sábado, 14 de febrero de 2009

HOY..GUARDARE MIS LABIOS LIMPIOS

“Ay de mi, que estoy muerto; porque soy hombre de labios inmundos” Isaías 6:5.
La Gloria de Dios inundó el templo e Isaías cayó inmediatamente en sus rodilla y cuando sus ojos vieron la Gloria Divina a la misma vez vieron su bajeza humana. Cada vez que me encuentro con Dios no solo veo su grandeza, su majestad y su Gloria sino que a la vez veo las cosas que hasta ese momento han parecido pequeñas y ahora se tornan grandes.
Para Isaías lo que hablaba y como lo hablaba parecía no tener mucha importancia, pero ahora frente a la grandeza y Santidad de Dios lo que era pequeño se torno inmenso y clamó.. Soy hombre de labios inmundos. Hoy, quiero acercarme a la Gloria de Dios para poder ver las cosas como realmente son y no como creo que son. Hoy quiero cuidar mis labios y jamás prestarlos para las inmundicias de este mundo.
Cuando estoy en la presencia y santidad de Dios la convicción genuina nace y nuestra convicción se centra en nuestro pecado específico, y nos damos cuenta, como Isaías, de lo que realmente somos. Cuando esto ocurre ya no sentimos una vaga sensación de pecado, sino que el enfoque es directo y personal y ya no lo podemos justificar. Hoy quiero tener esta claridad de vida.
Se que no la puedo tener solo por mi fuerza, sino que eso viene precisamente de mi estadía ante la presencia de Dios. Hoy traigo mis labios ante el altar de Dios para que con su carbón encendido los purifique.
Por muchos años descuide la importancia de observar con detenimiento las palabras que salían de mis labios, pero al final un día fui confrontado con la declaración bíblica de que de la abundancia del corazón habla la boca y si observó atentamente lo que sale de mis labios podré determinar lo que existe en mi corazón.
Hoy quiero que mi corazón este lleno de la presencia de Dios y de su Gloria, que mi corazón este lleno de la Palabra de Dos y su alabanza y entonces lo que sale de mis labios serán las cosas puras que emanan de la grandeza de Dios. Si así es ya no tendré que gritar como Isaías, con AY de mi que soy hombre muerto, sino un hombre vivo para la gloria de Dios.,
Señor, Gracias por tu bondad y tu misericordia. Quiero acercarme ante tu altar en este día con el deseo de agradarte y servirte. Se que cuando tu presencia me llena, podré ver la realidad de mi pecado en la misma dimensión como tu la miras. Veré el estado de mi corazón y la condición de mis labios, porque hay una conexión estrecha entre el corazón y los labios. Amén.

LOS DOS BALDES

En una aldea lejana y montaña adentro vivía una familia de campesinos cuya labor de la tierra era muy pesada ya que el agua para regar sus sembradíos se encontraba un poco lejos de su rancho. Cada día el granjero caminaba cerca de media hora a un pozo cercano donde el extraía el agua. Dos baldes eran su compañía inmediata para traer agua a sus sembradíos. Uno de los baldes era optimista, el otro era negativo y pesimista. Un día los dos baldes platicaban acerca de su existencia y uno de ellos dijo: “No hay vida tan desilusionante como la mía, dijo el balde vacío mientras se aproximaba al pozo: “ Siempre me alejo lleno, pero regreso a este pozo vació”.
El otro balde le respondió: “ Nunca ha habido una vida tan feliz como la mía” dijo el balde lleno cuando se alejaba del pozo; “ Siempre vengo al pozo vacío, pero me voy de él lleno”.
El poeta ingles William Shakespeare dijo: “En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. No estamos de acuerdo con la primera parte porque sí sabemos que han verdad y hay mentira, pero estamos de acuerdo con la segunda parte en que todo es según el color del cristal con que se mira.
No es lo que nos rodea, sino lo que llevamos dentro lo que determina como enfrentamos la vida. Por eso es que tener al Señor Jesús en nosotros y vivir en los principios de la Palabra de Dios, va a cambiar totalmente nuestra perspectiva. Mira todo lo que él llena de dentro ti, aunque te vacíes para dar de beber a otro, siempre podrás regresar al pozo para volverte a llenar.
Manantial de vida es la boca del justo, pero la boca de los malvados oculta violencia. Proverbios 10:11
No tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos; les hizo brotar agua de la piedra; abrió la peña y corrieron las aguas. Isaías 48:21
Respondió Jesús y le dijo: –Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le pedirías, y él te daría agua viva. Juan 4:10

ESCRITO EN ROJO

Lectura: 1 Juan 4:7-19
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. —1 Juan 4:9
Mi primera Biblia estaba impresa mayormente en letras negras, pero algunas de sus palabras estaban en rojo. No me tomó mucho tiempo descubrir que éstas eran las palabras dichas por Jesús.
Hace más de 100 años, un hombre llamado Louis Klopsch publicó la primera Biblia «con letras en rojo». Al pensar en las palabras de Jesús en Lucas 22:20: «De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama», deliberadamente usó tinta rojo sangre para llamar una especial atención a Sus palabras.
Las palabras de la Biblia son invalorables para nosotros porque nos cuentan acerca de la «Carta de amor» que Dios envió hace 2 mil años en la Persona de Su Hijo (1 Juan 4:10).
El propósito de Jesús al venir a la tierra como Hombre fue morir, ser sacrificado y dar Su vida por la nuestra. El plan de Dios se escribió en rojo, «con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación» (1 Pedro 1:19).
Aquellos de nosotros que hemos aceptado el regalo de amor de Dios estamos llamados a ser «cartas» para aquellos que no Le conocen. Somos epístolas de Cristo «escrita[s] no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo» (2 Corintios 3:3).
Mucho tiempo antes de que se separara un día de febrero para celebrar el amor, el mundo recibió una carta de amor —y eso lo cambió todo (Juan 3:16).
Nada habla con mayor claridad del amor de Dios que la cruz de Jesucristo.

viernes, 13 de febrero de 2009

¿VAS A SERVIR AL SEÑOR?

¿Vas a servir al Señor
de corazón, alma y cuerpo
sirviéndole con amor
en todo tu pensamiento?

¿Vas a decirle: Mi Dios
Gracias, por ser Tú mi dueño,
por llevarme a aquella Cruz
que miraba yo de lejos?

¿Vas a cantar con tesón
Y alabarle con anhelo?
¿Vas a estar en comunión
Mirando siempre al maestro?

¿Vas a estar en oración
Arrodillado en el suelo,
Con las manos levantadas
En dirección hacia el Cielo?

Si es así, ¡¡que bendición
Te proporciona el maestro!!
¡¡Cómo demuestra su amor
Mostrándote lo correcto!!

¡¡Cómo te quiere el Señor!!
Cómo siembra en ti el anhelo
De querer siempre agradar
Al que eliminó lo muerto,

De tu mente, de tu vida
Del corazón, alma y cuerpo,
Y sembró una vida nueva,
En tu corazón tan yermo.

Y deseos de caminar
Y de mirar al Eterno,
Y de su nombre alabar
En todo lugar y tiempo.

¡¡Como te quiere el Señor!!
¡¡Vaya joya que Él ha puesto
Para brillar en la tierra
Con luz que viene…. del Cielo!!

EL ÚLTIMO ABISMO

El poema fue creación de un alma juvenil, confundida y traspasada de problemas. «Tinieblas —dice el primer verso—, vengan y llévenme al último abismo, donde el dolor y el odio, y la ira y la guerra, ya no queman más.»

Y siguiendo ese mismo tono, la poesía, compuesta de versos graves y tristes, termina con: «El amor ha llegado a ser mi enemigo; la amistad se ha vuelto burla; y la esperanza, mi prisión.» Así concluyó Elisabeth Garrison, de dieciséis años de edad, su poema. Su dolor, expresado en verso, explica el crimen que acababa de cometer. Elisabeth Garrison acababa de matar a su madre.

El alma del poeta se conmueve con las emociones más extremas. Ve la vida con ojos penetrantes, y reacciona de modo diferente al común entre los mortales.

Elisabeth no se llevaba bien con su madre. Las dos nunca se habían entendido, y a los dieciséis años de edad, en medio de la desesperación, Elisabeth mató a su madre. Inmediatamente después, todavía en su cuarto, la joven compuso esos versos. En ellos pedía que se le llevara al «abismo final, donde el dolor cesa. Porque —¡y qué expresión de una muchacha de apenas dieciséis años de edad!— el amor ha llegado a ser mi enemigo; la amistad se ha vuelto burla; y la esperanza, mi prisión.»

Ante esto nos preguntamos: ¿A qué profundidad de dolor, de desesperanza, habrá llegado la persona que dice que el amor es su enemigo, y que luego mata al ser más querido que tiene? Llegar a ese extremo es lo más desastroso que el ser humano pueda conocer. Y sin embargo hay muchas personas que han caído en ese abismo.

Cuando el dolor se vuelve insoportable, cuando la desesperación nos ahoga, ese es el momento de clamar: «¡Señor, te necesito; por favor, ayúdame!»

El salmista David sufrió, así también, sus momentos de angustia. Escuchemos uno de sus clamores: «¡Sálvame, Señor mi Dios, porque en ti busco refugio! ¡Líbrame de todos mis perseguidores! De lo contrario, me devorarán como leones; me despedazarán, y no habrá quien me libre.» Con esa ansiedad comienza David el Salmo 7, pero concluye con optimismo: «Mi escudo está en Dios, que salva a los de corazón recto… ¡Alabaré al Señor por su justicia! ¡Al nombre del Señor altísimo cantaré salmos!»

Aprendamos del salmista que siempre podemos encontrar refugio en Dios. Cuando todo en esta vida nos consume, siempre queda Dios. Y con tal que lo busquemos con toda sinceridad, Él siempre nos responderá. Pongamos nuestra confianza en Dios. Él jamás nos defraudará.

¿POR QUÉ DUDAR?

Daniel Nuño

Cuando a veces la duda me acosa
y me encuentro en temores sumida:
Mi alma triste, ni ve, ni reposa,
y se amarga y aburre mi vida

mas... ¿por qué?... ¿Dónde está el fundamento
de mis dudas, en mi corazón,
cuando hace tan sólo... momentos
que gozaba esta gran Salvación?

Jesucristo es el mismo de siempre;
no hay razón de temor, ni de duda
pues el Dios que me salva y protege
es Amor, y tan fiel que no muda.

El perdón que su Gracia me ha dado
estoy cierto que no perderé.
Mi castigo, Su amor lo ha pagado;
y hoy alienta y sostiene mi fe.

Me ha cogido muy fuerte su mano
y yo sé que jamás cambiará
y aunque yo sea débil y humano
siempre amante, me protegerá.

Esa duda que a veces me aplana,
la produce mi falta de fe.
Cuando al ver mis flaquezas humanas
temo necio, que me perderé.

Mas el bien que me da el Dios Eterno,
en la cruz fue por Cristo sellado;
y ni el mundo, Satán, ni el infierno
me podrán separar de su lado

Esta firme promesa yo creo
porque aquí en su Palabra la leo.

(Señalando la Biblia)

PRODUCE PERLAS

En la parte interna de la concha de la ostra se encuentra una sustancia lustrosa llamada nácar. Cuando un grano de arena penetra, las células del Nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas y más capas, para proteger el cuerpo indefenso de la Ostra.

Las Perlas son productos del dolor; resultados de la entrada de una sustancia extraña o indeseable en el interior de la ostra, como un parásito o un grano de arena.

Como resultado, una linda perla se va formando. Una Ostra que no fue herida, de algún modo, no produce perlas, pues las perlas son heridas cicatrizadas… Las perlas son heridas y curadas!!

Te has sentido herido por el engaño y rechazo de alguien que tu en verdad amabas…?
Te has sentido herido por palabras crueles o duras de alguien?
Tus ideas ya fueron rechazadas o mal interpretadas?
Ya sufriste los duros golpes del prejuicio?
Ya recibiste el intercambio de la indiferencia?

“Entonces produce una perla”

Cubre tus heridas con varias capas de amor. Infelizmente, son pocas las personas que se interesan por hacer esto.

La mayoría aprende sólo a cultivar resentimientos, dejando las heridas abiertas, alimentándolas con varios tipos de sentimientos pequeños y pensando solo en lo que sucedió o en la persona que te dejo o lastimó y, por lo tanto, no permitiendo que cicatricen.

Así, en la practica, lo que vemos son muchas “Ostras Vacías”, no porque no hayan sido heridas, sino porque no saben perdonar, comprender, dejar el pasado atrás y transformar el dolor en amor.

Una sonrisa, una mirada, un gesto, en la mayoría de veces, habla mas que mil palabras…

¡YA ES HORA! ¡EMPIEZA A PRODUCIR PERLAS EN TU VIDA!

Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas. 1 Crònicas 29:17.

Y el Señor le respondió: Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre. Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero serlo. Exodo 33:19.