lunes, 29 de septiembre de 2008
APROVECHA LA OPORTUNIDAD
Hagamos bien a todos segun tengamos oportunidad. -Galatas 6:10
Llovia a cantaros afuera cuando Marcia, la directora del Colegio Cristiano Jamaiquino para Sordos le hablo a nuestro grupo. 34 adolescentes y varios adultos estaban visitando el colegio. Pero una de nuestros estudiantes no estaba distraida por la lluvia o por los niños que corrian por la habitacion.
Esa adolescente escucho a Marcia decir, «Mi sueño para estos chicos es tener un patio de recreo.» Ella cogio esa frase, y movida por el Señor, la convirtio en una idea. Mas tarde ese mismo dia, ella me dijo, «Debemos regresar y construirles un patio de recreo.» Habia nacido una oportunidad para el servir.
Poco mas de cuatro meses despues, en otro dia lluvioso en Jamaica, tuvimos una celebracion en ese mismo salon. Acababamos de armar un patio de recreo de madera -completo con toboganes, una escalera, barras escaladoras, columpios, fortines y un trapecio. Una estudiante aprovecho una oportunidad, y se cumplio un sueño.
¿Cuando a menudo Dios nos mueve a entrar en accion para satisfacer las necesidades de los demas y dejamos pasar la oportunidad? ¿Cuantas veces el Espiritu nos empuja suavemente a decir o a hacer algo en el nombre de Jesus y nos quitamos el llamado de encima? Al igual que Felipe en Hechos 8, honremos al Señor respondiendo con accion. Aprovechemos cada oportunidad que Dios nos da para servir a los demas en Su nombre.
EL PESO INSOPORTABLE DEL DINERO
Esa mañana Salvador comenzó temprano su trabajo. Pero era un cargamento descomunal. Se trataba de cajas llenas de monedas. Lamentablemente, por un mal movimiento, se le vino encima una pila de éstas.
El hombre maniobró para esquivarla, pero no con suficiente rapidez para librarlo del golpe. Por lo pequeño y flaco que era, Salvador no soportó el peso de tantas monedas encima, en total 410 kilos.
El que a un hombre lo aplaste el peso del dinero no es nada fuera de lo común. Al contrario, es algo que sucede todos los días. Lo extraordinario del caso es que lo que aplastó al hombre fue el peso físico del dinero y no el peso mental. ¿Por qué será que hay tanta gente que muere bajo el peso de la obsesión con el dinero?
«¡Dinero, dinero! —exclamó Eca de Queiroz, escritor portugués—. ¿Qué no hacen los hombres por el dinero? ¡De todo! Aun vender su alma inmortal.»
El apóstol Pablo, en una carta a su discípulo Timoteo, le dice: «Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores» (1 Timoteo 6:10). Es interesante notar cómo el apóstol describe el peligro del dinero: el amarlo «es la raíz de toda clase de males».
¿Qué es el amor al dinero? Es la pasión obsesionante y enfermiza de querer más y más, de nunca tener lo suficiente. A algunos la obsesión los hace ahorrar y ahorrar sin saber ni para qué. A otros la obsesión los hace gastar y gastar, y de lo que obtienen nunca hay fin. El dinero que en forma desmedida obtenemos, y todo lo que conseguimos que va más allá de nuestras necesidades, nunca bastarán para satisfacer nuestra avaricia. Si sólo anhelamos lo material, viviremos ansiosos toda la vida.
De los labios de Roger Bacon, monje inglés de la edad media, salieron las siguientes palabras, que son oro: «El dinero es como el estiércol. Amontonado, apesta, pero desparramado por el mundo, fertiliza.»
Sólo cuando Jesucristo es nuestro Señor podemos ser libres de la pasión por el dinero y del peso mortal de la avaricia. Porque Cristo nos da el equilibrio necesario para saber usar el dinero, sin dejarnos dominar por él.
domingo, 28 de septiembre de 2008
CUANDO TE SIENTES IMPORTANTE
A veces, cuando tu ego florece;
A veces, cuando das por sentado
Que eres el mejor del lugar;
A veces, cuando sientes que tu ida
Dejará un vació que no puede llenarse
sigue simplemente estos consejos
Y observa cómo se humilla tu alma.
Toma un balde y llénalo de agua
sumerge tu mano hasta la muñeca
sácala, y el hueco que queda
es la medida de cuánto serás extrañado.
Podrás salpicar con gozo cuando entres
podrás remover el agua con abundancia
pero deja de moverte y en un minuto observarás
que su aspecto es quieto como antes.
La moraleja de este ejemplo pintoresco
es hacer simplemente todo lo mejor que puedas
Y sé orgulloso de ti mismo, pero recuerda
Que no hay un hombre indispensable.
Dios no despide a nadie excepto a los que están llenos de ellos mismos.
1 Pedro 5:5Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.
EL QUISO HACERLO
Y me sereis testigos en Jerusalen, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. -Hechos 1:8
En su libro Love is Now (El amor es Ahora), Peter Gilquist menciono que el y otros amigos fueron invitados a hablar ante un grupo de estudiantes de la UCLA (La Universidad de California en Los Angeles). Despues de la reunion, un joven expreso un deseo de discutir el asunto de la salvacion. Asi que Gilquist hizo los arreglos para reunirse con el a la mañana siguiente.
El estudiante dijo que realmente queria tener lo que veia en las vidas de los creyentes. Pero dudaba en cuanto a hacer un compromiso porque pensaba que tendria que hablarles a los demas acerca de Jesus. Sin embargo, Gilquist le aseguro que para llegar a ser un cristiano no se le exigia nada sino tan solo poner su confianza en Cristo.
Al darse cuenta que la salvacion es por gracia de Dios por medio de la fe, el estudiante recibio al Señor Jesus como su Salvador con alegria. Pero algo extrano sucedio cuando regreso a la residencia de su fraternidad. Se encontro con un amigo y le conto acerca de su nueva fe en Cristo. Antes del final del dia, el les habia testificado a todos sus hermanos de la fraternidad acerca de Jesus.
Nuestro testimonio de Cristo debe reflejar un corazon agradecido -un deseo sincero de compartir las bendiciones de la salvacion con los demas. Si nos acobardamos en dar una palabra de testimonio, pidamosle a Dios para que nos de el deseo de hablar de El. Entonces daremos testimonio porque queremos hacerlo.