martes, 27 de mayo de 2008

LA MURALLA DE NIEVE

Cuando el año 1814 empezó, tropas de suecos, cosacos, alemanes y rusos estaban a media hora de marcha de la ciudad de Sleswick.
noticias terribles del comportamiento de los soldados venían desde el campo cada día. Se pensaba que el ataque final llegaría la medianoche del 5 de enero, que se acercaba.
En las afueras de la ciudad, en el lado por donde venían los enemigos, había una casa solitaria, y en ella había una anciana creyente, que estaba orando seriamente con las palabras de un antiguo himno, para que Dios levantase una muralla alrededor de ellos, para que el enemigo no pudiera atacarles. En esa misma casa vivían su hija, viuda, y su nieto, un joven de 20 años. Él oyó la oración de su abuela, y no pudo evitar decir que no comprendía cómo ella podía pedir algo tan imposible como que un muro se construyera alrededor de la casa para librarlos del enemigo. La anciana añadió:
- "Sin embargo, ¿piensas que si fuera la voluntad de Dios construir una muralla alrededor de nosotros, sería imposible para Él?
Llegó la terrible noche del 5 de enero y a la medianoche los soldados empezaron a entrar en todos lados. La casa de la que hablábamos estaba cerca de la carretera, y era mayor que las casas que estaban cerca, que eran solo casas muy pequeñas. Sus habitantes miraban con ansioso temor cómo los soldados entraban en una y otra casa para pedir lo que quisieran; pero todos pasaron de largo de su casa.
Durante todo el día había habido una terrible nevada (la primera del invierno) y hacia la noche la tormenta se hizo tan violenta que apenas se reconocía con otros años.
Al final cuatro partidas de cosacos llegaron, porque la nieve no los dejara entrar antes en la ciudad por otro camino. Esta parte de las afueras estaba un poco lejos de la ciudad misma. Las casas cercanas a donde vivía la anciana se vieron así llenas con 50 o 60 de estos hombres salvajes. Fue una noche terrible para los que vivían en esa parte de la ciudad, llena a rebosar con tropas enemigas. Pero ni un solo soldado entró en la casa de la abuela; y en medio de los gritos de alrededor ni siquiera se oyó un golpe en la puerta para asombro de la familia.
A la mañana siguiente, cuando salió el sol, vieron la causa. La tormenta había descargado una cantidad tal de nieve entre la carretera y la casa que no se podía llegar allí.
- "¿Ves ahora, hijo mío," -dijo la anciana- "que fue posible para Dios levantar una muralla alrededor de nosotros?".

LA MUÑECA DE LA ROSA BLANCA

De prisa, entre en la tienda por departamentos a comprar unos regalos de Navidad a ultima hora.
Miré a mi alrededor toda la gente que allí había y me moleste un poco. "Estaré aquí una eternidad; con tanto que tengo que hacer", pensé. La Navidad se había convertido ya casi en una molestia. Estaba deseando dormirme por todo el tiempo que durara la Navidad. Pero me apresuré lo mas que pude por entre la gente en la tienda.
Entre en el departamento de juguetes. Otra vez más, me encontré murmurando para mi misma, sobre los precios de aquellos juguetes. Me pregunté si mis nietos jugarían realmente con ellos. De pronto, me encontré en la sección de muñecas. En una esquina, me encontré un niñito, como de 5 años, sosteniendo una preciosa muñeca; estaba tocándole el cabello y la sostenía muy tiernamente. No me pude aguantar; me quede mirándolo fijamente y preguntándome para quien sería la muñeca que sostenía, cuando de pronto se le acerco una mujer, a la cual el llamo tía.
El niño le pregunto: "Estás segura que no tengo dinero suficiente?" Y la mujer le contesto, con un tono impaciente: "Tu sabes que no tienes suficiente dinero para comprarla". La mujer le dijo al niño que se quedara allí donde estaba mientras ella buscaba otras cosas que le faltaban. El niño continuó sosteniendo la muñeca.
Después de un ratito, me acerqué y le pregunté al niño para quién era la muñeca. El me contesto: "Esta muñeca es la que mi hermanita deseaba con tanto anhelo para Navidad. Ella estaba segura que Santa Claus se la iba a traer." Yo le dije que lo mas seguro era que Santa Claus se la traería. Pero el me contesto: "No, Santa no puede ir a donde mi hermanita esta. Yo le tengo que dar la muñeca a mi mamá para que ella se la lleve a mi hermanita", Yo le pregunte donde estaba su hermana y el niño, con una cara muy triste me contesto: "Ella se ha ido con JESÚS, mi papa dice que mamá se va a ir con ella también".
Mi corazón casi deja de latir. Volví a mirar al niño una y otra vez. El continuó: "Le dije a Papá que le dijera a Mamá que no se fuera todavía. Le dije que le dijera a ella que esperara un poco hasta que yo regresara de la tienda." El niño me pregunto si quería ver su foto y le dije que me encantaría, entonces, el saco unas fotografías que tenia en su bolsillo y que había tomado al frente de la tienda y me dijo: "Le dije a Papá que le llevara estas fotos a mi Mamá para que ella nunca se olvide de mi. Quiero mucho a mi Mamá y no quisiera que ella se fuera. Pero Papá dice que ella se tiene que ir con mi hermanita".
Me di cuenta que el niño había bajado la cabeza y se había quedado muy callado. Mientras el no miraba, metí la mano en mi cartera y saqué unos billetes. Le dije al niño que contáramos el dinero otra vez. El niño se entusiasmo mucho y comento: "Yo se que es suficiente." Y comenzó a contar el dinero otra vez. El dinero ahora era suficiente para pagar la muñeca. El niño, en una voz muy suave, comento: "Gracias JESÚS por darme suficiente dinero". El niño entonces comento: "Yo le acabo de pedir a JESÚS que me diera suficiente dinero para comprar esta muñeca, para que así mi Mama se la pueda llevar a mi hermanita. Y El oyó mi Oración. yo le quería pedir dinero suficiente para comprarle a mi Mamá una Rosa Blanca también, pero no lo hice. Pero El me acaba de dar suficiente para comprar la muñeca y la Rosa para mi Mamá. A ella le gustan mucho las Rosas, le gustan mucho las Rosas Blancas."
En unos minutos la tía regreso y yo, desapercibidamente, me fui. Mientras terminaba mis compras, con un espíritu muy diferente al que tenia al comenzar las compras, no podía dejar de pensar en el niño. Seguí pensando en una historia que había leído en el periódico unos días antes, acerca de un accidente causado por un conductor ebrio, el cual había causado un accidente donde había perecido una niñita y su Mamá estaba en estado de gravedad. La familia estaba deliberando en si mantener o no a la mujer con vida artificial y máquinas. Me di cuenta de inmediato que este niño pertenecía a esa familia.
Dos días mas tarde leí en el periódico que la mujer del accidente había sido apartada de la maquinaria que la mantenía viva y había muerto. No me podía quitar de la mente al niño.
Mas tarde ese día, fui y compré un ramo de Rosas Blancas y las lleve a la funeraria donde estaba el cuerpo de la mujer. Y allí estaba, la mujer del periódico, con una Rosa Blanca en su mano, una hermosa muñeca, y la foto del niño en la tienda. Me fui llorando... mi vida había cambiado para siempre. El amor de aquel niño por su madre y su hermanita era enorme. En un segundo, un conductor ebrio le había destrozado la vida en pedazos a aquel niñito.
Ahora tu tienes la opción, tu puedes cambiar de actitud y ser mas sensible ante la necesidad de los demas, pudiendo convertirte en Instrumento de DIOS para ayudar a otros con tu actitud...

LA INMESIDAD DEL UNIVERSO

(Dios) cuelga la Tierra sobre nada...
Su espíritu adornó los cielos...

He aquí, estas cosas son sólo los bordes de sus caminos.
Job 26:7, 13-14

El huesped de un profesor de literatura consideraba el cristianismo como anticuado. Cierta vez dijo, sonriendo a su anfitrión, a quien conocía como creyente:
-El concepto del mundo tal como nos lo proporciona la Ciencia hace que la vieja fe cristiana sea un simple disparate. ¿Puede Dios -si efectivamente existe
- interesarse por seres vivientes tan pequeños como nosotros, que andamos por un planeta tan insignificante? Esto es un invento de la gente que cree que la Tierra es un disco y que las estrellas se hallan a pocos kilómetros de ella.

-¿Quién creyó esto?
- Quiso saber el profesor.

-Todos esos personajes del cristianismo primitivo, de los cuales usted me habla a menudo
- Contestó el huésped
El profesor, tomando un libro, preguntó a su interlocutor:
-¿Conoce usted esta obra?

-Si
-dijo éste-, es de Ptolomeo, el astrónomo alejandrino del siglo II, en el cual se basó la astronomía de la Edad Media.

-Por favor, lea este pasaje -le pidió el profesor. Su invitado leyó:

"En comparación con la distancia a la cual se hallan las estrellas fijas, la tierra no tiene un tamaño digno de mención y debe ser considerada como un punto.
"
Hubo una pausa.
-¿Lo sabían en aquel tiempo? -preguntó el sorprendido huésped-, entonces, ¿por qué no lo mencionan las enciclopedias modernas?
Pese a la grandeza del universo y la insignificancia de la Tierra y de sus moradores, el Señor Jesús quiso venir a este mundo.

ESTOY SIEMPRE CONTIGO

¿Me necesitas? Estoy aquí contigo.
No puedes verme, sin embargo soy la luz que te permite ver.
No puedes oírme, sin embargo hablo a través de tu voz.
No puedes sentirme, sin embargo soy el poder que trabaja en tus manos.
Estoy trabajando en ti, aunque desconozcas Mis senderos.
Estoy trabajando, aunque no reconozcas Mis obras.
No soy una visión extraña. No soy un misterio.
Sólo en silencio absoluto, más allá del "yo" que aparentas ser puedes conocerme, y entonces sólo como un sentimiento y como Fe.
Todavía estoy aquí contigo, Todavía te oigo.
Todavía te contesto.
Aunque me niegues, estoy contigo.
En los momentos en que más solo crees encontrarte, Yo estoy contigo.
Aún en tus temores, estoy contigo.
Aún en tu dolor, estoy contigo.
Estoy contigo cuando oras y cuando no oras.
Estoy en ti y tu estas en Mí.
Sólo en tu mente puedes sentirte separado de Mí, pues solo en tu mente están las brumas de "lo tuyo" y "lo mío".
Sin embargo tan solo con tu mente puedes conocerme y sentirme.
Vacía tu corazón de temores ignorantes.
Cuando quites el "yo" de en medio, estoy contigo.
De ti mismo no puedes hacer nada, pero Yo todo lo puedo.
Yo estoy en todo.
Aunque no puedas ver bien, el bien está allí, pues Yo estoy allí.
Sólo en Mí el mundo tiene significado; sólo de Mí toma el mundo forma;
Sólo por Mí el mundo sigue adelante.
Soy la ley en la cual descansa el movimiento de las estrellas y el crecimiento de toda célula viva.
Soy el amor que es el cumplimiento de la ley.
Soy seguridad, Soy paz, Soy unificación, Soy la ley por la cual vives.
Soy el amor en el que puedes confiar. Soy tu seguridad.
Soy tu paz, Soy uno contigo, YO SOY.
Aunque falles en encontrarme, Yo nunca dejo de encontrarte.
Aunque tu fe en Mi es insegura. Mi fe en ti nunca flaquea porque te conozco, porque te amo.
Mi bien amado, estoy aquí, contigo.
Jesús

¿EN MANOS DE QUIEN?

Una pelota de baloncesto en mis manos vale unos $19.
Una pelota de baloncesto en las manos de Michael Jordan vale alrededor de $33.000.000.

Todo depende de: en manos de quién está el asunto.

Una raqueta de tenis en mis manos, no sirve para nada.
Una raqueta de tenis en manos de Pete Sampras, significa el Campeonato en Wimbledon.

Todo depende de: en manos de quién está el asunto.

Una honda en mis manos es un juego de niños.
Una honda en manos de David es el arma de la victoria del Pueblo de Dios.

Todo depende de: en manos de quién está el asunto.

Dos panes y cinco peces en mis manos son un par de sandwiches de pescado.
Dos panes y cinco pesos en manos de Jesús son el alimento para miles.

Todo depende de: en manos de quién está el asunto.

Unos clavos en mis manos pueden servir para construir una pajarera.
Unos clavos en las manos de Jescuristo producen la salvación de toda la humanidad.

Todo depende de: en manos de quién está el asunto.

Como has visto, todo depende de: en manos de quién está el asunto.

Pon tus proyectos, tus preocupaciones, tus miedos, tus deseos, tus sueños, tu familia y tus relaciones en manos de Dios.

Todo depende de: en manos de quién está el asunto...

lunes, 26 de mayo de 2008

EL HOMBRE QUE TENIA MUCHO

Una vez había una familia que no era ni rica ni pobre. Vivían en una pequeña casa de campo de Ohio. Una noche se sentaron juntos para cenar y alguien tocó la puerta. El padre se acercó a abrir.
Ahí estaba un hombre viejo con ropa desgarrada, pantalones rotos y sin botones. Cargaba una canasta llena de verduras. Le preguntó a la familia si querían comprarle algunas. Ellos aceptaron porque querían que se fuera rápido.
Con el paso del tiempo, la familia y el hombre viejo se hicieron amigos. El hombre le traía verduras cada semana a la familia. Pronto se enteraron de que él era ciego y que tenía cataratas en los ojos. Pero era tan amigable que aprendieron a esperar ansiosamente sus visitas y a disfrutar de su compañía.
Un día, mientras entregaba las verduras, dijo:
- ¡Ayer tuve la más grande bendición! Encontré una canasta de ropa afuera de mi casa que alguien me dejó.
La familia, sabiendo que él necesitaba ropa, dijo:
-¡Qué maravilloso!
El hombre viejo y ciego, dijo:
- La parte más maravillosa es que encontré una familia que verdaderamente necesitaba esa ropa.
Recuerda, la felicidad no depende de lo que eres o lo que tienes.

Juan 10:10yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

UN MAL HABITO

Un mal hábito
Lectura:
Éxodo 17:1-7
. . . tentaron al Señor, diciendo: ¿Está el Señor entre nosotros o no? --Éxodo 17:7.
La mayoría de la gente tiene uno o dos malos hábitos. Algunos hábitos son simplemente irritantes, como cuando la persona habla demasiado o muy rápidamente. Otros son mucho más graves.
Considera, por ejemplo, el mal hábito que tenía el pueblo de la antigua Israel. Acababan de ser librados de la esclavitud (Éxodo 14:30), y tenían que haber estado agradecidos. Pero en lugar de ello empezaron a quejarse a Moisés y a Aarón: «Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en la tierra de Egipto» (16:3).
En Éxodo 17 leemos que sus quejas aumentaron y llegaron a ser riña. En realidad, sus quejas eran contra Dios, pero pelearon con Moisés porque él era el líder. Dijeron: «¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?» (v.3). El pueblo hasta comenzó a cuestionar si Dios en realidad estaba con ellos (v.7). Sin embargo, Él siempre suplió sus necesidades.
Si somos honestos tendríamos que admitir que a veces nos quejamos cuando Dios no nos responde de la forma en que queremos. Lo acusamos de estar ausente o de no estar interesado. Pero cuando nuestro corazón está preocupado por los propósitos de Dios y no por los nuestros, tendremos paciencia y confiaremos en que Él va a proporcionar todo lo que necesitamos. Así no desarrollaremos el mal hábito de quejarnos.
SI QUIERES VENCER EL HÁBITO DE QUEJARTE CUENTA TUS BENDICIONES.