lunes, 7 de julio de 2008

SIN LEVANTAR POLVO

Un día, un comerciante de caballos llevó dos magníficos corceles a un príncipe y los ofreció en venta. Ambos animales eran semejantes: jóvenes, robustos y de buena constitución.
Pero el comerciante pedía por uno de ellos el doble de lo que pedía por el otro. El príncipe llamó a sus cortesanos y les dijo:
-Le regalaré estos magníficos potros al que pueda explicarme por qué uno de ellos vale lo doble que el otro.Los cortesanos se acercaron a los dos animales y los observaron cuidadosamente, pero no pudieron descubrir ninguna diferencia que justificarse una diferencia de precios tan grande.-Ya que no comprenden la diferencia entre los dos caballos, será mejor probarlos, así podrán ver con mayor claridad por qué tienen un valor tan distinto.
Hizo que dos jinetes los montaran e hizo que dieran algunas vueltas alrededor del patio del palacio. Ni siquiera después de esta prueba los cortesanos lograban entender la diferencia de precio entre los caballos.Entonces el príncipe explicó:
-Habrán notado que, al correr, uno de ellos casi no dejaba rastros de polvo, mientras que el otro levantaba una gran polvareda. Por esto el primero vale lo doble que el otro, porque cumple con su deber sin levantar tanto polvo.”
Al parecer, la humildad y sencillez no son virtudes muy valoradas en nuestra época. Cumplir el deber con responsabilidad es muy cotizado hoy en día porque importan los resultados;
también el estar preparado con estudios y experiencia práctica y el saber trabajar en equipo tienden a estimarse como cualidades invaluables; sin embargo la modestia y humildad de quien no presume de sí mismo, ni de sus cualidades, ni de sus logros -sintiéndose superior a los demás y merecedor de los más altos reconocimientos y remuneraciones no está bien visto. Hoy al igual que hace dos mil años: “en nuestra sociedad hace carrera el que más polvo levanta…” (Mateo 26,26).
“Levantar polvo”, presumir de logros o cualidades personales, “hacerse notar”, puede ser una manifestación de falta de afecto o de reconocimiento por parte de la familia, dé los amigos o de los jefes en el trabajo que busca compensar el reconocimiento que otros no hacen sobre uno.
Puede ser también una señal de soberbia, de ser reconocido y alabado por los demás a los que se percibe como inferiores. En cualquier caso el hacerse notar, aunque uno sea realmente bueno, desdice de la calidad humana que no busca la recta intención de cumplir el deber como un servicio a los demás, sino ante todo, como una fuente de halagos y deferencias, centrando la acción no en el Tú o Ustedes, sino en el Yo.Pero ¿por qué el cumplir con el deber sin levantar tanto polvo puede llegar a ser una cualidad tan valiosa?
Quizá porque encarna a la humildad, y sólo la gente humilde es capaz de reconocer sus errores, que es el punto de partida de la superación personal. Sólo el humilde acepta la crítica constructiva de los padres, de los profesores o de los jefes y compañeros de trabajo; sólo los humildes reconocen cuando se equivocan y piden disculpas si ofendieron o afectaron a alguien con su mal proceder, con sus comentarios u omisiones.
La humildad también es una virtud excepcional porque gracias a ella no sentimos que lo sabemos todo y por tanto reconocemos que podemos aprender de los demás, aún de la gente sencilla. Sólo los humildes saben encontrar la riqueza en los demás.
La humildad de quien no levanta polvo además se agradece por que una persona presumida, jactanciosa y soberbia cae mal en todas partes y crea a su alrededor una atmósfera densa, ya que sólo se preocupa por sí mismo y se olvida de los demás, en cambio, el humilde y sencillo es fácil de trato porque es transparente, porque comparte logros y fracasos, por-que se preocupa por los demás tanto como por sí mismo y, además, porque sabe escuchar y aprender de las experiencias de otros.
El humilde cumple su deber sin presunción, está abierto al diálogo y al conocimiento, aprende de sus experiencias, reconoce sus errores y es agradable, por eso vale “oro” comparado con el que simplemente es muy capaz.

Filipenses 2:3Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;

NO NOS ENGAÑEMOS

Lectura: Santiago 1:19-25
Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. --Santiago 1:22
Un niño escuchó a su madre decirle: «Ve a mirarte en el espejo y a lavarte la cara.» Él insistía en decir: «Ya lo he hecho.» Pero ella contestaba: «Solamente te estás engañando.» Su cara sucia le demostraba a ella que si él en realidad se había mirado en el espejo, ignoró lo que el espejo le reveló. Puede haber visto la verdad sobre sí mismo, pero no actuó en consecuencia.
El apóstol Santiago enseñó que cualquiera que oye la Palabra de Dios pero no la obedece, se engaña a sí mismo. Es como alguien que se mira al espejo pero sigue sin cambiar (Santiago 1:22-24). Escucha y lee la Palabra de Dios, pero luego la descarta y no permite que las Escrituras lo cambien. Sin embargo, la persona que se mira en el espejo de la Palabra de Dios y anhela ser transformada por ella, «no es oidor olvidadizo» (v.25). Quiere que la Palabra le revele sus verdaderas necesidades y le muestre verdades que obedecer. Al obedecer, cada vez más se parece a Cristo. Santiago dijo que esa clase de persona «será bienaventurad[a] en lo que hace» (v.25).
Si honestamente deseamos parecernos más a Cristo en nuestras actitudes, acciones y reacciones, debemos mirar regularmente en el espejo de Dios, que es la Biblia. Pero no nos engañemos: mirar solamente no es suficiente. La Palabra de Dios nos transformará, pero sólo si la obedecemos.
ABRE TU BIBLIA EN ORACIÓN, LÉELA CON DETENIMIENTO Y OBEDÉCELA CON GOZO.

domingo, 6 de julio de 2008

COLABORACION



El pasado domingo dia 1 de Junio, entraron de madrugada a la iglesia por el tejado, no robaron nada pero, prendieron fuego por el patio y se quemó todo lo que ahí había, materiales que alcanzaban un valor aproximado a 30.000 euros, incluso el fuego pasó a la fábrica de al lado y quemó una máquina de pinturas valorada en 50.000 euros. Al no disponer de un seguro en la iglesia por economía, seguramente nos hagan pagar el valor de la maquina de pinturas y debido a su valor tan alto no podremos pagarlo, por eso os facilitamos este numero de cuenta para quien pueda o quiera aportar pueda hacerlo. 201301174202016260082 Caixa de Cataluña .
Gracias por vuestra colaboración.

EL PRINCIPIO DEL BOOMERANG

Estoy convencido de que cuando las motivaciones de la gente son puras y genuinamente desean agregar valor a los demás, no pueden ayudar a otros sin recibir algún beneficio. La retribución pudiera ser inmediata o pudiera tomar largo tiempo en llegar, pero ocurrirá. Y cuando lo haga, la relación comienza a resonar con energia. Ustedes están probablemente familiarizados con la historia de Helen Keller, la muchacha sorda y ciega cuya vida fue transformada gracias a los esfuerzos de Anne Sullivan. Keller, quien solo tenía siete años cuando Sullivan llegó a su vida, vivía casi como un animal. Pero Sullivan la enseñó a comunicarse y le abrió el mundo a ella. Para cuando Keller llegó a ser adulta, ella podía cuidarse a sí misma. Ella llegó a recibir un grado del Radcliffe College y se convirtió en una famosa escritora y conferencista. Lo que tal vez no sepan es que cuando Anne Sullivan enfermó años más tarde, la persona que cuidó de ella no fue otra que Helen Keller. La ayudadora se convirtió en la que necesitaba ayuda, y aquella a quien ella había agregado valor se volteó y agregó valor a su vida. Invirtamos en los demás, y tal como un “boomerang”, tal inversión regresará, a veces de la manera menos esperada.
Extracto de “Ganando con Gente”, por John Maxwell
Echa tu pan sobre las aguas; después de muchos días lo hallarás.Ecle 11:1
Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Sal 126:5

FRIO O CALIENTE

Lectura: Apocalipsis 3:14-22
Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! --Apocalipsis 3:15.
Me gusta la sopa cuando está humeando de caliente y los refrescos cuando están fríos como el hielo. No soporto ninguno de los dos cuando están tibios. Jesús tiene la misma actitud hacia las personas que profesan ser sus hijos. Él detesta la tibieza. Dijo que ojalá fueran fríos o calientes (Apocalipsis 3:15).
Aunque algunas personas creen que el término frío se refiere a la hostilidad hacia Jesús y el evangelio, no creo que Él prefiera la hostilidad a la indiferencia. Más bien en su mensaje a la iglesia de Laodicea, Jesús puede haber estado pensando en dos manantiales que había en la región: los manantiales minerales calientes de Hierápolis y los puros manantiales de agua fría de Colosas. Se creía que los manantiales calientes tenían poder sanador. Los manantiales fríos refrescaban. Los cristianos de la iglesia de Laodicea no traían ni sanidad a los que estaban espiritualmente enfermos, ni refrigerio a los cansados. Eran tibios y no ayudaban a nadie.
Tú y yo debemos hacernos estas preguntas: ¿Soy yo refrescante para los que están cansados espiritualmente porque les llevo aliento, gozo y esperanza? ¿Traigo sanidad desafiando al negligente, corrigiendo al que yerra y motivando al indiferente? Recuerda, no podemos ayudar a nadie si somos tibios. El Señor nos quiere fríos o calientes, lo que se necesite en ese momento.
UN CRISTIANO INDIFERENTE NECESITA UNA NUEVA PASIÓN POR DIOS.

sábado, 5 de julio de 2008

LA PIEZA FALTANTE

Narra la historia de una rueda a la que le faltaba un pedazo, pues habian cortado de ella un trozo triangular. La rueda queria estar completa, sin que le faltara nada, asi que se fue a buscar la pieza que habia perdido.
Pero como estaba incompleta y solo podia rodar muy despacio, reparo en las bellas flores que habia en el camino; charlo con los gusanos y disfruto de los rayos del sol. Encontro montones de piezas, pero ninguna era la que le faltaba, asi que las hizo a un lado y prosiguio su busqueda.
Un dia hallo una pieza que le venia perfectamente. Entonces se puso muy contenta, pues ya estaba completa, sin que nada le faltara. Se coloco el fragmento en el cuerpo y empezo a rodar. Volvio a ser una rueda perfecta que podia rodar con mucha rapidez…Tan rapidamente, que no veia las flores ni charlaba con los gusanos. Cuando se dio cuenta de lo diferente que parecia el mundo cuando rodaba tan a prisa, se detuvo, dejo en la orilla del camino el pedazo que habia encontrado y se alejo rodando lentamente.
La moraleja de este cuento, es que, por alguna razon, nos sentimos mas completos cuando nos falta algo. El hombre que lo tiene todo es un hombre pobre en ciertos aspectos: nunca sabra que se siente anhelar, tener esperanzas, nutrir el alma con el sueno de algo mejor; ni tampoco conocera la experiencia de recibir de alguien que lo ama lo que siempre habia deseado y no tenia.
Hay integridad en la persona que acepta sus limitaciones y tiene el suficiente coraje para renunciar a sus suenos inalcanzables sin considerar que por eso ha fracasado. Hay entereza en quien ha aprendido que es lo bastante fuerte para sufrir una tragedia y sobrevivir, que puede perder a un ser querido y aun asi sentirse completo. Ha atravesado por la peor experiencia y salido indemne.
Cuando aceptemos que la imperfeccion es parte de la condicion humana y sigamos rodando por la vida sin renunciar a disfrutarla, habremos alcanzado una integridad a la que otros solo aspiran. Eso, creo yo, es lo que Dios nos pide: no que seamos perfectos ni que nunca cometamos errores. Sino que seamos integros. Y, finalmente, si tenemos suficiente valor para amar, compasion para perdonar, generosidad para alegrarnos con la felicidad ajena y sabiduria para reconocer que hay AMOR de sobra para todo el mundo, entonces podremos alcanzar una satisfaccion que nunca otra criatura viviente tendra jamas.
Jesus dijo:“Bienaventurados los pobres en espiritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.

EL MUNDO OBSERVA

Lectura: 1 Juan 2:1-11
El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo. --1 Juan 2:6.
Si a la gente de tu comunidad le preguntaran acerca de los cristianos que viven allí, ¿qué crees que dirían? ¿Dirían que reconocen a los cristianos por su amor o por algo más?
Considera estas dos situaciones reales: En una pequeña ciudad, un restaurante decidió cerrar los domingos por la noche porque el personal se negaba a trabajar para la gente que salía del culto del domingo en la noche. Las personas que iban al restaurante eran groseras, desordenadas y dejaban poca propina.
En otra ciudad, el gerente de una tienda que vendía boletos para conciertos informó que algunas de las personas más groseras que había conocido eran unas que habían comprado boletos para escuchar a un reconocido grupo de cantantes cristianos.
A veces no nos damos cuenta, pero el mundo no cristiano nos observa. Nuestros vecinos y conocidos y otros con quienes nos encontramos notan nuestra conducta. Saben que si decimos ser seguidores de Cristo, se supone que seamos amables y compasivos. Saben que nuestra vida debe reflejar amor y semejanza a Cristo (Juan 13:35; 1 Juan 2:6). Saben que no debemos estar tan ocupados con nuestros propios intereses que no amemos a las demás personas.
Cerciorémonos de que la gente que observa nuestra vida quiera conocer a nuestro Salvador. --
NADA ES TAN ATRACTIVO COMO SER IGUAL A CRISTO.