martes, 9 de septiembre de 2008

DEJA QUE EL RIO CORRA

El Mar Muerto, localizado entre Israel y Jordania es famoso por ser el punto más bajo de la superficie terrestre. Es también una viva atracción turística por sus saludables balnearios, a los que se dirigen muchos para tomar baños de agua salada, y comprar cosméticos elaborados con el lodo de ese mar.
¿Te has preguntado alguna vez por qué le denominan Mar Muerto? Diferente a la mayoría de los grandes lagos, este no tiene salida. El río Jordán fluye hacia el Mar Muerto pero no hay circulación a la inversa. Sin compartir lo que recibe, muere.
Lo mismo se aplica a los seres humanos. Cuando recibimos dones de talento, educación, capital financiero, u otros recursos, podríamos pensar que al compartirlos con otros, quedaría menos para nuestro disfrute personal.
Sin embargo, cuando no ofreces de ti mismo a otros, una parte de tu ser, muere.
Como el Dr. David Livingstone comentara en una ocasión:
Las personas hablan del sacrificio que he hecho pasandoen África, gran parte de mi vida. ¿Puede esto ser llamadosacrificio, si tan sólo es admitir una gran deuda con nuestroDios que nunca podremos pagar? ¿Es un sacrificio algo que terecompensa con salud, con la conciencia de estar obrando bien,con paz mental y una radiante esperanza de un gloriosodestino? Enfáticamente, no es un sacrificio. Antes es unprivilegio… De esto no debemos ni hablar si recordamosel gran sacrificio que Él hizo, dejando el trono de Su Padreen lo alto, para darse a Sí mismo por nosotros.
Permitamos que el río del amor de Dios fluya de nosotros hacia todos los que nos rodean.
Y no os olvidéis de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque de tales sacrificios se agrada Dios.Hebreos 13:16

TE PAGARE DESPUES

Lectura: Lucas 14:7-14
. . . serás recompensado en la resurrección de los justos. --Lucas 14:14.
Supongamos que un jefe le dijera a un empleado: "De verdad apreciamos mucho lo que estás haciendo aquí, pero hemos decidido cambiar la manera en que te pagamos. Desde hoy, te vamos a pagar después. . . cuando te jubiles." ¿Saltaría de gozo el empleado? Claro que no. Así no funcionan las cosas en este mundo. A nosotros nos gusta el pago ahora, o al menos los días de pago.
¿Sabías que Dios promete "pagarnos" después, mucho después? ¡Y nos pide que estemos contentos con eso!
Jesús sugirió que nuestra recompensa máxima por las cosas buenas que hacemos en su nombre viene después que morimos. En Lucas 14, Jesús dijo que si cuidamos de los pobres, los cojos y los ciegos, nuestra recompensa por tal amabilidad vendrá en la resurrección de los justos (Lucas 14:14). También dijo que si somos perseguidos, debemos alegrarnos en ese día y saltar de gozo (Lucas 6:22-23). Cierto, el Señor nos da consuelo, amor y guía hoy, pero ¡qué cosas tan maravillosas ha planeado para nosotros en el futuro!
Tal vez no lo hayamos planeado de esta forma; no nos gusta esperar por las cosas. Pero imagínate lo glorioso que será cuando recibamos nuestras recompensas en presencia de Jesús. ¡Qué bien lo vamos a pasar mientras disfrutamos de lo que Dios ha reservado para después!
LO QUE SE HACE PARA CRISTO EN ESTA VIDA SERÁ RECOMPENSADO EN LA VIDA VENIDERA.

POEMA: TEN FÉ

¿Por qué temo de todo, si Dios está conmigo?
¿Donde está la confianza que me inspira la fe?
¿Tiene más importancia mi mortal enemigo
que El que todo lo puede y El que todo lo ve?

Alma mía, ya no sufras infundados temores,
bien es cierto que tienes a tu lado enemigos
y es bien cierto, que todos tienen planes traidores,
más también ve que tienes verdaderos amigos.

No los busques tan solo por el mundo que habitas,
puede ser que en el mundo no hallarás alguno
¡Oye bien la Plegaria que en la noche recitas
y verás que en el Cielo, tienes todos en Uno!

¿No es acaso tu amigo quién te dio inteligencia
porque puso a tu alcance tanto el bien como el mal?
¿No es acaso tu amigo quién te dio de su esencia
para hacerte con ella, para siempre inmortal?

Alma mía, no te ofusques porque sientas temores,
nunca pierdas por ellos tu preciada razón;
es a veces forzoso que sintamos dolores,
¡Por que nunca olvidemos nuestra humana armazón!

Hoy que estás abatida, ten confianza en el Cielo
y prosigue en la lucha con titánico pie,
ya verás como triunfas a pesar del desvelo,
¡Porque Dios es tu Amigo y ha premiado tu Fe!

Autor: Mario Garrido Lecona

LA DECISION

¿Alguna vez has pensado en la decisión que tuvo q tomar Moisés para abandonar Egipto?

Fue precisamente esa decisión la que hizo de él un gran hombre.

A Salomón se lo recuerda por su sabiduría, a Daniel por sus visiones, a David por sus Salmos y a Pedro por sus celos. En cambio, Moisés alcanzó su celebridad por la decisión que tomó.

_En el capítulo 11 de la Epístola a los hebreos Moisés aparece incluido entre los famosos héroes de la fe:

“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperios de Cristo que los tesoros egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón”. (Hebreos 11: 24-26)

Moisés, a quien la hija de Faraón encontró en una cesta entre los juncos del río Nilo, se crió en el palacio real, donde gozó de privilegios y opulencia. Pero ya siendo mayor tuvo q tomar una determinación.

Era hebreo; no egipcio.

Por tanto, ¿Sería fiel a Egipto y llevaría la corona de los faraones, u optaría por reintegrarse a su propio pueblo?

Es de suponer que aquello puso al joven Moisés en un grave dilema.

Cabe imaginárselo subiendo a algún lugar elevado y observando las luces de la ciudad imperial, el palacio con todas sus riquezas y belleza, con aquellas cosas a las que se había habituado toda su vida.

Supongo que de ahí volvió la mirada al sur y contempló las pirámides, donde los hombres de su pueblo trabajaban como esclavos del Faraón elaborando ladrillos. Al verlos trabajar al son del látigo de sus captores, el corazón de Moisés debía de arder dentro de él.

Eran de su mismo linaje, pero si optaba por convertirse en uno de ellos, tenia que renunciar a las comodidades y lujos de los que siempre había gozado. Vestiría el atuendo de los esclavos y dejaría atrás para siempre su madre adoptiva, la hija del Faraón.

Pese a ello, la palabra de Dios dice que escogió “antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado”.

Tengamos en cuenta que esos deleites del pecado eran más tentadores de lo que uno pensaría leyendo este simple pasaje: en aquel entonces Egipto era el lugar más atractivo de la Tierra. Sus bodegas rebosaban de grano, y los tesoros del mundo llenaban sus arcas. Moisés pudo haber heredado todo aquello.

Habiendo sido instruido “en toda la sabiduría de los egipcios” (Hechos 7:22), era perfectamente consciente de los que entrañaba: renunciar a las riquezas del imperio más poderoso de la Tierra para hacerse esclavo.

Sin embargo, además de poseer cultura y sabiduría, Moisés tenía visión de futuro: estuvo dispuesto a sacrificar los placeres del presente para obtener recompensas futuras.

Tuvo; según reza la escritura, “puesta la mirada en el galardón” (Hebreos 11:26b)

Es decir, sabía que los deleites del pecado duraban apenas un momento y que, en cambio, las recompensas divinas por decir con acierto serían divinas.

Moisés comprendió que, sin el favor de Dios, un millonario es apenas un mendigo.

El apóstol Pablo escribió de Jesús: “por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico”. (2Corintios 8:9)

Esa misma decisión tomó Moisés.

Pese a que aquella resolución supuso privaciones, sufrimientos y una terrible humillación, prefirió ser el menor de los hijos de Dios aquí en la Tierra y llevar una corona para siempre en el cielo. (Santiago 1:12; Apocalipsis 2:10)

Así pues tomó partido por los hijos de Dios, a fin de comparecer junto a ellos delante del Rey eterno.

Desde la escalinata del palacio, la determinación de Moisés puedo haber parecido insensata.

Sin embargo, cuando él vuelve la vista atrás desde la escalinata que conduce al trono de Dios en el cielo, se hace evidente que fue una decisión muy atinada y magnífica.

Como consecuencia, llegó a ser uno de los grandes dirigentes de la Historia, y su influencia se hace sentir hasta el día de hoy.

Actualmente son muchos los que al tomar decisiones pecan de miopía:

…solo ven el presente y por él hipotecan su futuro. No ven el galardón que podría ser suyo.

¿Qué decisiones tomas tú?

¿Eres corto de miras?

¿Sufres de miopía espiritual y vives mayormente para el presente?

¿O guardas en tu pensamiento y en tu corazón la expectativa del gran galardón que Dios a prometido a quienes le den prioridad y busquen primeramente su reino?

¿Los placeres te nublan la vista y te impiden ver el gran premio que Dios te tiene reservado?

Las realidades de la eternidad son deleites perdurables.

Dios te ama y tiene grandes planes para ti, pero deja la decisión en tus manos.

ELIGE BIEN.

lunes, 8 de septiembre de 2008

HOY.. DEBO SER UN SIRVO DE HECHO Y NO DE PALABRA

“He aquí dirás: Es un presente de tu siervo Jacob, que envía a mi Señor Esaú y he aquí el viene tras nosotros” Genèsis 32:18.
Hoy necesito preguntarme si soy un siervo de palabra o de hecho. Estoy imitando a Jacob quien se llamó a si mismo siervo de su hermano Esaú, pero en realidad se llamó siervo solo por temor, por lo tanto solo uso el título, pero en realidad de corazón no estaba sintiendo ni siendo un siervo.
Debo hoy ser cuidadoso de no llamarme a mi mismo un siervo, sino más bien ser un siervo. Jacob se llamó así mismo siervo por temor a Esau, pero no fue sino hasta que tuvo su experiencia de luchar con Dios que vino realmente a ser siervo, un siervo verdadero. Si necesito una experiencia como la tuvo Jacob para llegar a ser realmente un siervo, necesito estar dispuesto.
Hoy debo ser muy cuidadoso en no ponerme títulos pero en lugar de eso dar los contenidos de los títulos. Hoy hay muchos que quieren tener el oficio de siervo sin la función de siervo. Peor aun hay muchos que se llaman así mismos siervos pero se comportan y andan en la vida como Señores.
No quiero hoy ser uno que trata de impresionar con títulos, cargos y oficios, sino entender que hoy el mundo no necesita títulos sino acciones. El mundo está lleno de señores pero hacen falta siervos y hoy quiero ser un siervo. Hay solo un camino para llegar a ser un siervo y ese camino es el de la renuncia.
Un esclavo no tiene derechos y hoy vivimos en un mundo de solo derechos, cada uno reclama sus derechos pero pocos cumplen con sus deberes.
El único camino para ser un siervo es la renuncia. Un esclavo no tiene derechos..no tiene propiedades y está completamente controlado por su maestro. En el momento que yo pretendo ser alguien o reclamar algo yo dejo de ser un siervo y me convierto en un señor.
No puedo llegar a ser un siervo aceptable hasta que yo haya experimentado la autonegación de Filipenses 2:5-8 y no puedo experimentar eso hasta que no siga al único quien se negó a si mismo para darse por nosotros. Jesús. Si mantengo mi mirada en el Maestro divino encontraré en él el mejor ejemplo de humildad y servicio y eso es precisamente lo que quiero hacer hoy.
“Señor. Gracias por darme el ejemplo del verdadero servicio y la verdadero entrega. Confieso que muchos veces me he llamado siervo pero me he comportado como un señor.
Que vano ha sido mi caminar, por eso en este día llego ante tu presencia para decirte que me canse de actuar como señor y vengo ante tu altar para aprender de ti y ser un genuino y real siervo. Siervo tuyo y después de otros.

TODOS LOS DETALLES

Aquel sábado, Andrea no estaba de ánimo para tolerar las payasadas mañaneras de su hijo de 6 años. Mientras Steven discutía con sus amigos por un juego de video, ella sentía la presión de un montón de asuntos, que requerían de su inmediata atención.
Los productos alimenticios recién comprados para la cena del próximo día, ocupaban todo el espacio disponible sobre el desayunador de la cocina. Debajo de ellos, la lección de Escuela Dominical que debía preparar. La ropa de toda una semana, aún por lavar, yacía amontonada entre el cuarto de lavandería y la cocina. Y para colmo, la desconcertante carta de un amigo lejano que se encontraba en gran necesidad, se balanceaba al borde del fregadero.
En medio de este alboroto, la maestra de Escuela Dominical de Steven, llamó por teléfono:
-¿Irá Steven a la Fiesta con nosotros esta tarde?
- No mencionó nada al respecto.
- Bueno, pensamos partir cerca del mediodía. Si no llevó consigo a casa la nota solicitando el permiso de los padres, puedes escribir la información acostumbrada en un pedazo de papel y lo envías con él.
En cuanto Andrea notificó a Steven acerca de su paseo, su disposición cambio y durante las próximas dos horas su comportamiento fue el de un “chico modelo”.
Andrea estaba sacando un pastel del horno, cuando sonó el timbre de la puerta, seguido por un terrible disturbio. Corrió hacia la sala y allí encontró dos niñas, que agitaban papeles rosados, frente a su hijo que lloraba.
-¡No podré ir! -lamentó el chico-. ¡No tengo uno de esos papeles rosados!.
Por supuesto que sí, la única diferencia es que el tuyo es blanco, dijo ella mientras secaba sus lágrimas. Luego puso el papel en el bolsillo y lo despidió.
Al regresar a la cocina, Andrea se preguntó: ¿Y por qué no vino a mí y me pidió el papel? ¿ Acaso no ha sido mi hijo el tiempo suficiente, como para saber que yo tendría la solución?
De pronto, una leve sonrisa se vislumbró en su rostro al observar el caos a su alrededor y casi pudo escuchar a su Padre celestial decir: ¿Acaso no has sido mi hija el tiempo suficiente, como para saber que tengo TODAS las cosas bajo control?

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Juan 14:1

PRENTACIÓN


También fue presentado a Dios el hijo de Javier y su esposa.