martes, 27 de enero de 2009

DIOS ESTA OBRANDO

Lectura: Filipenses 2:12-18
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. —Filipenses 2:13
Siempre anhelamos el cambio del Año Nuevo. Esta es la razón por la que el 1 de enero comenzamos dietas, programas de ejercicio y nuevos pasatiempos. Por supuesto, un mes después generalmente estamos de vuelta a nuestros viejos y malos hábitos. Tal vez eso se deba a que anhelamos un cambio demasiado grande y no tenemos suficiente fuerza de voluntad como para llevarlo a cabo.
Me pregunto cuántos seguidores de Jesús han hecho compromisos de crecer espiritualmente pero se sienten frustrados porque no tienen la fuerza de voluntad para dar esos pasos.
Pablo trata este problema en su carta a los filipenses. Al animarles a desarrollar su salvación con temor y temblor (2:12), también les dijo que no estarían solos. Dios mismo les daría la energía para crecer y llevar a cabo Sus tareas. La primera área afectada sería la de sus deseos. Dios estaba obrando en ellos, dándoles el deseo de cambiar y crecer. También estaba obrando para darles el poder para hacer los cambios de verdad (v. 13).
Dios no nos ha dejado solos en nuestras luchas para alcanzar el crecimiento espiritual. Nos ayuda a querer obedecerle, y luego nos da el poder para hacer lo que Él quiere. Pídele que te ayude a querer hacer Su voluntad.
El poder que nos compele proviene del Espíritu que mora dentro de nosotros.

JUANITO Y LAS VELAS

Juanito se quedo mirando las velas que parpadeaban la noche de navidad en la mesa del comedor donde la familia celebraba la cena de Navidad.

Concentrado, casi ensimismado estaba cuando papá le dijo: Juanito, en que piensas?. Juanito , lentamente pero con un espíritu casi poético dijo: Papi….estoy mirando como si una estrella estuviera sonriéndome en el parpadear de la vela.

De pronto, saliendo de su concentración, y dirigiéndose a su padre le dice: “Papi, porqué ponemos velas tan lindas en la cena de navidad.

Y el padre, con una mirada tierna le dijo. Juanito: Como familia celebramos está noche una fiesta de luz, luz que vence a las tinieblas durante la noche, Nos recuerda, que la Biblia dice: Que Jesús es la luz del mundo. Nuestro Salvador vino a este mundo sumido en tinieblas para que podamos vivir en su luz eterna y gloriosa.

Juanito, entonces preguntó: Papi, siempre han existido las velas? Y papa le dijo. NO, hijo, No, antes de que existieran las velas se usaban teas con astillas resinosas de pino y candiles o lámparas de aceite.

Recuerda, las velas son una expresión simbólica de la luz que rompe las tinieblas y las vence ocupando su lugar; de la victoria del bien sobre el mal en sus propios dominios; del triunfo del día sobre la noche precisamente en los dominios de la noche; de la victoria del bien sobre el mal. Por eso la luz de las velas, con ser más tenue, tiene mucha más fuerza y más vida que la fría luz eléctrica.

Juanito: Nuestras vida estarían en la oscuridad, si Jesús no hubiese venido a rescatarnos. Por eso, es que nuestra familia en estos días recuerda con mucho amor y devoción a nuestro salvador, pero no es solamente está época, sino siempre, cada día del año y lo más hermoso de todo, es que Dios quiere que nuestra vida sea como una vela constante para que alumbremos donde quiera que estemos.

Juanito, tu eres una pequeña, pero brillante vela.

El Señor quiere alumbrar en ti vida hoy, para quitar las sombras y la oscuridad y hacer que en tu vida, hoy, resplandezca un nuevo día.

El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció. Mateo 4:16

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Juan 1:4

Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12