singulares poderes visuales, los cuales les permitirían eludirme muy fácilmente. Más tarde me enteré de que el campo óptico de la rana es como una pizarra limpia, y que las únicas imágenes que recibe son objetos que le preocupan directamente.

Estos pequeños anfibios nunca se distraen con cosas que no son importantes, sino que son conscientes sólo de las cosas esenciales y de lo que pueda ser peligroso para ellos.

En la vida cristiana, a menudo nos inquietamos con cosas vanas del mundo. Dejamos que nuestra vida se llene tanto de preocupaciones materialistas e insignificantes que perdemos la perspectiva de las cosas que duran.

Las palabras del Señor no deben apartarse de nuestros ojos, sino que deben mantenerse siempre en nuestro corazón. Entonces nuestro campo de visión quedará limpio de cosas innecesarias, y veremos claramente lo que Dios quiere que hagamos.

Aprendamos de la pizarra de la rana y centremos la mirada en Cristo y en su voluntad para nuestras vidas. -MRD II

Proverbios 4: 20-21
Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones.
No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón.

Salmo 119: 37
Aparta mis ojos de mirar la vanidad, y vivifícame en tus caminos.

HOY..COMPRENDERE QUE TODO ESTA EN LA MANO DE DIOS

“Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios. Eclesiastés 9: 1.
Todo está en la mano de Dios, es una buena afirmación para emprender el día con la seguridad precisa que me exige la vida misma.
Que los justos y los sabios y sus obras están en la mano de Dios. Lo que Dios decida hacer conmigo y en mi hoy, es algo que solo le pertenece a su soberanía. Ya no me desesperaré para lograr mis propios anhelos, sino sabré esperar en su presencia para que se logren los objetivos divinos en mi. Si quiere auto-promoverme estaré dando un paso en falso en el largo puente de madera que me conduce al otro lado. Necesito conocer el plan de Dios para mi, para mantenerme en la perspectiva correcta, pero será él, quien toma la decisión en cuanto a como y cuando llegaré a la tan anhelada orilla opuesta.
Hoy recuerdo de Carlos Spurgeon quién, cuando aún contaba con treinta años de edad, tenía a cientos de personas haciendo cola bajo la nieve en espera de que el Tabernáculo de Londres abriera las puertas para oírlo predicar. No fue posible en ese tiempo construir un edificio lo suficientemente grande para dar lugar a toda la gente que lo quería escuchar. Aún antes de llegar a la edad madura era un ministro de la palabra, quien recibía muchas invitaciones y por lo tanto fue muy criticado. Spurgeon en una ocasión dijo:
“El éxito expone al hombre a la presión de la gente, y por tanto lo tienta a mantener sus logros mediante métodos y prácticas carnales, y a dejarse dominar plenamente por las exigencias ditactoriales de una incesante expansión. El éxito podrá subírseme a la cabeza; y lo hará a menos que yo recuerde que es Dios quien realiza la obra, que puede seguir haciéndolo sin mi ayuda, y que es capaz de proveerse de otros medios cuando quiera bajarme los humos”.
Señor, gracias en este día, porque se que tanto el justo como el sabio y sus obras están en tus manos. Nada de lo que pueda suceder y elevar mi orgullo, podrá tocarme si mantengo la perspectiva, de que todo está en tus manos.
No es lo que yo hago, eres tu quien realmente manifiestas tu poder. Señor, perdóname las veces que he permitido que la vanagloria inunde todo mi corazón y las veces que me he olvidado de que todo lo que sucede viene de tu mano
.

ME ENGAÑARON

Anochecía. Mi esposa y yo acabábamos de caminar por el famoso puente Charles en Praga cuando un hombre se nos acercó con un fajo de dinero en la mano. «Cuarenta y dos coronas checas por un dólar» –dijo. La tasa oficial era de unas 35 coronas por un dólar estadounidense. Así que cambié $50 por 2.100 coronas checas.
Esa noche le hablé a mi hijo de mi buena fortuna. «Papá, debí habértelo dicho –dijo disculpándose–. Nunca cambies dinero en la calle.» Miramos los billetes. El de 100 coronas era auténtico, pero los dos de 1.000 coronas no valían nada. Parecían dinero checo, pero eran billetes búlgaros que ya no estaban en circulación. Me habían engañado y me habían robado.
Satanás emplea tácticas similares (Juan 8:44). Se aprovecha del engaño del pecado usando sus «placeres temporales » (Hebreos 11:25) para ocultar el dolor que siempre viene después. El pecado puede ser atractivo, e incluso ofrecer algo que es bueno en sí mismo. Pero detrás de ello hay engaño.
Nuestra mejor defensa contra el engaño es tener un conocimiento cada vez mayor de la Palabra de Dios. Si imitamos el ejemplo del salmista nos guardaremos de ser engañados por el pecado: «En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.» (Salmo 119:11). –Dennis De Haan

CONSTRUYENDO PUETES

Lectura: Hechos 9:17-27.
"Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles" Hechos 9:27
Un nuevo creyente recientemente vino a nuestro servicio de adoración. Tenía el cabello largo, multicolor y en puntas. Estaba vestido con ropas oscuras y tenía muchos pendientes y tatuajes. Algunos se quedaron boquiabiertos y otros simplemente le dieron esa sonrisa de "qué bueno verte en la iglesia pero, por favor, no te sientes a mi lado". Sin embargo, hubo algunos durante los saludos que se acercaron para darle la bienvenida y aceptarle. Eran constructores de puentes.
Bernabé fue ese constructor de puentes para Saulo (también llamado Pablo). Cuando Saulo llegó a Jerusalén tres años después de su conversión, muchos discípulos estaban temerosos de él y dudaban de su transformación (Hechos 9:26). No tuvo un cálido recibimiento del comité de bienvenida de la iglesia de Jerusalén por buenas razones. ¡Saulo tenía una terrible reputación de perseguir a los cristianos! Pero Bernabé, un judío convertido, creyó en la obra de gracia de Dios en la vida de Saulo y se convirtió en un puente entre él y los apóstoles (v. 27).
Saulo necesitaba a alguien que estuviera a su lado para alentarle y enseñarle, y presentarle a los demás creyentes. Bernabé fue ese puente. Como resultado de ello, Saulo entró en una comunión más profunda con los discípulos en Jerusalén y pudo predicar el Evangelio allí con libertad y osadía.
Los nuevos creyentes necesitan a un Bernabé en sus vidas. Encuentra maneras en las que puedas ser un puente en las vidas de los demás.
Sé un puente de aliento para alguien hoy.

domingo, 24 de mayo de 2009

HOY..RECORDARE QUIEN ME FORMO

“ Así dice el Señor: Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío a quien yo escogí” Isaias 44: 2.
Hoy, al abrir mis ojos luego de una agradable noche, me quedé pensando que no estoy aquí por accidente, más por la voluntad agradable del Señor. Fue él quién me formó y porque me formó en el vientre de mi madre es que puedo estar seguro que hay propósito para mi vida, porque el Señor no hace nada sin propósito, aun cuando las circunstancias parezcan muy difíciles.
Mientras meditaba en esto recordé lo que un día leí en el libro Dónde esta Dios cuando sufrimos? El autor Philip Yancey describe nuestros primeros sufrimientos con propósito de la manera siguiente: “Su mundo es oscuro, protegido, seguro.
Usted está bañado por un líquido de temperatura agradable; amortiguado contra el sobresalto. No hace nada por si mismo: lo alimentan automáticamente, y el suave latir de un corazón le asegura que alguien más grande que usted suple todas sus necesidades.
Su vida consisten simplemente en esperar; no sabe exactamente qué es lo que le espera, pero cualquier cambio le parece distante y no lo atemoriza. No choca con objetos puntiagudos, ni con el dolor, ni con aventuras inquietantes.
Usted lleva una existencia magnífica.
Cierto día siente un tirón, las paredes que lo rodean se desploman sobre usted. Esos suaves cojines que antes lo amortiguaban están ahora palpitando y lo golpean, aplastándolo hacía abajo.
Su cuerpo está doblado, sus miembros retorcidos y forzados; usted cae de cabeza. Por primera vez en su vida siente dolor, usted está en un mar de incomodidades.
Siente más presión, casi demasiado intensa para poder soportarla. Su cabeza es aplastada; usted se ve empujado cada vez con mayor fuerza hacía un negro túnel. Qué dolor. Luego oye ruido. Más presión. Le duele todo. Escucha un quejido y un miedo terrible se apodera de usted. Está sucediendo: su mundo se derrumba. Tiene la certeza de que ha llegado el fin.
Ve una luz penetrante y cegadora. Unas frías y ásperas manos tiran de usted; luego recibe un azote.
FELICIDADES, USTED ACABA DE NACER.

Gracias Señor, porque he nacido con propósito , el propósito de alabarte y servirte. Exaltar tu nombre para siempre.
Gracias Señor por tu misericordia. Tu palabra me dice que eres mi hacedor y quién me formo en el vientre de mi madre.
Tú me ayudarás a enfrentar la vida con gozo y plenitud.

LA MONTAÑA NEGRA

“¡Voy a irme a la Montaña Negra!”, gritó el pequeño Ricardo de cinco años.
“Muy bien, si eso es lo que quieres adelante”, le respondió su madre abriendo la puerta y acompañándolo hasta el pórtico.
Un manto de silencio cayó sobre él. Hacía rato que ya no había sol y la oscuridad de la noche cubría el paisaje. Por el resplandor de las estrellas, apenas veía la forma de la Montaña Negra en la distancia. En plena oscuridad, el niño escuchó el movimiento de un animal entre las plantas, y el aleteo de un ave en el cielo oscuro.
De pronto, el corazoncito del niño latía con más rapidez, y se le había acelerado la respiración. Ir a la Montaña Negra había sido una mala idea.
¿Por qué habría dicho eso?, pensó.
Se sentó en el pórtico abrazándose las rodillas contra el pecho, mientras una lágrima le rodaba por la mejilla al tratar de controlar el miedo.
Desde la cocina, escuchó que su padre le decía: “Ricardo ¿quieres venir a cenar con nosotros?”
A veces, cuando estamos enojados con nosotros mismos, con los demás, con las circunstancias, o hasta con Dios, queremos irnos. Nos enojamos y amenazamos. Nos sentamos en el pórtico y lloriqueamos. Aun así, Papá espera pacientemente y nos llama para reunirnos con el resto de la familia. El amor ahuyenta los temores y la restauración sana las heridas.
Tomado de En el Jardín con Dios.

Proverbios 19:21Muchos son los planes del hombre, más el consejo del Señor permanecerá.

OBTENIENDO LO QUE QUEREMOS

Lectura: Lucas 12:15,22-34.
"La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee" Lucas 12:15
Existe una idea popular que anda flotando acerca de cómo obtener lo que sea que queramos. Se la llama "la ley de la atracción". Tan sólo piensa en lo que quieres atraer y siéntelo, y "la ley usará a las personas, las circunstancias y los eventos para imantar lo que quieres para ti, y te imantara a ello". Esta filosofía de pensamiento positivo enseña que la "energía" de tus pensamientos dominantes "atrae" las circunstancias en las que te encuentras.
¡En ninguna parte de la Biblia encontrarás esa idea! Como creyentes, tenemos buenas razones para ser positivos en nuestro pensamiento, pero eso se debe a que nuestro Padre celestial entiende nuestras necesidades y las satisface.
Debido a que Él se preocupa por nosotros, no tenemos que estar angustiados (Lucas 12:29-30). La vida no consiste "en la abundancia de los bienes que [poseemos]" (v. 15), así que, en vez de ello, hacemos que nuestra meta sea ser "rico[s] para Dios" (v. 21). Lo hacemos buscando Su reino y propósito (v. 31) y acumulando tesoros en el cielo, no tesoros para nosotros en esta vida.
Jesús dijo: "Mirad, y guardaos de toda avaricia" (v. 15) porque un día, al igual que el rico insensato en la parábola en Lucas 12, lo dejaremos todo atrás. Allí es cuando tendremos más de lo que jamás hubiésemos soñado. Mientras tanto, Dios promete ocuparse de nuestras necesidades, sin importar cuáles sean las circunstancias. Y eso no es ningún secreto.
Dios ha prometido suplir todo lo que necesitamos, no todo lo que queremos.