sábado, 12 de abril de 2008
HOY.. LAS PUERTAS SE ABRIRAN Y NO SE CERRARAN
Gracias Señor por este día y por esta oportunidad de caminar por el sendero marcado por tu voluntad y misericordia. Gracias por que hoy me recuerdas que me has tomado de la mano derecha.
Hoy, recuerdo cuando era niño y en alguna ocasión camine con mi padre mientras él me tomaba por la mano de derecha. Su mano fuerte y cariñosa me daban seguridad y animo.
Hoy, mi corazón se llena de tu seguridad, porque me tomas también de la mano derecha para llevarme por todos los parajes y caminos preparados para mi.
.Como no he de alabarte hoy, Señor si puedo caminar con firmeza sabiendo que tus propósitos son claros y definidos. Sujetar y Desatar. Hay muchas cosas que necesitarán hoy ser sujetadas y muchas cosas que necesitan ser desatadas. Cuantas personas, situaciones y circunstancias exigirán sujeción y liberación. Este día no es para perderlo, sino para ganarlo en la realización de tus propósitos claros.
Ahora, Señor mi corazón se goza, porque el versículo de hoy me dice que no solamente me tomas de la mano derecha y me das la oportunidad de Sujetar y desatar, pero además me concedes el privilegio de ver que tú me abres puertas y estas puertas no se cerrarán. Entiendo Señor que estas puertas pueden ser oportunidades pero que aún más alla de esto , puerta es símbolo de autoridad.
Con tu autoridad podré entrar en autoridad y esa autoridad que rodeará mi vida, nadie, ninguna otra autoridad la podrá cerrar. El mundo, las circunstancias difíciles y aún el enemigo espiritual querrán bloquear mi camino, pero no podrán porque tú eres quién abre las puertas.
Tu mano es fuerte y poderosa y con tu mano toda puerta será abierta. Hoy, confieso que ninguna puerta se podrá cerrar y la seguridad de que el Señor me lleva de la mano es absolutamente cierta.
“Señor, es cierto que hoy no veo mucho delante de mi, pero tu palabra en esta ocasión viene para asegurarme que me tomas de la mano derecha y me concedes la oportunidad de sujetar y desatar. Pero, también gracias por la hermosa oportunidad de ver como tu presencia me abre puertas y esas puertas no se cerrarán.
Ayúdame hoy, Señor a estar atento a aquellos que debo sujetar y aquello que debo desatar, para no perder la hermosa oportunidad de sentirme usado en tu precioso y útil propósito para mi vida. Amen.
Hoy, recuerdo cuando era niño y en alguna ocasión camine con mi padre mientras él me tomaba por la mano de derecha. Su mano fuerte y cariñosa me daban seguridad y animo.
Hoy, mi corazón se llena de tu seguridad, porque me tomas también de la mano derecha para llevarme por todos los parajes y caminos preparados para mi.
.Como no he de alabarte hoy, Señor si puedo caminar con firmeza sabiendo que tus propósitos son claros y definidos. Sujetar y Desatar. Hay muchas cosas que necesitarán hoy ser sujetadas y muchas cosas que necesitan ser desatadas. Cuantas personas, situaciones y circunstancias exigirán sujeción y liberación. Este día no es para perderlo, sino para ganarlo en la realización de tus propósitos claros.
Ahora, Señor mi corazón se goza, porque el versículo de hoy me dice que no solamente me tomas de la mano derecha y me das la oportunidad de Sujetar y desatar, pero además me concedes el privilegio de ver que tú me abres puertas y estas puertas no se cerrarán. Entiendo Señor que estas puertas pueden ser oportunidades pero que aún más alla de esto , puerta es símbolo de autoridad.
Con tu autoridad podré entrar en autoridad y esa autoridad que rodeará mi vida, nadie, ninguna otra autoridad la podrá cerrar. El mundo, las circunstancias difíciles y aún el enemigo espiritual querrán bloquear mi camino, pero no podrán porque tú eres quién abre las puertas.
Tu mano es fuerte y poderosa y con tu mano toda puerta será abierta. Hoy, confieso que ninguna puerta se podrá cerrar y la seguridad de que el Señor me lleva de la mano es absolutamente cierta.
“Señor, es cierto que hoy no veo mucho delante de mi, pero tu palabra en esta ocasión viene para asegurarme que me tomas de la mano derecha y me concedes la oportunidad de sujetar y desatar. Pero, también gracias por la hermosa oportunidad de ver como tu presencia me abre puertas y esas puertas no se cerrarán.
Ayúdame hoy, Señor a estar atento a aquellos que debo sujetar y aquello que debo desatar, para no perder la hermosa oportunidad de sentirme usado en tu precioso y útil propósito para mi vida. Amen.
CUESTION DE ORGULLO
Lectura: 1 Juan 2:15-17
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. --1 Juan 2:15.
Me encontraba en una conferencia para dirigir un seminario. También había otros oradores, incluyendo un bien conocido líder cristiano cuyo seminario era a la misma hora que el mío. Cuando el director de la conferencia anunció las reuniones, apremió a tanta gente como le fue posible para que asistieran al seminario del bien conocido orador, y dijo: «Es un gran honor tenerlo aquí.»
Yo pensé: Probablemente pasé la misma cantidad de tiempo preparando mi presentación. Estoy empleando tiempo que podría estar pasando con mi familia para estar aquí. ¿Y ahora el director de la conferencia le dice a todo el mundo que vaya a otro seminario? ¿De qué se trata todo esto?
Me sentí humillado, herido y enojado. Pero mientras caminaba hacia el salón para empezar mi seminario, el Espíritu Santo me convenció de que estaba reaccionando con orgullo y envidia. También me recordó que Él dirigiría a la gente que Él quería que estuviera allí. Le pedí al Señor que me perdonara por los «celos amargos y ambición personal» que había en mi corazón (Santiago 3:14).
A veces tenemos contratiempos espirituales porque somos culpables de pensar mal. Nos dejamos atrapar por el orgullo y el egocentrismo mundanos (1 Juan 2:16). Si esto sucede significa que tenemos un importante trabajo espiritual que hacer. Debemos arrepentirnos, confesar nuestro orgullo a Dios, y pedir Su perdón.
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. --1 Juan 2:15.
Me encontraba en una conferencia para dirigir un seminario. También había otros oradores, incluyendo un bien conocido líder cristiano cuyo seminario era a la misma hora que el mío. Cuando el director de la conferencia anunció las reuniones, apremió a tanta gente como le fue posible para que asistieran al seminario del bien conocido orador, y dijo: «Es un gran honor tenerlo aquí.»
Yo pensé: Probablemente pasé la misma cantidad de tiempo preparando mi presentación. Estoy empleando tiempo que podría estar pasando con mi familia para estar aquí. ¿Y ahora el director de la conferencia le dice a todo el mundo que vaya a otro seminario? ¿De qué se trata todo esto?
Me sentí humillado, herido y enojado. Pero mientras caminaba hacia el salón para empezar mi seminario, el Espíritu Santo me convenció de que estaba reaccionando con orgullo y envidia. También me recordó que Él dirigiría a la gente que Él quería que estuviera allí. Le pedí al Señor que me perdonara por los «celos amargos y ambición personal» que había en mi corazón (Santiago 3:14).
A veces tenemos contratiempos espirituales porque somos culpables de pensar mal. Nos dejamos atrapar por el orgullo y el egocentrismo mundanos (1 Juan 2:16). Si esto sucede significa que tenemos un importante trabajo espiritual que hacer. Debemos arrepentirnos, confesar nuestro orgullo a Dios, y pedir Su perdón.
SI NO SOMOS HUMILDES VAMOS A TROPEZAR.
viernes, 11 de abril de 2008
DURO CAMINO
Lectura: Juan 16:19-33
. . . En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo. --Juan 16:33.
Cerca de nuestra casa hay un lago en las montañas que es conocido por su buena pesca. Para llegar allí tuve que caminar unos cinco kilómetros subiendo un empinado cerro, una escalada difícil para un viejo como yo. Pero entonces descubrí que es posible ir en auto hasta casi un kilómetro de distancia del lago. Pasé la mayor parte del día conduciendo por varios caminos montañosos hasta que encontré el que me llevó más cerca. Entonces hice un mapa del camino cuidadosamente para poder encontrarlo otra vez.
Varios meses después conduje por el camino de nuevo. Llegué a una sección que estaba mucho peor de lo que la recordaba: montañosa, escabrosa y empinada. Me preguntaba si acaso había dado un mal giro, así que me detuve a mirar el mapa. Allí, escrito con lápiz junto al trecho por el cual estaba conduciendo, había estas palabras: «Difícil y empinado. Duro camino.» Estaba en el camino correcto.
Jesús dijo que el camino de nuestra vida sería duro si escogíamos seguirle. «En el mundo tenéis tribulación» (Juan 16:33). O sea que no deberíamos sorprendernos si nuestro camino se vuelve difícil, ni tampoco debemos creer que hemos dado un mal giro. Podemos «confiar» porque Jesús también dijo que en Él podemos tener paz, puesto que Él «ha vencido al mundo» (v.33).
Si estás siguiendo a Cristo y estás pasando por «baches», anímate. ¡Estás en el camino correcto!
SEGUIR A CRISTO SIEMPRE ES CORRECTO, PERO NO SIEMPRE ES FÁCIL.
. . . En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo. --Juan 16:33.
Cerca de nuestra casa hay un lago en las montañas que es conocido por su buena pesca. Para llegar allí tuve que caminar unos cinco kilómetros subiendo un empinado cerro, una escalada difícil para un viejo como yo. Pero entonces descubrí que es posible ir en auto hasta casi un kilómetro de distancia del lago. Pasé la mayor parte del día conduciendo por varios caminos montañosos hasta que encontré el que me llevó más cerca. Entonces hice un mapa del camino cuidadosamente para poder encontrarlo otra vez.
Varios meses después conduje por el camino de nuevo. Llegué a una sección que estaba mucho peor de lo que la recordaba: montañosa, escabrosa y empinada. Me preguntaba si acaso había dado un mal giro, así que me detuve a mirar el mapa. Allí, escrito con lápiz junto al trecho por el cual estaba conduciendo, había estas palabras: «Difícil y empinado. Duro camino.» Estaba en el camino correcto.
Jesús dijo que el camino de nuestra vida sería duro si escogíamos seguirle. «En el mundo tenéis tribulación» (Juan 16:33). O sea que no deberíamos sorprendernos si nuestro camino se vuelve difícil, ni tampoco debemos creer que hemos dado un mal giro. Podemos «confiar» porque Jesús también dijo que en Él podemos tener paz, puesto que Él «ha vencido al mundo» (v.33).
Si estás siguiendo a Cristo y estás pasando por «baches», anímate. ¡Estás en el camino correcto!
SEGUIR A CRISTO SIEMPRE ES CORRECTO, PERO NO SIEMPRE ES FÁCIL.
jueves, 10 de abril de 2008
HOY.. EL SEÑOR ES MI MULTIPLICADOR Y MI DISMINIUDOR
“El Señor vuelve el desierto en estanques de agua y la tierra seca en manantiales” “ El convierte los ríos en desierto y los manantiales de las aguas en sequedales. Salmo 107:33,35.
.Hoy, necesito aceptar que el Señor en mi multiplicador, porque el promete volver el desierto en estanques de agua y la tierra seca en manantiales…pero que también él será mi disminuidor, porque el promete convertir los ríos en desierto y los manantiales de agua en sequedales.
Cuando oí por primera vez de su amor y sentí su amor tocando mi corazón el árido desierto comenzó a reverdecer y a tornarse pastos delicados y verdes. La gente notó el cambio y pudieron palpar la manifestación de Dios en mi vida…Pero, hoy, he comprendido que no sólo el Señor me multiplica y me convierte de Desierto en río, pero también el me disminuye cuando es necesario.
El Señor me disminuye cuando desvío mi camino de él y busco otros dioses, tales como la fama, las riquezas, el placer o quizá el orgullo.
Yo puedo ser “placentero” como Nohemi, pero si yo me muevo de la tierra de Dios a Moab, el lugar de los ídolos, mi nombre rápidamente vendrá a ser Mara, esto es “amargura”. Hoy necesito recordar a muchos en la Biblia a quienes Dios disminuyó como un Herodes, Senaquerib, Nabucodonozor, Giezi, Faraón y Ananías y Safira.
Hoy, si estoy continuamente ante su presencia, el multiplicará lo poquito que tengo y convertirá desiertos en ríos, pero si salgo de su presencia y camino por los lugares que no son de su agrado y me vuelvo hacia mis propios caminos, el será mi disminuidor y tornarán mis ríos en sequedales. Y eso no es lo que quiero.
“Señor: No quiero nunca conocerte como y disminuidor, pero siempre como mi multiplicador. Tú eres suficiente para ser mi multiplicador de la fe, de las fuerzas, de la visión y los propósitos nobles. Yo entiendo que quien da el primer paso para verte como el disminuidor, seré yo, si quito mi mirada de ti y me salgo de tu camino y eso no es lo que quiero hoy.
Hoy, me presento delante de ti para caminar con seguridad y contemplarte como mi multiplicador. Nada ni nadie podrá apartarme de su presencia, sin embargo yo si puedo salir de tu presencia y entrar en una dimensión de tristeza y dolor.
No quieres ni la tristeza ni el dolor para mi, por ello quiero ser obediente en este día. Gracias por darme la oportunidad de vivir para verte una vez como mi multiplicador.
.
En el Nombre de Jesús. Amen.
.Hoy, necesito aceptar que el Señor en mi multiplicador, porque el promete volver el desierto en estanques de agua y la tierra seca en manantiales…pero que también él será mi disminuidor, porque el promete convertir los ríos en desierto y los manantiales de agua en sequedales.
Cuando oí por primera vez de su amor y sentí su amor tocando mi corazón el árido desierto comenzó a reverdecer y a tornarse pastos delicados y verdes. La gente notó el cambio y pudieron palpar la manifestación de Dios en mi vida…Pero, hoy, he comprendido que no sólo el Señor me multiplica y me convierte de Desierto en río, pero también el me disminuye cuando es necesario.
El Señor me disminuye cuando desvío mi camino de él y busco otros dioses, tales como la fama, las riquezas, el placer o quizá el orgullo.
Yo puedo ser “placentero” como Nohemi, pero si yo me muevo de la tierra de Dios a Moab, el lugar de los ídolos, mi nombre rápidamente vendrá a ser Mara, esto es “amargura”. Hoy necesito recordar a muchos en la Biblia a quienes Dios disminuyó como un Herodes, Senaquerib, Nabucodonozor, Giezi, Faraón y Ananías y Safira.
Hoy, si estoy continuamente ante su presencia, el multiplicará lo poquito que tengo y convertirá desiertos en ríos, pero si salgo de su presencia y camino por los lugares que no son de su agrado y me vuelvo hacia mis propios caminos, el será mi disminuidor y tornarán mis ríos en sequedales. Y eso no es lo que quiero.
“Señor: No quiero nunca conocerte como y disminuidor, pero siempre como mi multiplicador. Tú eres suficiente para ser mi multiplicador de la fe, de las fuerzas, de la visión y los propósitos nobles. Yo entiendo que quien da el primer paso para verte como el disminuidor, seré yo, si quito mi mirada de ti y me salgo de tu camino y eso no es lo que quiero hoy.
Hoy, me presento delante de ti para caminar con seguridad y contemplarte como mi multiplicador. Nada ni nadie podrá apartarme de su presencia, sin embargo yo si puedo salir de tu presencia y entrar en una dimensión de tristeza y dolor.
No quieres ni la tristeza ni el dolor para mi, por ello quiero ser obediente en este día. Gracias por darme la oportunidad de vivir para verte una vez como mi multiplicador.
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En el Nombre de Jesús. Amen.
EL CAMINO ES UNA PERSONA
Lectura: Juan 14:1-6
Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos. --Hechos 4:12.
El piloto de un avión militar fue obligado a tirarse en paracaídas en una jungla del sudeste de Asia. ¿Cómo iba a poder encontrar la salida? Un hombre de allí vio lo que había sucedido y fue a rescatar al piloto, cortando la maleza enmarañada. El atemorizado piloto gritó: «¿Dónde está la carretera? ¿Dónde está la salida?» El que fue al rescate le contestó gritando: «No hay carretera. Yo soy el camino. ¡Sígame!» El piloto confió en el hombre, el cual lo condujo a través de la jungla y lo sacó a la seguridad.
Para algunas personas es difícil aceptar palabras similares que pronunció el Señor Jesús. Él dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí» (Juan 14:6). Los críticos dicen que esta enseñanza es intolerante y divisoria. Pero porque la dijo el Hijo de Dios, y la Palabra de Dios la registra, es verdad por mucho que la desafíen. La fe en Jesús es el único camino a la comunión eterna con Dios.
El camino a Dios no se halla siguiendo un credo, cultivando un carácter moral ni asistiendo a la iglesia. Se halla confiando en que Jesús perdone nuestros pecados y nos reconcilie con el Padre. Cuando abrimos nuestro corazón al Salvador crucificado y resucitado, estamos en el único camino que nos llevará al hogar con Dios.
NADIE LLEGA AL CIELO PASANDO POR ALTO A JESÚS.
Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos. --Hechos 4:12.
El piloto de un avión militar fue obligado a tirarse en paracaídas en una jungla del sudeste de Asia. ¿Cómo iba a poder encontrar la salida? Un hombre de allí vio lo que había sucedido y fue a rescatar al piloto, cortando la maleza enmarañada. El atemorizado piloto gritó: «¿Dónde está la carretera? ¿Dónde está la salida?» El que fue al rescate le contestó gritando: «No hay carretera. Yo soy el camino. ¡Sígame!» El piloto confió en el hombre, el cual lo condujo a través de la jungla y lo sacó a la seguridad.
Para algunas personas es difícil aceptar palabras similares que pronunció el Señor Jesús. Él dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí» (Juan 14:6). Los críticos dicen que esta enseñanza es intolerante y divisoria. Pero porque la dijo el Hijo de Dios, y la Palabra de Dios la registra, es verdad por mucho que la desafíen. La fe en Jesús es el único camino a la comunión eterna con Dios.
El camino a Dios no se halla siguiendo un credo, cultivando un carácter moral ni asistiendo a la iglesia. Se halla confiando en que Jesús perdone nuestros pecados y nos reconcilie con el Padre. Cuando abrimos nuestro corazón al Salvador crucificado y resucitado, estamos en el único camino que nos llevará al hogar con Dios.
NADIE LLEGA AL CIELO PASANDO POR ALTO A JESÚS.
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