domingo, 21 de septiembre de 2008

FIJATE EN LA HORMIGA

El desierto ardía como horno encendido. El sol llameante calcinaba la tierra, y fuertes vientos levantaban olas de arena que ennegrecían el cielo.

En medio del calor una caravana, que cruzaba el Sahara, se vio de pronto rodeada de negras nubes y debió buscar refugio donde lo hubiera. Pasado el simún, la caravana, larga y abatida, miró atentamente al cielo, y con paso firme regresó al rumbo que había perdido.

No eran personas ni eran camellos. Eran hormigas. Hormigas que con sólo mirar a las estrellas sabían cómo encontrar su ruta.

Las hormigas del Sahara tienen un maravilloso instinto de dirección. Si se desvían, con sólo mirar las estrellas vuelven a encontrar su rumbo.

El Dr. Rudiger Wehner, de la Universidad de Zurich, Suiza, lo explicó así: «Esta hormiga, al levantar su mirada a las estrellas, puede ver patrones de luz polarizada. Eso le basta para conducirse a través de la larga travesía.»

La Biblia también habla acerca de la hormiga. En el libro de los Proverbios dice: «¡Fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría» (Proverbios 6:6). La hormiga sabe, por instinto, interpretar las señales de los cielos. Sabe dirigirse a través de vastos desiertos sin perder la dirección. Labora todos los días de su vida y siempre está a la expectativa de algo nuevo. Nunca deja de actuar, nunca deja de trabajar, nunca deja de producir, pase lo que pase.

¿Qué le da ese ánimo? ¿Cómo es que nunca se da por vencida? La respuesta es una lección para todos nosotros. La hormiga se sujeta a leyes. En el caso de la hormiga, esas leyes forman parte de su instinto natural, y sin embargo son leyes. Ahí, precisamente, está la lección.

Muchos en este mundo, incluso algunos llamados sabios, no saben que el verdadero triunfo en la vida, incluyendo el dominio propio, consiste en vivir dentro de los parámetros de las leyes morales de Dios.

Todos los problemas personales y colectivos del ser humano vienen por no reconocer y someterse a los mandamientos morales y espirituales de Dios. Cuando ignora las leyes divinas, se encuentra sin brújula en medio de un desierto de confusiones. Es entonces que se da a las drogas, al alcohol y a la vida desenfrenada, y termina al fin deseando suicidarse.

Regresemos al consejo del proverbista: «¡Fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría.»

Hermano Pablo

EL CIERVO ORGULLOSO

En nuestro singular “zoológico” nos encontramos ahora con un ciervo. El animal había llegado hasta una fuente de agua cristalina.

Y mientras bebía del agua, observó cuán hermosos eran sus cuernos, qué gracia y distinción le daban. Pero además, también vio reflejadas en el agua sus largas patas. Y pensó para sí: “¡Cuán largas son, que feas, y qué pies tan chicos tengo, que deforme!”


Pero no terminó el ciervo de pensar en sus cuernos y en sus piernas, cuando a la distancia apareció un león. Rápidamente el ciervo echó a correr con sus veloces patas. Pero con tan mala suerte que sus cuernos se enredaron al pasar por los arbustos del bosque, y el león lo alcanzó y lo devoró. Los pies que tanto había despreciado lo salvaron del león, mientras que los cuernos que tanto orgullo le habían dado, fueron la causa de su destrucción.

El pobre ciervo del cuento, al igual que los otros animales que desfilan por el “zoológico” de estas páginas, encierran una importante lección humana.
Bien puede representar a las personas que desprecian ciertas características de su vida, y a la vez se enorgullecen por las virtudes que dicen poseer. Y como resultado de semejante actitud, cuántas veces las tales personas cosechan en su propia experiencia el triste fin del ciervo.

A menudo, lo que parece despreciable en la vida propia puede abrir las puertas del éxito, como también, lo aparentemente meritorio, puede ser apenas una carga inútil de arrogancia y vanidad. El que se queja de su salud precaria, de su timidez, de sus pocas luces intelectuales, o de sus modestos recursos económicos, puede encontrar en tal condición un estimulante desafío para superarse y alcanzar un noble ideal. En cambio, aquel que confía exageradamente en sus pretendidas aptitudes puede perder el espíritu de lucha, y quedar por fin a la zaga de quien parecía menos apto.

¿No vemos cada día - en todos los órdenes de la vida - a personas que con lo poco que tienen, igualmente triunfan, mientras que otras mejor dotadas lloran su fracaso? Este es un tema digno de reflexión y del mejor auto-análisis: por qué unos llegan, y otros quedan detenidos en el camino.

¿Qué tal si en este día hiciéramos una lista de todos nuestros defectos y virtudes? Tal vez nos sorprenderíamos al vernos retratados en dicha lista.
Pero lo importante será no envanecernos ante las virtudes, ni desalentarnos frente a los defectos que descubramos. Toda virtud debe ser acompañada de sensatez y modestia; y todo defecto puede superarse para embellecer el carácter.

¿De qué manera es posible lograr esta calidad de vida espiritual? El empeño y la fuerza de voluntad son insuficientes. Pero como dijera San Pablo, “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”…El “suplirá todo lo que os falta” (Filipenses 4:13, 19).

Sí, Dios lo puede hacer por nosotros, si se lo pedimos con fe en oración. Porque “lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”. (Lucas 18:27)

CONFIAR A DIOS LO IMPOSIBLE

La doctora Amanda Whitworth se sentía frustrada, su auto era el noveno en una fila que subía muy despacio una colina debido a un camión que iba muy lentamente, y ella estaba apurada. Su último paciente había necesitado más atención de la requerida normalmente para los exámenes y se le había hecho tarde para recoger a su hija de la escuela.
Ahora susurraba una oración No volveré a llegar tarde y como sería la tercera vez que sucedía y la escuela no les permite tardanzas a sus padres, tendría que hacer arreglos para el cuidado de Allie por las tardes.
En silencio, Amanda protestaba por la lentitud del camión. Nadie se atrevía a pasarlo en la larga cuesta, ya que era imposible ver los autos que venían en dirección contraria. De repente, el chofer del camión movió su mano indicando que no venía ningún auto de frente.
Mientras Amanda pasaba por el lado del camión, pensó en que ese hombre era un extraño y nueve personas confiaban sus vidas y las de sus familias a él.
¡Qué representación tan tremenda de cómo hacemos todo lo que podemos hacer, y luego debemos confiar hasta el mínimo detalle de nuestras vidas al cuidado de Dios, que es un amante Padre Celestial!.
¡Y cómo nos consuela saber que Él siempre ve todo lo que tenemos por delante!
Mi trabajo es preocuparme por lo posible y confiar a Dios lo imposible.
Salmo 9:10En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Señor, no desamparaste a los que te buscaron.

EL MEJOR ARGUMENTO DEL CRISTIANISMO

Lectura: 1 Pedro 3:13-17
. . . estando . . . preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. . . . --1 Pedro 3:15.
¿Cuál es el mejor argumento que le podemos dar a quienes preguntan por qué hemos aceptado a Cristo como Salvador? ¿Cómo podemos testificar más persuasivamente de nuestra fe?
"Estando siempre preparados --apremió Pedro-- para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" (1 Pedro 3:15). El término griego para "razón" es apología. Eso no se refiere a una excusa débil; se refiere a un argumento convincente.
El filósofo William Alston, de la Universidad de Siracusa, ha escrito libros muy útiles en defensa de la fe cristiana. Él tiene algo que decir que debería animarnos a todos: "La prueba final de la trama cristiana viene de practicarla en la vida de uno, probando las promesas que la trama nos dice que Dios ha hecho, siguiendo en los caminos de la Iglesia, y viendo si llevan a la nueva vida del Espíritu."
No creas que no puedes ser apologista porque no eres filósofo ni erudito. Puedes testificar de la verdad y el poder del evangelio. Tu vida puede ser tu mejor argumento --tu mejor defensa de tu fe en Jesucristo-- a cualquiera que pregunte por qué crees.
Entonces, pon tu fe en práctica. Deja que la gente vea la diferencia que marca Jesús.
LA GENTE TE VA A ESCUCHAR DETENIDAMENTE SI TE VE VIVIENDO FIELMENTE.

sábado, 20 de septiembre de 2008

HOY..HARE Y CUMPLIRE LA FIEL PROMESA

“A causa, pues , de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes” Nehemías 9:38
Hay muchas ocasiones en la experiencia de la vida, cuando nosotros podemos muy acertadamente y para nuestro beneficio, renovar nuestro pacto con Dios. Ezequías tuvo la ocasión de renovar su pacto con Dios luego que él le dio unos años más de vida, de la misma manera nosotros podemos hacer lo mismo.
Después de experimentar un instante de rescate divino de cualquiera de nuestros problemas, nuestro regocijo brota nuevamente como nuevo y allí podemos visitar de nuevo la cruz y renovar nuestra consagración con el Rey.
Cuantas han sido las veces cuando, especialmente luego de apartarme de un pecado que ha contristado el Espíritu Santo o que ha traído deshonra a la causa del Señor, entonces con dolor he mirado nuevamente la sangre de Cristo la cual me puede dejar más blanco que la nieve y me he ofrecido nuevamente a él como una ofrenda nueva.
Hoy, quiero acercarme nuevamente a la cruz de Cristo y renovar mi promesa de serle fiel por encima de todas las circunstancias y dificultades. No solamente quiero renovar mi promesa en medio de los problemas diarios sino también en medio de mis prosperidades.
Hoy necesito preguntarme..He recibido recientemente alguna bendición del Señor que yo no esperaba? Ha puesto el Señor mis pies en lugar espacioso? Puedo cantar con confianza que el Señor me ha perdonado? Entonces hoy es el día para poner mis manos en el cuerno del altar y decir: Hoy, nuevamente Señor me comprometo delante de ti a servirte y amarte con todo mi ser y con toda mi alma.
Hoy no solamente quiero renovar mis votos de consagración al Señor, sino rodearme de gente que puedan recordarme de estos votos y exigirme que los cumpla. Porque soy muy dado a olvidar mis votos.
Señor, cuando veo tus bendiciones que día a día se derraman sobre mi, mi corazón se estremece de amor profundo. No me has pagado conforme mis rebeliones. Cuando contemplo tu fidelidad, lo único que deseo es renovar mis votos de fidelidad ante ti.
Hoy llego ante tu presencia con temor y temblor para decirte que nuevamente quiero poner mi vida en tu altar y que deseo volver a comenzar con el animo que una vez tuve y el fuego que una vez ardió en mi corazón. Ayúdame Señor a caminar fielmente en tus senderos y jamás olvidarme de tu amor y grande misericordia. Amén.

LOS RAYOS X DE CIRO

Ciro se sentó en silencio, con su cabeza dando fuertes latidos. Si le hubiera hecho caso a sus padres y no se hubiera acercado al lugar de la construcción.
-”¿Cómo dijiste que te ocurrió esto?”, le preguntó el doctor Jones cuando terminó de poner los puntos en la frente de Ciro.
-”Iba corriendo a casa y tropecé con una grieta en la acera”, explicó Ciro, esperando que su rostro no revelará la verdad.
-”Bueno, estarás bien”, dijo el doctor Jones. “Pero sí quiero sacar unos rayos X del cráneo, sólo para estar seguro”.
Ciro y su mamá fueron al departamento de rayos X del hospital. La cabeza de Ciro aún latía. Se acostó sobre la falda de la mamá y trató de relajarse. Pensaba cómo sería el sacar rayos X de la cabeza. De repente, Ciro se incorporó.
-”Estos rayos X, ¿van a mostrar mi cerebro y todos mis pensamientos?”, dijo sin pensar. Tan pronto hizo la pregunta sabía que era una pregunta tonta.
-”Hijo, despreocúpate”, dijo la mamá riéndose. “¿Tienes miedo de que quizás muestre pensamientos que no quieres que otros vean?”
Ciro volvió a bajar la cabeza. Se alegraba de que los rayos X no pudieran mostrar sus pensamientos. Entonces todos iban a saber cómo fue de verdad que se hirió la cabeza. Se enterarían de que había mentido.
-”Creo que tú eres el próximo”, dijo la mamá, frotándole la espalda.
-”Lo siento”, dijo Ciro con rapidez. “Mentí. Me lastimé en el lugar de la construcción”.
-”Luego hablaremos de eso”, la mamá dijo con una voz firme, pero aún tranquila. “Vamos con la enfermera”.
Más tarde aquella noche discutieron el problema de Ciro. ” Ciro, nunca te olvides que Dios ve todos nuestros pensamientos así como tú pensaste que le aparato de rayos X pudiera revelar los tuyos, le aconsejó la mamá”.
No hay nada que podamos esconder de Él. ¿Tienes pensamientos que te darían miedo o vergüenza si alguien los supiera?
Compártelos con Dios, Él ya los conoce. Pídele que te ayude a mantener tus pensamientos honestos y puros.
Mateo 9:4Y Jesús conociendo sus pensamientos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?

MEJOR QUE LO MEJOR

Lectura: Colosenses 1:19-29
Y con este fin también trabajo, esforzándome según su poder que obra poderosamente en mí. --Colosenses 1:29.
Cuando hace años Juan se hizo vendedor de una compañía de seguros bien conocida, su objetivo era trabajar eficazmente en su firma sin transigir en su integridad cristiana. Pero había quienes lo consideraban ingenuo. Desde su punto de vista, uno podía tener seguridad de empleo o integridad cristiana, no ambas cosas.
Sin embargo, Juan no flaqueó en su compromiso de ser un testigo piadoso en el mundo de los negocios. Aunque tenía un empleo que requería cálculos precisos, tenía una debilidad cuando se trataba de aritmética simple. Esto lo obligaba a depender más de Cristo en todo, lo cual mejoró su testimonio.
Con el tiempo, Juan se convirtió en el vendedor número uno de la compañía, y Dios lo usó para ganar a muchos colegas para Cristo. Posteriormente, en su calidad de gerente de sucursal, Juan y su equipo llegaron a ser la sucursal más grande de la compañía en todo el mundo, todo sin transigir en su integridad cristiana.
¿Te estás esforzando para vivir y trabajar sin transigir en un lugar difícil? ¿Estás haciendo lo mejor que puedes, pero tu mejor esfuerzo no es suficiente? Colosenses 1:29 nos recuerda que la dependencia en el gran poder de Dios que tenemos dentro es lo que nos hace eficaces. Juan, el hombre de negocios, lo resumió de esta forma: "Dios me ayuda a trabajar mejor de lo que puedo."
Dios hará lo mismo por ti.
NO TE GLORÍES EN LO QUE TÚ HACES POR CRISTO, SINO EN LO QUE CRISTO HACE POR TI.