domingo, 23 de noviembre de 2008

UNA MISMA SANGRE

Habían nacido juntos, y juntos se habían criado. Habían compartido los mismos alimentos, la misma ropa, la misma cama, los mismos juguetes. Marco y Roberto Solisa, de São Pablo, Brasil, eran hermanos siameses. Habían nacido unidos por la cadera, y nunca habían sido separados.

Sin embargo, había algo que no tenían en común: el carácter. Roberto era pacífico y comprensivo; Marco era violento e impulsivo. Un día, cuando ya tenían veinticuatro años de edad, Marco, en un rapto de ira, mató a su hermano de un tiro; pero la muerte del uno fue la muerte del otro. Los dos compartían la misma sangre.

Desde los días de Caín y Abel, los primeros hermanos que registra la historia sagrada, hay historias de hermanos que matan a hermanos. Esta historia bíblica se ha repetido millones de veces a lo largo de los siglos y alrededor del mundo. Hermanos matan a hermanos, a veces hermanos de sangre, a veces hermanos de raza, a veces hermanos de nacionalidad, hermanos de cultura.

El mundo presenció en Ruanda la muerte de un millón de personas a manos de sus propios hermanos. Igual ha ocurrido en Irlanda del Norte, en Somalia, en Serbia, en Bosnia, en Herzegovina y en muchas otras partes del mundo. Hermanos, en arrebatos de ira, matan a hermanos. Y ¿cuál es el resultado? El mismo de los hermanos Solisa: la muerte de unos trae consigo la muerte de los otros.

¿Habrá solución para tanto odio fratricida? Yo tengo una fotografía que mantiene vivo en mí el recuerdo de dos individuos que conocí en El Salvador. Uno había sido un comunista fanático; el otro había tenido que ver con el llamado «escuadrón de la muerte». Sus posiciones ideológicas los habían hecho enemigos a muerte, pero ahí quedaron en la foto, uno a cada lado mío. ¿Y qué representaban? Juntos dirigían el grupo de oración de su iglesia. ¡Increíble pero cierto!

¿Por qué traigo esto a cuentas? Porque este fue el resultado de una obra espiritual en el corazón de cada uno de ellos. Cuando Cristo entró a su vida, algo ocurrió. El odio se transformó en amor, y los dos, que en un tiempo fueron enemigos a muerte, llegaron a ser un modelo de amor fraternal.

Cristo es la solución. Él nos amó tanto que, para llamarnos hermanos, se hizo hombre igual a nosotros. Al morir en la cruz, pagó la deuda de nuestra culpa. Si creemos en Cristo y lo recibimos como Señor y Salvador, nos libramos del odio fratricida y comenzamos una vida nueva. Él dijo: «Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros» (Juan 13:34).


Hermano Pablo.

sábado, 22 de noviembre de 2008

HOY..CREA EN MI UN CORAZON LIMPIO

“Crea en mi oh Dios un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mi”. Salmo 51:10.
Cuando desperté esta mañana, me quede meditando en mi lecho acerca de que cosa es lo más importante para mi en este día.
Será acaso hacer un buen trabajo? Será luchar y luchar para ser reconocido?
Acaso es mantener mi apariencia para que todos los que me rodeen puedan alabarme?
Seguí pensando y pensando, acerca de lo más importante y de pronto, mi mente fue sacudida por las palabras de un verso que la noche anterior había leído. Una oración hecho por un hombre que había sido casi destruido por su pecado.
El Rey David, oró con angustia de alma y quebranto de espíritu y dijo: Oh Dios crea en mi un corazón limpio 2y renueva un espíritu recto dentro de mi.
Mi mente se aclaró, me levante inmediatamente de la cama y levante mis manos al cielo para decirle al Padre.
Eso..Oh Padre, eso es lo más importante en este día para mi.. Crea en mi oh Dios un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí. Hoy, me decido a pedir un corazón limpio y un espíritu recto. Tener un corazón limpio es disfrutar de la obra de Cristo aplicada a mi corazón y un espíritu recto es el espíritu que no se desvía tras las vanidades y placeres de este mundo, más su conexión perfecta esta en Dios su creador. .Si hoy camino por la vida con un corazón limpio y un espíritu recto dentro de mi, entonces tendré una vida limpia y una vida recta. Ingredientes esenciales para desenvolverme manteniendo el equilibro en un mundo sucio y totalmente torcido.
Nuevamente dirijo mi voz al cielo para decir como el salmista, Crea en mí un corazón limpio y renueva espíritu recto dentro de mí. Eso cambiará la perspectiva de la vida.
“Padre celestial. Hoy tengo que caminar en medio de mundo lleno de influencias negativas, secularismo, materialismo, farisaísmo e incredulidad. Úngeme con el aceite fresco de tu Espíritu y crea en mí un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mi.
Poseé con tu gracia y amor cada facultad de mi ser. Que los pensamientos que fluyan de mi mente hoy, las palabras que se desprendan de mis labios, los pasos que marquen mis pies y mis hechos sean hoy la demostración viva de un corazón limpio y un espíritu recto dentro de mi.
He sido oprimido y estrechado por toso lados, pero en ti he encontrado la limpieza y la rectitud que mi alma necesita hoy. Con un corazón limpio y un espíritu recto dentro de mí enseñaré a los transgresores tus caminos y los pecadores se convertirán a ti. Amen.

DAR SIN ESPERAR

Este norteamericano recibió un título de medicina del Colegio de Medicina de la Universidad de Nueva York. Recibió una asignación para el Laboratorio de Investigación de Virus, en la Universidad de Pittsburgh. Le fue indicado por parte del ejército desarrollar una vacuna contra la influenza y entre los muchos honores que recibió se encuentra la Medalla Presidencial de la Libertad.
Sin embargo, Jonas Salk no es conocido por lo que recibió, sino por lo que ofreció. Él y su grupo de investigadores dieron su esfuerzo para preparar un virus que inactiva la polio y que puede servir como un agente inmunizador contra ella. Para 1952, ellos habían creado una vacuna y en 1955, fue difundida para ser usada en los Estados Unidos, prácticamente así terminando con las consecuencias catastróficas de la polio.
Recibirás muchas oportunidades en tu vida, y lo más probable, un número de certificados, diplomas, y premios. Pero lo que al final contará es lo que haces con el entrenamiento que has recibido y las habilidades y características que has desarrollado.
Encuentra la forma de dar, crear o generar algo hoy que pueda ser de beneficio a otros. En tus acciones no solo habrá un potencial para la fama y la recompensa, sino también una gran satisfacción personal, la recompensa de los más altos valores.

Ninguna persona jamás fue honrada por lo que recibió. El honor fue la recompensa de lo que dio.
Proverbios 21:26El justo da y nada recibe.

FRESCO

Lectura: Salmos 51:8-13
Vuélveme el gozo de Tu salvación. —Salmos 51:12
¿En qué piensas cuando escuchas la palabra fresco? Cuando el clima es agradable, mi esposo y yo disfrutamos yendo al mercado de los productores agrícolas para poder comprar productos que fueron cosechados esa misma mañana. Para mí, fresco significa frutas y verduras recién cosechadas —no pasadas o malogradas, sino frescas y llenas de exquisito sabor.
Yo necesito ese tipo de frescura en mi relación con Dios. Yo también tengo demasiadas actitudes pasadas —impaciencia, crítica y egoísmo— y no tengo suficiente «benignidad, bondad, . . . mansedumbre», que son «el fruto del Espíritu» (Gá. 5:22-23).
Cuando David se arrepintió del pecado en su vida, oró: «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio». Luego elevó una petición a Dios: «Vuélveme el gozo de Tu salvación» (Sal. 51;10-12). La confesión y el arrepentimiento de nuestro pecado renuevan nuestra comunión con el Señor y gozosamente nos permite comenzar de nuevo.
¡Qué mejor momento que hoy para pedirle a Dios que te
dé un espíritu nuevo, una fe fresca, y una apreciación renovada de Él!
Señor, queremos que el fruto de nuestras vidas siempre esté «vigoroso y verde» (Sal. 92:14). Ayúdanos a experimentar Tu amor, compasión y fidelidad que «nuevas son cada mañana» (Lm 3:22-23). Amén.
Para llevar buen fruto, limpia la mala hierba del pecado.

viernes, 21 de noviembre de 2008

MI IDENTIDAD EN CRISTO


Mi identidad en Cristo


La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien,
siendo por naturaleza Dios, no consideró
el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
tomando la naturaleza de "siervo" y haciéndose
semejante a los seres humanos.


Filipenses 2:5-7



Creo que mi servicio al Señor empezó a tener valor cu ando comprendí la gran verdad de que mi verdadera identidad radica en el hecho de ser "hijos de Dios".

Ha muchas cosas que pueden identificarme, como es mi nombre, mi cédula de ciudadanía, mis huellas digitales, ser esposo(a) y padre o madre, ser amado(a) y respetado(a). Sin embargo, sé que en un momento podría perder cualesquiera de esas cosas que me identifican y me quedaría sin "piso".

Pero, ¿qué del hecho de ser hijos de Dios? cualquiera de las otras cosas es un débil hijo que en un momento se podría romper; pero ser hijo o hija de Dios es un lazo tan fuerte que trascenderá por la eternidad.

El mejor ejemplo de identidad es Cristo mismo, quien como Hijo de Dios se humilló hasta lo sumo por los seres humanos. En él puedo:

• Tener un concepto adecuado de mí mismo (a)
• Servir sin esperar recompensa
• Callar cuando no me tienen en cuenta
• Asociarme con los humildes
• Gozarme cuando otro recibe el honor que yo gané
• Conocer mis limitaciones para no intentar hacer más de lo que puedo
• Saber decir que no, a pesar de mí y de los demás
• Ver surgir a otros sin sentir envidia.

Como el apóstol Pablo, si vivo, para Él vivo y si muero, para Él muero (Romanos 14:8). Nada me podrá dañar, pues mi identidad radica en que soy hijo(a) de Dios, certeza que nadie me podrá quitar.

Enviado por: Taty

HOY.. EL SEÑOR ES MI REFUGIO

“Mi refugio eres tu en el día malo” Jeremías 17:17
La trayectoria del cristiano no siempre es nítida como el sol, el cristiano también tiene sus épocas de oscuridad y de tormenta. Es cierto que la palabra de Dios dice que sus caminos son agradables y que todas sus trayectorias son de paz, esto es una gran verdad.
El cristianismo ofrece felicidad al hombre mientras caminas por las calles de polvo y plenitud total para cuando camine por las calles de oro. Sin embargo la experiencia y aún la misma palabra de Dios nos muestra que el camino del justo es como la luz del aurora que va en aumento hasta que al fin es perfecta. Queriendo decir que mientras llega ese medio día perfecto, aún todavía encontraremos algunas sombras.
Hay periodos en mi vida cuando sol parece desaparecer de mi sendero y ciertas nubes comienzan a arremolinarse sobre mi cabeza, hay momento cuando me regocijo en la presencia de Dios , pero otras veces parece que ni la veo ni la siento. A veces parecen los días como especiales para tomar sol y otros días en que parece que el frío intenso penetra hasta mis huesos.
Hay días cuando parece que él me lleva por delicados pastos y me hace descansar junto a aguas de reposo, pero hay otros en que parece que me lleva por el valle de la sombra de la muerte. A veces me siento extasiado mirando el hermoso cielo azul y otras veces mi mirada se coloca en el desierto seco y arenoso.
A veces disfruto del agua dulce y cristalina y otras veces me veo tomando las aguas amargas de la vida y en un suave murmullo protesto diciendo, si realmente fuera un hijo de Dios, esto jamás me sucedería, más hoy reflexiono que Dios no me ha prometido solo días claros y aguas dulces, su promesa es que es Refugio en los días malos y eso me hace descansar.
Los mejores santos han bebido del agua amarga. Los más estimados hijos de Dios han cargado en algún momento la cruz. Ningún cristiano ha disfrutado prosperidad perpetua, ningún creyente a tocado todo el tiempo el arpa bajo los sauces.
Lo que Dios ha estado trabajando en mi fuertemente es mi madurez y la madurez se adquiere en los climas templados y las experiencias duras de la vida. Se que para ejercitar mi fe y confianza necesito aceptar los vientos y las tempestades como herramientas de Dios y mientras el trabaja con estas herramientas, él es mi refugio en los días malos.
Señor. Gracias por ser mi refugio y mi fortaleza. Mi castillo y mi Salvador. Aunque los días malos lleguen yo en ti estaré confiado, porque solo tu fortaleza mi fe y me formas usando las mejores herramientas que en tus manos pasan de ser dolorosas a creadoras de fuerza y poder. Amén.

LAS HERIDAS DE UN AMIGO

Lectura: 2 Samuel 12:1-13
Fieles son las heridas del que ama. —Proverbios 27:6
No todos aprecian la corrección; pero David sí la apreciaba. Él se sentía en deuda con aquellos que les corregían y se daba cuenta de lo mucho que les debía. «Que el justo me castigue; será un favor, y que me reprenda será un excelente bálsamo que no me herirá la cabeza» (Sal. 141:5).
David insiste en que la corrección es un favor, una palabra que sugiere un acto de lealtad. Los amigos leales se corregirán unos a otros, aun cuando hacerlo sea doloroso y perjudicial para las relaciones. Es una de las maneras en las que mostramos amor y nos ayudamos unos a otros a fortalecernos. Como lo declara Proverbios 27:6: «Fieles son las heridas del que ama».
Se requiere de gracia para impartir corrección piadosa; se requiere de una gracia mayor para recibirla. A diferencia de David, quien aceptó la corrección de Natán (2 S. 12:13), nosotros estamos inclinados a rechazarla. Nos molesta la interferencia; no queremos que nos descubran. Pero, si aceptamos la reprobación, encontraremos que efectivamente ésta se convierte en «excelente bálsamo» sobre nuestras cabezas, una unción que hace de nuestras vidas un dulce aroma por dondequiera que vayamos.
Algunas veces, crecemos en gracia por medio de la amable pero desagradable corrección de un amigo leal. No la rechaces, por cuanto «el que guarda la corrección vendrá a ser prudente» (Prov. 15:5) y «sabio» (9:8-9).
La corrección de un amigo leal puede ayudarnos a cambiar para mejor.