jueves, 3 de julio de 2008

INSCRIPCION

Me llamas Maestro, y no tomas ejemplo.
Me llamas la Luz, y no me miras.
Me llamas Camino, y no me sigues.
Me llamas Sabio, y no me preguntas.
Me llamas El Que Ama, y no me amas.
Me llamas el Rico, y no me pides nada.
Me llamas el Eterno, y no me buscas.
Me llamas el Misericordioso, y no confías en mí.
Me llamas el Noble, y no me sirves.
Me llamas el Todopoderoso, y no me honras.
Me llamas el Justo, y no me temes.

Yo te condeno,
y tú no puedes echarme la culpa de nada.

Inscripción en una iglesia de Lübeck, Alemania.

ALGUNAS FRASES SABIAS

Una vez que termina el juego, el rey y el peón regresan a la misma caja. –Proverbio italiano
El corazón, al igual que la uva, es dado a entregar su cosecha en el mismo momento en que parece estar aplastado. –Roger Houseden
Cuando las telarañas se unen, pueden atar a un león. –Proverbio etíope
Lo más grande en este mundo no consiste tanto en dónde estamos parados como en qué dirección nos estamos moviendo. –Johann Wolfgang von Goethe
La voluntad necesita ser más fuerte que la habilidad. –Muhammad Alí
Un verdadero amigo nunca se entremete en nuestro camino a menos que vayas cuesta abajo. –Arnold Glasgow
Auto-disciplina es cuando nuestra conciencia nos pide hacer algo y no le contestamos. –W.K. Hope
No podemos tener un mejor mañana si seguimos pensando acerca del ayer todo el tiempo. –Charles F. Kettering
Sólo aquellos que se atreven a fracasar en grande llegan a realizar grandes logros. –Robert F. Kennedy
La habilidad podrá llevarnos a la cima, pero se necesita carácter para permanecer allí. –John Wooden
Tan sencillo como pueda sonar, todos necesitamos intentar ser la mejor persona posible: tomando las mejores decisiones y sacándole el máximo provecho a los talentos que nos han sido dados. –Mary Lou Retton
El temor es solo tan profundo como lo permita la mente. –Proverbio japonés
Hay dos opciones primordiales en la vida: aceptar las condiciones tal como existen o aceptar la responsabilidad de cambiarlas. –Denis Waitley
Nosotros somos el único problema que jamás tendremos y también somos la única solución. –Bob Proctor
Son nuestras escogencias –y no la suerte– la que determinan nuestro destino. –Jean Nidetch
El gozo es el sentimiento de sonreírnos por dentro. –Melba Colgrove

<<>>El temor del (La reverencia al) SEÑOR es el principio de la sabiduría; Los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.La Nueva Biblia de los Hispanos (© 2005 Lockman)

NUESTRO HOGAR ESTA ADELANTE

Lectura: Hebreos 11:8-10
Por la fe habitó [Abraham] como extranjero en la tierra de la promesa como en tierra extraña. . . . --Hebreos 11:9.
Ahora que me acerco al final de la peregrinación de la vida, estoy pensando más como un transeúnte. Supongo que es natural. Abraham primero se describió como «extranjero y peregrino» cuando estaba comprando un lugar para sepultar a Sara (Génesis 23:4). El tiempo y la muerte te hacen pensar en esas cosas.
La mayoría de los creyentes ancianos dicen lo mismo: no hay hogar para nosotros de este lado del cielo. Igual que Cristiano en El peregrino de Juan Bunyan, una vez hemos vislumbrado la ciudad celestial no podemos volver a contentarnos con nada menos. Como Abraham, buscamos una ciudad cuyo constructor es Dios (Hebreos 11:10).
En la obra Lord Of The Rings [El Señor de los anillos] de Tolkien, cuando Frodo y los otros hobbits empiezan su gran aventura cantan: «El hogar queda atrás, el mundo está por delante.» Pero para los cristianos es al revés: el mundo queda atrás; nuestro hogar está adelante.
Allí no hay valle de lágrimas porque Dios «enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado» (Apocalipsis 21:4). Esa promesa hace que la peregrinación actual sea más fácil de soportar.
Puesto de otra manera, es la esperanza de llegar a casa lo que me sostiene. ¡Estoy loco por llegar!
MIENTRAS MÁS DESEES EL CIELO, MENOS DESEARÁS LA TIERRA.

miércoles, 2 de julio de 2008

HOY..DESCONFIARE DE LA NATURALEZA HUMANA,Y NO DE LA GENTE

“Por eso,, nosotros ya no pensamos de nadie según los criterios de este mundo; y aunque antes pensábamos de Cristo según tales criterios, ahora ya no pensamos así de él” II Cor 5:16.
¿Cuántas veces me he preocupado acerca de lo que la gente piensa de mi como persona?…Qué inútil. Cómo puedo gastar tiempo pensando acerca de eso si lo más importante es lo que Dios piensa de mi.
¿Cuantas veces he pensado más de ciertas personas y las he juzgado por la escala de valores de este mundo, olvidando que los cristianos estamos llamados a pensar de otros en la escala de Dios?. Hoy desconfiaré de la naturaleza humana pero no de las personas.
Hoy necesito hacer distinción entre “naturaleza humana” y “personas o gente”. Jesús no confió en la naturaleza humana, pero confió en las personas. Pablo dijo que él no confiaba en la carne, pero más adelante dijo: “nosotros ya no pensamos de nadie según los criterios de este mundo”. Mis relaciones deben estar ajustadas a la gente en la manera en que Jesús lo hizo, no confiando en la naturaleza humana, pero en la gente. Puedo yo desconfiar en la naturaleza humana sin rechazar a la gente?.
¿Cómo puedo yo amar a alguien de quien no puedo confiar en su naturaleza humana?. Para poderlo hacer, necesito traer en mi relacionamiento con otros a una tercera persona. Mis relaciones con otras personas deben desarrollarse en base a un triángulo. Jesús, la otra persona y yo. Nunca debiera relacionarme a alguien sin incluir a Jesús en esa relación. Si no incluyo a Jesús terminaré frustrado.
Hoy debo entender que aunque la naturaleza humana no es redimible, la gente si lo es. Dios no salvará a la naturaleza humana, pero el puede y quiere salvar al hombre y a la mujer de su naturaleza humana.
La Biblia dice que Dios amó al mundo, refiriéndose al mundo de gente y no al mundo conocido como el principio de la naturaleza humana. Si yo espero demasiado de los que yo amo terminaré frustrado, pero si puedo esperar bastante de ellos si yo estoy confiando en Jesús dentro de ellos.
Hoy debo mirar a la gente, enemigos, amigos o familia no como gente en si…sino a Jesús en ellos.
Señor, necesito aprender bastante en relación a mi trato con los que viven conmigo o con quienes yo trato. Ayúdame a mirar no simplemente su naturaleza humana en la cual no puedo confiar, pero mirarte a ti en ellos, porque en ti sí puedo confiar. Muchas veces he terminado frustrado por esperar mucho de la gente…pero lo que si puedo esperar es lo mucho que tiene para operar en la vida de ellos.
Hoy no confiaré en la naturaleza humana, per si quiero confiar primero en ti y luego en ellos, sabiendo que operar milagros en la vida de ellos y a través de ellos. Amen.

YO SONRIO

Lectura: Salmo 118:14-21
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas. --2 Corintios 5:17.
Hace unos años, el cantante Russ Lee sacó una canción titulada I Smile [Yo sonrío]. Cuando uno descubre cómo cambió Jesucristo su vida se da cuenta por qué canta una canción que dice: «Yo sonrío cuando pienso en la manera en que Tú cambiaste mi vida. Sonrío cuando pienso en la felicidad que en Ti encontré.»
Cuando Russ tenía 17 años, sus días fueron desperdiciados en las drogas, el alcohol, el aburrimiento y el dolor. Su vida estaba llena de problemas que él mismo se ocasionaba y de falta de esperanza. Un día, mientras escuchaba una vieja canción de rock titulada I Can't Get No Satisfaction [No encuentro satisfacción], se dio cuenta de que la misma describía su vida. Dos días después, un amigo lo invitó a la iglesia. Allí Russ escuchó que la verdadera satisfacción viene de conocer a Jesucristo. Así que acudió a Él por fe.
Entonces, ¿qué fue lo primero que hizo Russ después de confiar en Cristo? Según el libro Touched By The Savior [Tocado por el Salvador], de Mike Yorkey, Russ dijo: «Regresé a mi auto. En el maletero había una bolsa de basura llena de drogas que yo había estado vendiendo. Ya no voy a necesitar esto --pensé--, y tenía razón. Deseché la bolsa. Desde ese día, Dios transformó mi vida de adentro hacia afuera. Me convertí en una nueva criatura.»
No es de extrañar que Russ Lee pueda cantar con exuberancia: «Yo sonrío.» ¿Sonríes tú?
UN CÁNTICO EN EL CORAZÓN PONE UNA SONRISA EN EL ROSTRO.

martes, 1 de julio de 2008

EL ZAPATERO

Un joven llamado Ronald tenia una tía que lo quería mucho y era muy bondadosa con el. En una ocasión ella llevo al joven a un zapatero para que le hiciera un par de zapatos a la medida.
El zapatero le pregunto: ¿Quieres los zapatos puntera cuadrada o redonda? Ronald tartamudeo un poco, el no sabia lo que quería.
El zapatero dijo: ” Esta bien. Ven por acá dentro de un par de días, me dices lo que quieres y te haré los zapatos”. Dos días después, el zapatero lo vio en el pueblo y le volvió a preguntar:
“¿Quieres los zapatos puntera cuadrada o redonda?
Ronald le contesto: “No se”.
El zapatero le dijo: “Ven dentro de dos días y tus zapatos estarán listos”.
Ronald contaba que cuando fue a buscar los zapatos, uno de ellos tenía la puntera cuadrada y el otro redonda.
El zapatero lo miro y le dijo: “Esto te enseñara que desde ahora en adelante, no debes permitir que la gente tome decisiones por ti”.Y el joven agregaba: ” Aprendí allí mismo a tomar mis propias decisiones, si uno no lo hace, otro lo hará por uno”
¿No sientes la suficiente confianza como para tomar una decision, ya que tienes miedo de cometer algún error?, bueno, pues entonces recuerda que inclusive las malas decisiones pueden ser una excelente oportunidad de aprender.

Filipenses 1:9“Que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, Para que discernáis lo mejor;”Salmos 55:22“Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.”Proverbios 9:10“El temor del Eterno es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”Proverbios 9:8-9“Corrige al sabio, y te amará. Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber”.

DEJA QUE DIOS HAGA SU OBRA

Lectura: 1 Corintios 3:1-11
Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios que da el crecimiento. --1 Corintios 3:7.
En nuestro celo por servir al Señor es fácil pensar que tenemos la responsabilidad de producir resultados. Esto nos hace poner demasiada fe en nuestra habilidad y muy poquita en la de Dios.
Pablo observó esta misma tendencia en la iglesia de Corinto. Ciertos creyentes ensalzaban el ministerio de Pablo de sembrar semillas, mientras que otros favorecían el de Apolos, el cual las regaba. En 1 Corintios 2, Pablo les recordó que es Dios quien hace que la semilla dé fruto (vv.4-7). No obstante, Pablo reconocía que sus fieles esfuerzos formaban parte del plan de Dios, y que «cada uno recibirá su propia recompensa conforme a su propia labor» (v.8).
Imagínate un agricultor sentado en el pórtico de su casa. Le preguntas qué hace. Y él te contesta: «Labrar la tierra.» Le preguntas qué cosecha. Él contesta: «Trigo.» «Pero sus campos no se ven arados ni sembrados» --le dices. «Así es» --contesta él. «Estoy labrando por fe y creyendo que Dios dará la cosecha.» «Pero, ¿no debería usted estar haciendo algo?» --replicas tú. Y él contesta: «Lo estoy haciendo. Estoy orando y creyendo.»
Esta historia me recuerda que Dios no hará la obra por nosotros. La mejor manera de servir es sembrando fielmente y regando la semilla. Luego, hay que confiar a Dios los resultados.
NOSOTROS PODEMOS SEMBRAR LA SEMILLA. SÓLO DIOS PUEDE DAR LA COSECHA.