domingo, 15 de febrero de 2009

DIOS Y MI CAMISETA

La lluvia había caído a torrentes, y la carretera estaba lisa. Era además una carretera que ondulaba sobre la cima de una montaña, con hondos barrancos a cada lado. En la profundidad, pasaba un arroyo.

El vehículo de Manuel Antonio, en una de las curvas de esa carretera en España, se deslizó sin control y se despeñó dando vueltas mientras caía a lo profundo del despeñadero. Manuel, herido de gravedad, quedó aprisionado debajo del auto, semisumergido en el arroyuelo. Dos cosas pasaron por su mente: cómo ser rescatado, y cómo no morir de sed.

Tenía puesta una camiseta de algodón. Era una camiseta barata, pero de tela absorbente. Haciendo un esfuerzo sobrehumano, Manuel logró quitarse la camiseta, hacer una especie de rollo con ella, e introducir una punta en el agua.

Así, mojando la camiseta una y otra vez y sorbiendo el líquido cristalino, pudo pasar los peores tres días de su vida. Cuando fue rescatado, tuvo apenas aliento para decir: «Dios y mi camiseta me salvaron la vida.»

Esta es una descripción perfecta de los azares de la vida. En cualquier momento, ocurre la desgracia. Los accidentes se hallan a la vuelta de la esquina. Nadie está libre de ellos.

Sin embargo, de igual manera nadie está libre de cualquier tragedia emocional o familiar. La existencia humana es efímera, inestable, impredecible, y cuando menos pensamos, el golpe sobreviene. Es para esos momentos que necesitamos encontrar agua fresca, porque sin agua no sobrevivimos.

¿De dónde sacar agua fresca espiritual para saciar la sed, reavivar la fe, fortalecer el ánimo y alentar la esperanza? Hay una sola fuente, que es Jesucristo. Él dijo: «El que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna» (Juan 4:14).

Aunque tengamos sólo un hilito de fe, aunque nuestra mente esté abrumada de dudas, aunque pensemos que no le importamos a Dios, de todos modos Dios quiere ayudarnos. De Él podemos recibir el agua de vida que salva nuestra alma.

La camiseta de Manuel Antonio fue el hilito con que logró sacar agua del arroyo, que a la postre lo salvó. En cambio, nuestro clamor a Cristo es el hilito que hará que Él nos socorra. Cristo desea librarnos de nuestros problemas. No perdamos la fe. Él está a nuestro lado, dispuesto a darnos el auxilio que necesitamos.

Hermano Pablo.

HOY..NO PLANIFICARE SIN DIOS

“Encomienda al Señor tu camino, y confía en él; y él actuará” Salmo 37:5
Hoy quiero compartir una meditación que tocó mi corazón al leer un devocional de Oswald Chambers. Yo estaba iniciando mis primeros pasos para planificar mi día, cuando al leer este devocional tuve que reflexionar.
Chambers dice que este verso nos impulsa a tomar la determinación de no planificar sin Dios, porque Dios parece tener una manera deliciosa de perturbar nuestros planes cuando los hemos hecho sin contar con él. Nos metemos en conflictos que Dios no escogió, y de repente nos damos cuenta de que tomamos nuestra decisiones sin él. Qué ni siquiera le tuvimos en cuenta como factor vital en la planificación de nuestras vidas.
Nuestros planes nos parecen mejores y no nos atrevemos a consultar ante la presencia de Dios. Hoy quiero planificar pero tomando a cuenta al Señor. Se que soy dado a consultar con Dios las cosas espirituales pero a veces he creído que en las cosas prácticas y seculares de la vida, eso no tiene sentido, pero si tiene gran sentido porque Dios no es solo mi vida espiritual, sino también mi vida física y emocional.
Cuando pongo mis planes ante la presencia de Dios estoy asegurando una buena trayectoria, porque Dios no permitirá que yo tome un camino que al final me hará daño. El salmista lo expresó con gran sabiduría cuando dijo: Encomienda al Señor tu camino, pon tu camino delante del Señor y confía en él y él hará.
Dios es creador de todo y en él puedo confiar y estar seguro. La confianza puesta en Dios siempre me llevará a puerto seguro porque aún cuando las tempestades se levanten, Dios estará conmigo y me llevará a su puerto y allí me rodeará de su gloria. Hoy, tengo mucho por hacer, pero si eso no es planificado ante el Señor todo traerá tristeza y dolor. Mas cuando todo esta en el altar de Dios, traerá sus risas y sus cantos.Hoy quiero tener un día planificado ante el Señor.
Señor, mi vida en tus manos está segura. Mis planes y proyectos no son seguros, pero los tuyos si. Hoy llegó ante ti con esa confianza y seguridad de saber que eres mi Dios, mi Padre y mi dueño. Como Dios quieres guiarme por la vida con salvación, como Padre quiere tomarme en este día con tu bendicióny como dueño quieres conducirme con tu sabia dirección.
Hoy, humildemente llego a tu presencia para pedirte que me sostenga con tu diestra y que no me dejes hacer nada que antes no haya puesto ante ti. La vida contigo tiene sentido, la vida sin ti pierde importancia y hoy quiero que mi vida y mis quehaceres tengan sentido. Amén.

UN ANUNCIO ESPECIAL

En el periódico local de mi cuidad salió el sig anuncio clasificado:
“¿Existe algún lugar en el que podamos pedir prestado a un niñito de tres o cuatro años de edad para las fiestas de Navidad? Tenemos un lindo hogar y nos ocuparíamos muy bien de él, devolviéndolo sano y salvo. Nosotros tuvimos un niñito, pero no pudo quedarse, y lo extrañamos mucho cuando llega la Navidad.” -N. M
Al leer este anuncio, algo sucedió dentro de mí. Por primera vez desde la muerte de mi esposo, pensé en el dolor como si le perteneciera a alguien más. Leí y releí esa carta al editor.
Algunos meses antes, había recibido noticias desde Washington de que a mi esposo lo habían matado mientras estaba de servicio en el extranjero. Llena de dolor, había tomado a mi pequeño hijo y me había mudado al pueblito donde nací.
Empecé a trabajar para ayudar a mantener a mi hijo y el tiempo había ayudado a borrar algunas cicatrices de mi corazón. Pero en ciertas ocasiones, el dolor regresaba y la soledad me agobiaba; especialmente para los cumpleaños, nuestro aniversario de bodas y las fiestas.
Esta Navidad en especial, el antiguo dolor había comenzado a revivir cuando mis ojos avistaron el anuncio en el periódico.
“Nosotros tuvimos un niñito, pero no pudo quedarse y lo extrañamos mucho…”
Yo también sabía lo que significaba el sentimiento de una pérdida, pero tenía a mi pequeño hijo. Sabía cuán triste podía ser el resplandor de la Navidad a no ser que se refleje en los ojos de un niños.
Respondí al anuncio. El remitente era un viudo que vivía con su madre. Había perdido a su adorada esposa y a su pequeño hijo el mismo año.
Esa Navidad, mi hijo y yo compartimos un día alegre con el viudo y su madre. Juntos, reencontramos una felicidad que, dudábamos, podía regresar.
Pero lo mejor de todo eso fue que desde entonces he podido conservar esa alegría a través de los años y durante todas las Navidades: el hombre que escribió esa carta, meses después se convirtió en mi esposo.
N.H.Mueller

Isaías 43:19He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
Isaías 41:19Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente,
Isaías 51:3 Ciertamente consolará El señor a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Dios; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto

¿ERES TU,VECINO?

Lectura: Lucas 6:27-36
¿Y quién es mi prójimo? —Lucas 10:29
Un aficionado a la vela que estaba navegando por el Caribe, a más de 6 mil kilómetros de casa, perdió su mástil en una tormenta. Había estado a la deriva por dos días y en aguas con olas de 6 metros cuando alguien recibió su desesperado llamado de auxilio. Según el servicio de noticias de Ananova, 90 minutos después fue rescatado por el capitán de un transatlántico de 105 mil toneladas métricas.
Sólo cuando le sacaron del agua el marinero rescatado descubrió que el
capitán que había respondido a su llamado pidiendo ayuda era un vecino de su aldea, Warsash, en Hampshire. El hombre rescatado preguntó más tarde: «¿Cuáles son las probabilidades de que alguien sea rescatado en medio de la nada por su vecino?»
Jesús veía al prójimo en lugares inverosímiles. Cuando un experto en la ley judía Le preguntó que definiera al prójimo que hemos de amar, Jesús trazó un gran círculo. Contó la historia de un misericordioso samaritano para mostrar que un vecino es el amigo, un extraño, o el enemigo que necesita la ayuda que podamos dar (Lucas 10).
Para distinguirnos como pueblo de Jesús, tenemos que mostrarles amabilidad incluso a aquellos que nos desean mal (Lucas 6:32-34). Sólo entonces reflejaremos el corazón de Aquel que, mientras todavía éramos Sus enemigos, pagó el precio final para venir a nuestro rescate. Nuestro amor por Cristo es sólo tan real como nuestro amor por nuestro prójimo.

sábado, 14 de febrero de 2009

TE PIDO LA PAZ

AL QUE ES DIGNO

HOY..QUIERO PRACTICAR EL MAS GRANDE MANDAIENTO

“Jesucristo nos ha dado este mandamiento: Que el que ama a Dios, ame también a su hermano” I Juan 4:21.
Los mandamientos no se discuten , los mandamientos se cumplen. Los mandamientos dados por el Señor son mandamientos de paz y de amor. Porque él sabe el valor del amor y como el amor cubrirá multitud de pecados. Hoy he sido confrontado con el mandamiento del Señor que dice, que el que ama a Dios que ame también a su hermano. Se que a veces es duro amar y perdonar pero si quiero moverme en esa trayectoria lo primero que podría hacer es establecer el fundamento de la oración. Cuando comienzo por orar por la persona con quién me cuesta convivir, la oración primero establecerá la reconciliación con Dios y luego con los otros. Por eso Jesús un día dijo: Orad por vuestros enemigos.
Cuando solo me concentró en mis heridas y dejo de orar por quienes me ofendieron muy pronto encuentro que la auto- conmiseración me rodea y entonces pierdo de vista la grandeza del amor de Dios quién envió a su hijo para reconciliación. Este es un mandamiento que jamás podré discutir con Dios, Pero, porqué me parece tan difícil a veces tal mandamiento? Precisamente porque golpea directamente en el centro de mi orgullo. Hoy se, que cuando el mandamiento de amar a mi hermano me parece duro, es precisamente porque este mandamiento me está golpeando en el corazón mismo del orgullo humano y el cristianismo tiene como función principal golpear el centro del ego. Hoy necesito tomar la decisión de obedecer a mi ego u obedecer el mandamiento del Señor.
La Biblia está llena de recomendaciones sabias y profundas acerca del genuino y verdadero amor que debe rodear mi alma. Ella dice palabras como estas: “Queridos hermanos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Dios mostró su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por él. El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó a nosotros.
Señor, gracias por darme tu amor eterno e infinito. Hoy quiero pedirte que me ayudes a vivir y practicar ese amor que solo viene de ti. Se que es duro para mi ego pero muy bueno para mi espíritu. Amén.